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Estos arenques han olvidado su ruta migratoria por la sobrepesca de los peces más viejos
jueves, mayo 15, 2025

Estos arenques han olvidado su ruta migratoria por la sobrepesca de los peces más viejos

Banco de arenques nadando en formación en aguas del Atlántico Norte, representando su comportamiento migratorio colectivo.

Durante generaciones, millones de arenques del Atlántico han recorrido con precisión milimétrica una misma ruta migratoria frente a las costas de Noruega. Este viaje anual, crucial para su supervivencia y reproducción, era considerado un comportamiento casi inalterable, dictado por la evolución y reforzado por la transmisión social entre individuos. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature revela que esta población ha cambiado abruptamente su recorrido ancestral. ¿La causa? Una forma inesperada de amnesia colectiva provocada por la sobrepesca de los individuos más viejos del grupo.

Los investigadores describen este fenómeno como un ejemplo extremo de cómo la actividad humana puede desarticular no solo los ecosistemas, sino también los mecanismos culturales que rigen el comportamiento animal. “Cuando los peces más viejos desaparecen, también lo hace el conocimiento que han acumulado a lo largo de los años”, advierten los científicos. La pérdida de estos guardianes de la memoria migratoria ha desencadenado un cambio radical en el patrón de migración, cuyas consecuencias podrían repercutir en múltiples niveles del ecosistema marino.

El conocimiento ancestral bajo el mar

En la superficie, los bancos de peces parecen moverse al unísono como si siguieran un impulso biológico automático. Pero los científicos llevan tiempo explorando una hipótesis diferente: que los peces jóvenes aprenden de los más viejos y experimentados, que actúan como líderes de las migraciones. Este aprendizaje social construye lo que se conoce como una “memoria colectiva”, una especie de cultura transmitida intergeneracionalmente.

El arenque del Atlántico noruego, considerado la mayor población de arenques del mundo, representa uno de los casos más emblemáticos de migraciones estacionales. Cada año, estos peces recorren una distancia de aproximadamente 1300 kilómetros desde sus zonas de alimentación en el norte ártico hasta las áreas de reproducción frente a la costa oeste de Noruega.

Durante décadas, este patrón se ha mantenido relativamente constante. Pero entre los años 2021 y 2024, los científicos observaron una desviación abrupta: los arenques dejaron de completar el viaje tradicional hacia el sur y comenzaron a detenerse unos 800 kilómetros más al norte. Esta modificación radical en el comportamiento colectivo fue la señal definitiva de que algo profundo estaba ocurriendo dentro de la estructura poblacional del banco.

La pérdida de los líderes del cardumen

El análisis de los datos reveló una transformación demográfica significativa dentro de la población de arenques. En 2019, la biomasa de los peces más viejos ascendía a 4 millones de toneladas. Para 2023, esa cifra se había desplomado a tan solo 1,3 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 68 % en solo cuatro años.

Los investigadores vinculan directamente esta caída al exceso de pesca entre 2017 y 2022. Durante este periodo, las disputas entre países sobre los cupos de pesca impidieron alcanzar acuerdos efectivos, y los barcos pesqueros capturaron hasta un 40 % más de arenque de lo recomendado por los expertos. Como resultado, los peces de mayor tamaño (y, por ende, los más viejos) fueron capturados de forma desproporcionada.

“Se ha pescado selectivamente a los arenques más grandes, que casualmente también son los más experimentados”, explican los autores del estudio. Esta caza dirigida provocó una profunda alteración en la composición de edad de la población. Al quedar los más jóvenes en mayoría, y sin suficientes adultos para guiarlos, la migración dejó de estar anclada en la experiencia y se volvió errática.

Cuando los jóvenes guían y los viejos siguen

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que los arenques que aún conservaban memoria de la antigua ruta migratoria, en lugar de liderar, comenzaron a seguir a las nuevas generaciones. Este fenómeno invierte por completo la lógica del aprendizaje social intergeneracional.

En condiciones normales, los peces jóvenes aprenden la ruta al seguir a sus mayores. Pero con una población envejecida mermada hasta el punto de no poder organizar el desplazamiento colectivo, se ha producido un vuelco en el liderazgo. “Los pocos peces viejos que quedan ya no pueden imponer la antigua ruta. Se ven absorbidos por el movimiento del grupo, que ahora sigue una trayectoria alternativa”, detallan los investigadores.

Este cambio en la dinámica del grupo tiene implicaciones significativas. Si bien los arenques continúan migrando, lo hacen de una forma desacoplada de sus comportamientos históricos, lo que podría afectar su supervivencia, éxito reproductivo y la sincronía con otras especies que dependen de ellos.

Ecosistemas en desequilibrio

El cambio de ruta no solo afecta a los arenques. Toda una red trófica (es decir, la cadena de especies que dependen unas de otras para alimentarse) puede desestabilizarse. En particular, varias aves marinas que sincronizaban su reproducción con la llegada de larvas de arenque 800 kilómetros más al sur ahora encuentran un vacío alimentario. Al desplazarse el área de reproducción de los peces hacia el norte, muchas de estas aves literalmente “se quedan con el pico abierto”.

Este desajuste entre las especies que coevolucionaron puede tener consecuencias ecológicas amplias. “Si las larvas de arenque ya no están disponibles donde y cuando las aves las necesitan, esto puede reducir la tasa de supervivencia de las crías de aves y provocar una disminución en sus poblaciones”, advierten los científicos.

Además, otras especies depredadoras (incluyendo mamíferos marinos) podrían experimentar efectos similares. El arenque, por su abundancia, es una especie clave en el Atlántico Norte, y cualquier alteración en su comportamiento repercute en todo el ecosistema.

¿Puede recuperarse el conocimiento perdido?

El concepto de “memoria colectiva” en peces es relativamente nuevo, pero este estudio ofrece una prueba clara de su existencia y vulnerabilidad. Según los autores, la recuperación de la antigua ruta migratoria dependerá en gran medida de la recuperación de la estructura demográfica original del banco. Es decir, será necesario que los arenques puedan envejecer sin ser capturados masivamente, para que nuevas generaciones puedan aprender nuevamente de los veteranos.

No obstante, los investigadores son cautelosos sobre el tiempo que puede llevar un proceso así. “Si las rutas alternativas se consolidan durante varias generaciones, podrían convertirse en la nueva norma”, señalan. En ese caso, la ruta original podría desaparecer del repertorio cultural de la especie.

Este fenómeno es comparable a la pérdida de idiomas en culturas humanas cuando las generaciones mayores mueren sin haber transmitido sus conocimientos. La diferencia es que aquí se trata de peces, y el idioma perdido es una ruta migratoria vital.

Un llamado urgente a una gestión pesquera más sensata

Más allá del hallazgo científico, el estudio representa una advertencia clara para los responsables de las políticas pesqueras internacionales. La sobrepesca no solo reduce la cantidad de peces disponibles para el consumo humano, sino que también elimina estructuras sociales internas esenciales para la supervivencia de muchas especies.

“Este no es solo un problema de cantidad, sino de calidad poblacional”, subrayan los autores. “Necesitamos considerar la composición por edades en la gestión de pesquerías, no solo el volumen total de capturas.”

La experiencia de los arenques noruegos podría servir como lección para otras especies marinas con comportamientos sociales complejos. El salmón, el bacalao y el atún rojo, entre otros, también presentan migraciones influenciadas por el aprendizaje. La pérdida de sus individuos más viejos podría desencadenar fenómenos similares.

El estudio demuestra que los efectos de la pesca industrial no siempre son inmediatos ni evidentes, pero pueden ser profundos y de largo plazo. A medida que los océanos enfrentan presiones crecientes por el cambio climático y la explotación, comprender y proteger los sistemas de conocimiento que habitan bajo las olas se vuelve cada vez más urgente.

Fuente: Slotte, A., Salthaug, A., Vatnehol, S. et al. Herring spawned poleward following fishery-induced collective memory loss. Nature (2025). https://doi.org/10.1038/s41586-025-08983-3

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