Calentamiento global: Un año decisivo para la acción climática

La contaminación, es un año decisivos para la acción climática

Los seres humanos dan por sentado el planeta Tierra; siguen agotándolo pensando que no se verán afectados por las consecuencias. Como resultado, ahora nos enfrentamos al mayor reto medioambiental al que se ha enfrentado nuestra especie: el calentamiento global. 

El calentamiento global se define como el calentamiento gradual de la superficie de la Tierra, los océanos y la atmósfera, como resultado de la quema de combustibles fósiles, que liberan dióxido de carbono, metano y otros gases a la atmósfera terrestre.

A principios del siglo XIX, el dióxido de carbono fue catalogado como “gas de efecto invernadero”. En 1972, John Sawyer, jefe de investigación de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, publicó un artículo en Nature en el que preveía un calentamiento de unos 0,6 °C para finales del siglo XX. Desde 1906 hasta 2005, la temperatura global ha aumentado realmente en 0,74 °C y el nivel del mar en todo el mundo ha subido 17 cm como consecuencia del consiguiente deshielo de muchas montañas y en las regiones polares. También se han observado cambios más regionales, como las temperaturas y el hielo del Ártico, la salinidad de los océanos, los patrones de viento, las sequías, las precipitaciones, la frecuencia de las olas de calor y la intensidad de los ciclones tropicales.

Nivel histórico de concentración de gases

Informes recientes muestran que la concentración de CO₂ en la atmósfera a partir de 2018 ha alcanzado sus registros más altos en 3 millones de años; el 11 % de las emisiones de gases de efecto invernadero son el resultado de la deforestación causada por los seres humanos, y no por las emisiones de automóviles y camiones. Los últimos años han sido los más calurosos de los que se tiene constancia, y las temperaturas invernales en el Ártico han aumentado 3 °C desde 1990. El nivel del mar está subiendo, los arrecifes de coral están muriendo, el cambio climático ya ha empezado a afectar a la salud humana a través de la contaminación del aire, las olas de calor y los riesgos para la seguridad alimentaria.

Las mayores emisiones de CO₂ proceden de los países desarrollados; Estados Unidos y China emiten los mayores niveles de emisiones de CO₂ del mundo. En 2015, China produjo más de 900 millones de toneladas de dióxido de carbono, mientras que Estados Unidos ocupa el segundo lugar, con unos 500 millones de toneladas. Por el contrario, muchos de los países más pobres del África subsahariana (como la República Centroafricana, Chad y Níger) tienen los niveles más bajos de emisiones; su huella media es de alrededor de 0,1 toneladas al año, y eso se considera más de 160 veces inferior a la de Australia, Canadá y Estados Unidos.

Futuro incierto, se debe reducir las emisiones 

A medida que las temperaturas globales sigan aumentando, en 2050 podrían producirse olas de calor similares a las presenciadas en 2018 cada dos años. Para 2100, las olas de calor serán probablemente más intensas y duraderas, con la posibilidad de que las temperaturas superen los 40 °C y las olas de calor duren 50 días.

Según un reciente informe publicado en octubre de 2019 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, tenemos que reducir las emisiones mundiales de carbono a la mitad en 2030 para evitar los peores impactos del calentamiento global. El informe indicaba que, limitando el calentamiento global a 1,5 °C en lugar de 2 °C (un objetivo fijado hace tiempo) la Tierra estará mucho mejor; para lograr ese objetivo, el mundo tiene que reducir sus emisiones de efecto invernadero en un 45 % para 2030.

Muchas personas se enfrentarían a la escasez de agua relacionada con el cambio climático, cientos de millones se enfrentarían a olas de calor extremas. Para salvar a las personas y a la fauna que depende de la naturaleza para prosperar ahora y en el futuro, los individuos, los ciudadanos, los gobiernos, las empresas y todo el mundo tienen que dar un paso adelante juntos y tomar medidas urgentes para proteger y restaurar la naturaleza para un futuro más sostenible.

Cambiar las formas de producir y consumir energía  

No hay una varita mágica para combatir el cambio climático, los seres humanos deben cambiar su forma de producir y consumir energía, como el cambio a la energía eólica y solar, el uso de biocombustibles producidos a partir de residuos orgánicos, y la protección de los bosques puede reducir la cantidad de CO₂ y otros gases que atrapan el calor en la atmósfera. Otras soluciones para revertir nuestra situación actual incluyen la construcción de baterías para almacenar energía renovable; la ingeniería de una red eléctrica más inteligente; y la captura de dióxido de carbono de las centrales eléctricas y otras fuentes con el objetivo de almacenarlo bajo tierra o convertirlo en productos valiosos, como la gasolina.

La actual ACOP 27

Del 6 al 18 de noviembre de 2022, los países se reunirán en Egipto en la 27ª Conferencia de las Partes (COP 27) para mejorar sus planes de acción, con el fin de garantizar la consecución de los objetivos del Acuerdo de París establecidos en 2015. En consecuencia, es necesario establecer planes más ambiciosos para restaurar los sistemas naturales y garantizar su sostenibilidad.

Sigue siendo nuestra llamada; si no cambiamos el rumbo, nos arriesgamos a sufrir consecuencias desastrosas que afectarán a toda la vida en la Tierra. Con la ayuda de todos, podemos empezar a restaurar nuestro planeta, así que asegurémonos de que así sea.

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