Durante años se creyó que la cafeína perjudicaba el corazón de quienes sufrían arritmias, pero una nueva investigación australiana muestra que una taza diaria de café podría, en realidad, tener un efecto protector.
Durante décadas, los médicos advirtieron a los pacientes con arritmias cardíacas que evitaran el café. Se pensaba que la cafeína aceleraba el ritmo cardíaco y podía agravar los episodios de fibrilación auricular, una alteración en la que las aurículas del corazón laten de manera rápida e irregular. Sin embargo, una nueva investigación contradice esa creencia y sugiere que el consumo moderado podría reducir el riesgo de recaídas.
La fibrilación auricular —también llamada auriculofibrilación— es la arritmia más común a nivel mundial y afecta a millones de personas. Quienes la padecen pueden experimentar fatiga, mareos o palpitaciones, y en casos más graves, un aumento en la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular. Tradicionalmente, se recomendaba a estos pacientes evitar estimulantes como el café, pero los datos más recientes apuntan en otra dirección.
Un experimento con dos grupos de pacientes
El estudio, conocido como DECAF, fue realizado por investigadores del Royal Melbourne Hospital y la Universidad de Monash en Australia, cuyos resultados se publicaron en JAMA. Los científicos siguieron durante seis meses a 200 pacientes con fibrilación auricular que habían sido sometidos a una cardioversión eléctrica, un procedimiento que restablece el ritmo normal del corazón mediante impulsos eléctricos.
La mitad de los participantes debía beber al menos una taza de café diaria, mientras que el otro grupo debía abstenerse por completo de cualquier fuente de cafeína, incluidas bebidas energéticas o té negro. Al cabo de medio año, el 47 % de los consumidores de café volvió a presentar episodios de fibrilación, frente al 64 % del grupo que no había ingerido cafeína. En otras palabras, quienes tomaban café tenían una probabilidad significativamente menor de sufrir una recaída.
El doctor Peter Kistler, cardiólogo y especialista en arritmias del Alfred Hospital de Melbourne, quien ha investigado durante años la relación entre la cafeína y la salud cardíaca, señaló en publicaciones previas que “no existe evidencia sólida de que el consumo moderado de café cause fibrilación auricular; en muchos casos, podría incluso ser protector”. Los autores del nuevo estudio coinciden en que estos resultados invitan a reconsiderar las recomendaciones tradicionales que pedían a los pacientes con arritmias evitar el café por completo.
Los posibles mecanismos protectores de la cafeína
Los investigadores analizaron varias hipótesis sobre por qué el café podría ejercer un efecto protector. La bebida contiene cientos de compuestos biológicamente activos, entre ellos la cafeína, los polifenoles y antioxidantes naturales. La cafeína bloquea los receptores de adenosina, una molécula que puede favorecer la aparición de latidos irregulares. Al inhibir estos receptores, el café podría ayudar a mantener un ritmo cardíaco más estable.
Además, múltiples estudios han demostrado que el café tiene propiedades antiinflamatorias. La inflamación sistémica es un factor clave en el desarrollo y mantenimiento de la fibrilación auricular. “Las sustancias antiinflamatorias del café podrían reducir la irritación del tejido cardíaco y, con ello, disminuir la tendencia a sufrir arritmias”, señalaron los autores del estudio.
Otro posible mecanismo está relacionado con la presión arterial. La cafeína, aunque es un estimulante, también tiene un leve efecto diurético, lo que puede contribuir a eliminar sodio y reducir el volumen sanguíneo. Una presión arterial más baja se asocia con un menor riesgo de sufrir trastornos del ritmo cardíaco.
El equipo recordó, además, que en investigaciones previas se observó que los bebedores de café suelen caminar más y ser más activos físicamente. Según datos complementarios publicados en NEJM, las personas que toman café de manera habitual dan en promedio mil pasos adicionales al día respecto a quienes no lo hacen, y la actividad física moderada es un conocido factor de protección cardiovascular.
Un estudio con precauciones y límites
Aunque los resultados fueron alentadores, los investigadores piden prudencia. El propio Kistler subrayó que “no se trata de una invitación a consumir café sin control ni a recurrir a suplementos de cafeína”. El beneficio se observó únicamente en quienes tomaban café natural —sin azúcares añadidos ni mezclas energéticas— en dosis moderadas, equivalentes a una o dos tazas diarias.
El estudio presenta limitaciones: se trató de una muestra relativamente pequeña y no fue doble ciego, es decir, tanto los pacientes como los médicos sabían quiénes consumían café y quiénes no. Esa circunstancia podría influir en la percepción de los síntomas y en los resultados finales. Además, el trabajo se centró exclusivamente en personas con fibrilación auricular tratadas mediante cardioversión, por lo que sus conclusiones no pueden generalizarse aún a otros tipos de arritmia.
Los investigadores también señalan que la respuesta al café puede variar de un individuo a otro. “Algunas personas son más sensibles a la cafeína y pueden experimentar palpitaciones incluso con pequeñas dosis. Por eso, antes de modificar su consumo, es recomendable que cada paciente lo consulte con su cardiólogo”, advirtió.
Un cambio de paradigma en la relación entre café y corazón
Las conclusiones de la investigación australiana se suman a un creciente cuerpo de evidencia que cuestiona las viejas recomendaciones sobre el café. En los últimos años, estudios poblacionales en Europa y Asia ya habían mostrado que el consumo regular de café se asocia con menor mortalidad cardiovascular y menor incidencia de diabetes tipo 2.
Sin embargo, la novedad del trabajo publicado en JAMA es que se centró en personas con una condición cardíaca específica y bajo tratamiento, lo que le otorga una relevancia clínica particular. “Durante mucho tiempo, los pacientes con arritmias se vieron obligados a renunciar a una bebida que disfrutan. Ahora podemos decirles que, en la mayoría de los casos, no hay razón para ello”, declaró Kistler.
Los expertos recuerdan que el efecto protector del café no significa que sea una cura ni un sustituto del tratamiento médico. La fibrilación auricular sigue siendo una afección crónica que requiere control médico, medicamentos y seguimiento. No obstante, los resultados abren la puerta a reconsiderar las pautas dietéticas tradicionales.
En palabras de los investigadores, “el mensaje principal es de equilibrio. Una taza diaria puede ser beneficiosa, pero el exceso nunca lo es. Como en todo lo relacionado con la salud, la moderación sigue siendo la clave”.
Lo que falta por investigar
El siguiente paso, según los autores, será ampliar el estudio a una cohorte mayor y más diversa, para evaluar si el efecto protector se mantiene a largo plazo y en distintos tipos de arritmia. También se prevé analizar si la preparación del café —filtrado, espresso o instantáneo— influye en los resultados, dado que los niveles de compuestos bioactivos varían según el método de elaboración.
Los investigadores australianos colaboran actualmente con centros en Estados Unidos y Europa para replicar la experiencia en contextos clínicos más amplios. Si los hallazgos se confirman, podrían incorporarse en futuras guías internacionales sobre el manejo de la fibrilación auricular.
De momento, la evidencia más reciente sugiere que el café, lejos de ser un enemigo del corazón, podría convertirse en un aliado inesperado. Para millones de personas que comienzan el día con una taza humeante, la ciencia parece ofrecer ahora un motivo adicional para disfrutarla sin culpa, siempre bajo la mirada atenta del médico y dentro de un estilo de vida saludable.

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