Miles de millones de estrellas de mar han desaparecido frente a las costas del Pacífico de América del Norte en la última década, víctimas de una enfermedad devastadora que hace colapsar sus tejidos. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha identificado al responsable: una bacteria del género Vibrio, conocida por causar otras enfermedades graves en organismos marinos e incluso en humanos.
Durante más de diez años, científicos han observado con alarma cómo las poblaciones de estrellas de mar, desde Alaska hasta México, han sufrido una desaparición masiva. La llamada Sea Star Wasting Disease (SSWD), o enfermedad debilitante de la estrella de mar, provoca que estos animales marinos pierdan sus brazos, desarrollen lesiones visibles y finalmente mueran. Se trata de la mayor epidemia documentada en animales marinos silvestres, afectando a más de 20 especies. Hasta ahora, la causa seguía siendo un misterio. Pero una nueva investigación publicada en la revista Nature Ecology & Evolution ha identificado al agente responsable: una cepa específica de la bacteria Vibrio pectenicida.
Un asesino microscópico que descompone tejidos vivos
La bacteria responsable, conocida como Vibrio pectenicida cepa FHCF-3, actúa como un patógeno altamente agresivo. Según los autores del estudio, cuando una estrella de mar se expone a esta cepa, comienza a desarrollar lesiones en sus tejidos que progresan rápidamente. En pocos días, sus brazos comienzan a deformarse y desprenderse. A las dos semanas, el animal muere completamente descompuesto. El equipo logró demostrar este efecto tras inyectar la bacteria en ejemplares sanos.
“Cuando examinamos el líquido celómico —el equivalente al fluido corporal de las estrellas de mar— de animales enfermos y sanos, solo había una diferencia evidente: Vibrio”, explicó Alyssa Gehman, investigadora del Hakai Institute y coautora supervisora del estudio. “Nos dio escalofríos. Pensamos: eso es, lo encontramos. Eso es lo que está causando la enfermedad”.
La investigación, que ha sido calificada como un avance clave en ecología marina, abre la posibilidad de desarrollar futuras estrategias de mitigación y protección para estas especies. Sin embargo, el daño ya es enorme.
La muerte de un depredador clave
Entre las especies más afectadas por esta epidemia se encuentra la estrella de mar girasol (Pycnopodia helianthoides), uno de los equinodermos más grandes del planeta. Puede medir más de un metro de diámetro y tener hasta 24 brazos. Antes de la epidemia era común en las frías aguas del Pacífico, pero ahora ha desaparecido del 90 % de su rango natural.
Este depredador cumple un rol ecológico fundamental: se alimenta de erizos de mar, los cuales a su vez devoran bosques de algas kelp, unos de los ecosistemas marinos más productivos del mundo. La desaparición de la estrella de mar girasol ha desatado un desequilibrio ecológico de grandes proporciones. Los erizos se han reproducido sin control y han devastado extensas áreas de kelp, comprometiendo la biodiversidad marina y afectando industrias costeras.
“Esto tiene consecuencias mucho más amplias que la pérdida de una sola especie”, señala Melanie Prentice, investigadora de la Universidad de British Columbia y autora principal del estudio. “Afecta a todas las especies marinas que dependen de los bosques de kelp, y también a las personas que viven de la pesca y el ecoturismo en esas zonas.”
El calentamiento de los océanos, un aliado del patógeno
Uno de los factores clave que ha favorecido la expansión de la Vibrio pectenicida es el calentamiento de los océanos. Las bacterias del género Vibrio proliferan más rápidamente en aguas cálidas. La cepa FHCF-3 no es una excepción. Las olas de calor marinas registradas en los últimos años han creado un entorno ideal para su multiplicación, debilitando a las estrellas de mar y aumentando la carga patogénica en el entorno.
Este hallazgo también coincide con brotes anteriores de enfermedades causadas por otras cepas del mismo género bacteriano. Por ejemplo, Vibrio cholerae, causante del cólera en humanos, y Vibrio vulnificus, que ha provocado brotes graves en mariscos y peces. El vínculo entre el aumento de temperatura marina y la proliferación de estos microorganismos es cada vez más evidente, subrayando la vulnerabilidad de los ecosistemas marinos frente al cambio climático.
Una década de misterio, ahora con una respuesta clara
La identificación de Vibrio pectenicida como agente causante de la SSWD pone fin a más de una década de incertidumbre. Desde que se detectaron los primeros brotes en 2013, numerosos estudios intentaron identificar la causa, sugiriendo virus, otros tipos de bacterias, o incluso factores ambientales sin una causa patológica específica. Sin embargo, este nuevo estudio, respaldado por rigurosos experimentos de laboratorio, aporta evidencia directa.
El equipo de investigación, formado por científicos del Hakai Institute, la Universidad de British Columbia y la Universidad de Washington, realizó pruebas de inoculación y observación de síntomas, así como análisis genéticos y microbiológicos para confirmar que la cepa FHCF-3 es la culpable. Este nivel de certeza no se había alcanzado en estudios anteriores.
Hacia una restauración genética de las estrellas de mar
Aunque el panorama es sombrío, los investigadores tienen esperanzas para el futuro. Con el conocimiento sobre la bacteria responsable, será posible diseñar estrategias de conservación más eficaces. “Este descubrimiento es una oportunidad para pensar en formas de proteger a las estrellas de mar desde un nivel genético”, explicó Alyssa Gehman.
Una de las posibilidades que se barajan es la de desarrollar programas de cría selectiva con ejemplares resistentes a la bacteria. También se está considerando la reintroducción controlada de poblaciones sanas en zonas donde la enfermedad ha sido más devastadora, aunque esto requerirá un seguimiento estricto de las condiciones ambientales y la evolución del patógeno.
Un equilibrio marino en peligro
La pérdida de miles de millones de estrellas de mar representa mucho más que una tragedia para una especie emblemática. Estas criaturas, pese a su aparente simplicidad, cumplen roles cruciales en la regulación de las comunidades marinas. Sin ellas, la estructura y funcionalidad de los ecosistemas costeros cambia radicalmente.
Los bosques de kelp, que protegen las costas de la erosión, almacenan carbono atmosférico y proporcionan hábitat para centenares de especies, están amenazados. La desaparición de sus protectores naturales —las estrellas de mar que regulan a los erizos— ha desencadenado lo que algunos científicos consideran una “deforestación submarina”.
Además, el impacto económico no es menor. Muchas comunidades costeras dependen del equilibrio marino para la pesca sostenible, la recolección de mariscos y el turismo. Un ecosistema colapsado por la sobrepoblación de erizos y la pérdida de biodiversidad representa pérdidas millonarias y un riesgo para la seguridad alimentaria.
Lecciones para la conservación en la era del cambio climático
El caso de la Vibrio pectenicida y las estrellas de mar es un recordatorio contundente de cómo las enfermedades infecciosas pueden cambiar radicalmente un ecosistema. Y cómo el cambio climático amplifica estos efectos. No solo los corales y los peces son víctimas: incluso especies robustas como las estrellas de mar están en riesgo.
“Tenemos que empezar a pensar en enfermedades marinas con la misma seriedad con que tratamos las epidemias terrestres”, señala Prentice. “Los océanos ya están enfermos en muchos aspectos, y si no actuamos ahora, la pérdida de biodiversidad será irreversible”.
El trabajo de estos investigadores marca un hito en el entendimiento de las dinámicas de enfermedades marinas, y en cómo abordarlas. Pero también subraya la urgencia de mitigar el cambio climático y restaurar el equilibrio ecológico antes de que sea demasiado tarde.
Fuente: Prentice, M.B., Crandall, G.A., Chan, A.M. et al. Vibrio pectenicida strain FHCF-3 is a causative agent of sea star wasting disease. Nat Ecol Evol (2025). https://doi.org/10.1038/s41559-025-02797-2
Fuente: Hakai Institute. (4 de agosto de 2025). Researchers discover cause of sea star wasting disease [Comunicado de prensa]. EurekAlert! https://www.eurekalert.org/news-releases/1092789
Sin comentarios