La contaminación del aire también aumenta el riesgo de demencia

La contaminación del aire mediante los humos de los coches, también aumenta los riesgos de padecer demencia, esto se sabe gracias a un estudio muy reciente

Poco a poco, vamos aprendiendo más y más sobre qué factores ambientales aumentan el riesgo de demencia. Una de ellas puede ser la contaminación atmosférica de los coches.

Están apareciendo muchas investigaciones sobre la demencia. No en vano, se calcula que una de cada cinco personas padecerá la enfermedad. El último estudio señala una relación entre la cantidad de partículas en el aire y el riesgo de demencia. A lo largo de una carretera muy transitada o en un garaje, las personas entran en contacto excesivo con las partículas. Investigaciones anteriores demuestran que las partículas de 2,5 micrómetros (PM2,5) son especialmente perjudiciales para la salud.

Metaanálisis

Razón por la que los investigadores de la Western University de Canadá investigan la influencia de este fino polvo en la demencia. Hicieron un metaanálisis que demostró que la exposición a cada microgramo extra de partículas por metro cúbico equivale a un 3 % más de riesgo de padecer la enfermedad cerebral. De este modo, el riesgo de demencia puede aumentar considerablemente a lo largo de las carreteras con mucho tráfico.

Más de 90 millones de participantes

Distinguimos entre PM10, PM2.5 y PM0.1, donde PM significa materia particulada. Las partículas contaminantes con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros (y superior a 0,1 micrómetros) que flotan en el aire se denominan partículas PM2,5. Los investigadores encontraron 17 estudios útiles sobre la relación entre las PM2,5 y la demencia. Los 91 millones de participantes en este metaanálisis tenían más de 40 años, y de ellos, 5,5 millones de personas (o el 6 % de la población del estudio) desarrollaron demencia. Al procesar los datos, el equipo tuvo en cuenta varios factores que influyen en el riesgo de demencia, como la edad, el sexo, el hábito de fumar, la obesidad y el nivel educativo.

La contaminación del aire está (casi) en todas partes

“A medida que las personas viven más tiempo, afecciones como la demencia son cada vez más frecuentes, por lo que detectar y conocer los factores de riesgo prevenibles es fundamental para reducir el aumento de esta enfermedad”, explicó el investigador principal Ehsan Abolhasani. “Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró que más del 90 % de la población mundial vive en zonas con niveles de contaminación atmosférica superiores a los aceptables. Nuestros resultados aportan pruebas adicionales de la nocividad del aire sucio, y de las partículas PM2,5 en particular. Esperamos que esto contribuya a aplicar una normativa más estricta sobre la calidad del aire y acelere indirectamente la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables”, afirma el investigador.

Las partículas PM2.5 son la principal causa 

Comparó la exposición a la contaminación atmosférica en personas con y sin demencia, y descubrió que las personas que no desarrollaron demencia tenían, de media, menos exposición a las partículas que el grupo con demencia. Doce miligramos de partículas por metro cúbico (12 µg/m³) por año de exposición son considerados seguros por la Agencia de Contaminación Ambiental de los Estados Unidos (EPA). El equipo concluyó que el riesgo de demencia aumentaba un 3 % cada vez que la exposición media anual a las partículas aumentaba un microgramo por metro cúbico.

Energías renovables y legislación

“Nuestro metaanálisis no demuestra que la contaminación del aire cause demencia, sino que solo muestra una correlación, o relación estadística, entre las variables. No se ha demostrado la relación causal, pero esperamos que nuestra investigación haga que la gente y los gobiernos se rasquen la cabeza y adopten un papel más activo en la reducción de la exposición a la contaminación atmosférica”, dijo Abolhasani. “Si entendemos mejor el riesgo de demencia por factores ambientales como la contaminación atmosférica, podremos tomar más fácilmente medidas para reducir la exposición”. Abolhasani aboga por “el uso de energías renovables como alternativa a la quema de combustibles fósiles cerca de las personas, así como por una normativa más estricta y una menor contaminación del tráfico en las zonas residenciales”.

PM0.1 y PM10 menos perjudiciales

El equipo también analizó los óxidos de nitrógeno que componen el smog y estudió el riesgo de demencia tras una exposición prolongada al dióxido de nitrógeno y al ozono. Sin embargo, no encontraron un aumento significativo del riesgo de demencia con estas partículas de polvo que se arremolinan en el aire a nuestro alrededor.

Estilo de vida y demencia

El hecho de padecer o no demencia es, como ocurre con muchas enfermedades, en parte una cuestión de mala suerte y en parte el resultado de factores relacionados con el estilo de vida. Según Alzheimer Nederland, hasta el 30 % de los casos de demencia se deben a un estilo de vida poco saludable (pero el 70 % no lo son). La fundación enumera siete factores de riesgo. Estos son: baja actividad mental, tabaquismo, poco ejercicio, depresión, obesidad severa, presión arterial alta y diabetes. Cada vez está más claro que una actividad física suficiente es muy importante y que la mala audición desempeña un papel menos importante de lo que se pensaba. Se cree que una mala audición reduce la actividad mental, pero aún no se han encontrado pruebas claras de ello.
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