Los científicos han descubierto que el asteroide Dimorphos se remodeló por completo de forma accidental tras su impacto de 2022. Dimorphos ahora se parece más a un M&M roído, que a un OVNI.
La sonda espacial Hera de la ESA aún tiene que confirmarlo, pero por ahora, los científicos han logrado establecer una conclusión sorprendente: es muy probable que la forma de Dimorphos cambiara por completo tras el impacto de la Prueba de Redirección de Asteroides Dobles (DART) de la NASA (ver recuadro). Y quizá lo más extraordinario: el impacto no dejó ningún cráter. Esto se debe a que (según las simulaciones) el impacto derribó toda la superficie.
En septiembre de 2022, la sonda espacial DART de la NASA embistió deliberadamente el asteroide Dimorphos. El objetivo era averiguar si una misión kamikaze de este tipo podía provocar un cambio en la órbita del asteroide. Ahora sabemos que así fue; mientras que Dimorphos había tardado anteriormente 11 horas y 55 minutos en completar una órbita alrededor de su asteroide progenitor Didymos, tras el impacto solo tardó de repente 11 horas y, digamos, 22 minutos. Esto demuestra que el ser humano es capaz de modificar la órbita de un asteroide. Esto nos da esperanzas para el futuro: si algún día un asteroide peligroso se acerca a la Tierra, quizá podamos cambiar su órbita y salvarla de un impacto embistiéndolo con una sonda espacial.
Sonda espacial HERA rumbo a Dimorphos
Antes, los investigadores pudieron determinar así que la órbita de Dimorphos se había visto alterada por su colisión con DART. En los meses siguientes, los investigadores también observaron una gigantesca columna de polvo, de hasta más de 10 000 kilómetros, creada por el impacto. Pero seguía sin estar claro si el impacto también había tenido efectos a gran escala sobre la forma de Dimorphos.
La ESA enviará a finales de este año la sonda espacial HERA a Dimorphos para obtener imágenes e investigar el cráter resultante. Pero esta sonda no llegará al asteroide hasta 2026. En realidad, los investigadores suizos no podían esperar tanto. Así que decidieron recurrir a simulaciones. Y estas sugieren ahora que HERA se va a llevar una sorpresa. De hecho, las simulaciones sugieren que la sonda no va a encontrar ningún cráter. La investigación se ha publicado en la revista Nature Astronomy.
Para el estudio, los científicos utilizaron un programa de simulación llamado Smoothed Particle Hydrodynamics (SPH). Con él, los investigadores simularon un total de 250 situaciones diferentes. La científica Sabina Raducan colaboró en el estudio. Explica: “Simular este tipo de tareas es un proceso muy intensivo. Por ejemplo, cada simulación tardó una semana y media en completarse. En estas simulaciones, nos fijamos específicamente en las dos primeras horas tras el impacto del DART. Aquí, introdujimos todos los valores que conocíamos de antemano, como el peso exacto del DART y a qué velocidad venía volando. Sin embargo, también había muchos valores que no conocíamos y que, por tanto, teníamos que descubrir. Lo hicimos simulando muchas situaciones diferentes y comparándolas después con lo que observábamos en la vida real”. Al final, los resultados de la simulación, en la que Didymos no era un cráter más rico, sino que se transformaba por completo, resultaron ser los más parecidos a lo que los investigadores observaron en la vida real.
Un montón de escombros
“Los resultados indican que Dimorphos es un ‘asteroide montón de escombros’ relativamente débil”, dijo Raducan. Esto significa que, en realidad, no es más que un montón de escombros unidos por la gravedad. Es poco probable que un impacto contra un “montón de escombros” de este tipo provoque un cráter, sino una transformación de todo el objeto. “Por lo tanto, es poco probable que HERA encuentre un cráter dejado por DART. Lo que sí encontrará es un cuerpo celeste completamente distinto. Nuestras simulaciones sugieren que la forma original de ufo de Dimorphos se ha embotado un poco en el lado del impacto. Si en principio se pudiera comparar Dimorphos con un M&M de chocolate, ahora el asteroide parece como si alguien le hubiera dado un mordisco”, predice Raducan.
Es interesante, opina el investigador Patrick Michel. “Durante la investigación, descubrimos que Dimorphos es esencialmente un conjunto de rocas unidas por la gravedad. El asteroide casi no tiene cohesión. Esto concuerda con los hallazgos de otros asteroides. Pensemos, por ejemplo, en Ryugu y Bennu. También con estos asteroides observamos que no parecen estar muy firmemente unidos”. Para la humanidad, esta falta de cohesión es sobre todo una buena noticia. Michel concluye: “Realmente necesitamos investigar más para saber más sobre la cohesión de los asteroides. Por ahora, solo tenemos datos de tres asteroides, que son muy pocos para hacer buenas estadísticas. Aun así, la idea de que los asteroides más pequeños tienen muy poca cohesión es muy intrigante. También es una buena noticia para la Tierra, ya que facilita mucho el desarrollo de tecnologías defensivas que puedan alejar a los asteroides que se aproximan”.
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