Una investigación publicada en PNAS y difundida por la Universidad Técnica de Múnich (TUM) revela que la resistencia ciudadana frente a leyes que limitan la libertad personal se disuelve rápidamente tras su entrada en vigor. El hallazgo podría transformar la forma en que los gobiernos comunican sus políticas.
Cuando los gobiernos anuncian nuevas leyes que afectan directamente las libertades individuales, la reacción pública suele ser inmediata: protestas, encendidos debates y una fuerte oposición tanto en redes sociales como en el espacio público. Desde la prohibición de fumar en espacios cerrados hasta límites de velocidad más estrictos o impuestos al consumo de carne, estas medidas generan una sensación de pérdida que muchos ciudadanos consideran inaceptable. Sin embargo, una vez que la ley se pone en marcha, ocurre algo que a simple vista parece inexplicable: la oposición disminuye de forma significativa, incluso entre aquellos que antes se mostraban enérgicamente en contra.
Este fenómeno ha sido estudiado en profundidad por un equipo internacional de investigadores, cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Los científicos, liderados por expertos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), han confirmado que la resistencia a normativas restrictivas suele ser transitoria y se debilita de manera considerable una vez que estas medidas entran en vigor.
La paradoja de la resistencia temporal
El estudio parte de una observación empírica que, aunque conocida de manera informal por legisladores y sociólogos, no había sido explorada con rigor científico hasta ahora: la intensa oposición a ciertas leyes antes de su adopción contrasta con su rápida aceptación después de ser implementadas.
“Reactance o reactancia psicológica (la resistencia que provocan las medidas que restringen nuestra libertad personal) es muchas veces solo temporal y disminuye sustancialmente tras la introducción de esas medidas”, señala Armin Granulo, uno de los autores principales del estudio y profesor en TUM. “La oposición es menos robusta de lo que muchos políticos temen”.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes no solo para la sociología y la psicología social, sino también para la elaboración y comunicación de políticas públicas. ¿Por qué una norma que inicialmente provoca indignación termina siendo tolerada (e incluso respaldada) por una parte significativa de la población?
Un enfoque empírico: encuestas y experimentos
Para entender este comportamiento, los investigadores recurrieron tanto a datos históricos como a experimentos contemporáneos. Analizaron diversas encuestas realizadas en países europeos (entre ellos Bélgica, Escocia y los Países Bajos) que mostraban cómo cambiaban las actitudes del público antes y después de la implementación de leyes restrictivas.
Uno de los ejemplos más ilustrativos es el caso del veto al tabaco en espacios públicos. Antes de su entrada en vigor, la medida generó un fuerte rechazo, especialmente entre fumadores habituales y ciertos sectores comerciales. Sin embargo, una vez instaurada, la resistencia disminuyó drásticamente. Un fenómeno similar se observó en los Países Bajos, cuando se redujo la velocidad máxima en las autopistas a 100 km/h entre las 6 y las 7 de la mañana. Inicialmente criticada como una intromisión innecesaria del Estado, la norma fue progresivamente aceptada por la mayoría de la población.
Estos datos se complementaron con experimentos diseñados específicamente para este estudio. En ellos, se pidió a personas de Alemania y Reino Unido que evaluaran su aceptación de diversas medidas restrictivas: límites de velocidad, impuestos sobre el alcohol o la carne, y exigencia de vacunación para acceder a ciertos servicios. A la mitad de los participantes se les dijo que la medida era solo una propuesta; a la otra mitad, que ya llevaba un año en vigor. El contraste fue notable: aquellos que pensaban que la ley aún no estaba vigente mostraron más resistencia que quienes creían que ya era una realidad.
Del temor a la pérdida a la aceptación del beneficio colectivo
Una de las claves para entender este cambio de actitud radica en cómo las personas perciben el impacto de las nuevas normas. Según Robert Böhm, coautor del estudio y profesor de psicología en la TUM, el rechazo inicial se debe a un foco excesivo en las pérdidas personales.
“Cuando se anuncia una nueva regla, la atención se dirige inmediatamente hacia lo que se pierde: libertad, hábitos cotidianos, comodidad”, explica Böhm. “Pero después de su implementación, esas pérdidas pasan a segundo plano y se hace más evidente lo que la medida aporta al bienestar colectivo, como mejoras en salud pública o beneficios ambientales”.
Este cambio en el foco cognitivo (de lo individual a lo colectivo) parece ser un componente crucial en la transformación de la opinión pública. A medida que las personas se acostumbran a la nueva situación, también se vuelven más receptivas a sus objetivos y resultados, reinterpretando la medida como algo necesario y razonable.
Cómo comunicar leyes impopulares: lecciones para los legisladores
Uno de los aportes más útiles del estudio es su propuesta para mejorar la comunicación política en torno a medidas restrictivas. En un contexto de polarización y desconfianza hacia los gobiernos, saber cómo presentar una política puede ser tan importante como la política en sí misma.
En uno de los experimentos, los investigadores evaluaron cómo reaccionaban los ciudadanos cuando los beneficios sociales de una medida se explicaban desde el principio. El resultado fue claro: quienes recibían información centrada en las ventajas colectivas mostraban menos rechazo incluso antes de la entrada en vigor de la ley.
“En un experimento, enfatizamos los beneficios sociales de una medida antes de su implementación”, cuenta Christoph Fuchs, otro de los investigadores del equipo. “Los participantes que comprendieron esas ventajas desde el inicio mostraron una resistencia significativamente menor a la norma”.
Este hallazgo sugiere que una comunicación más estratégica, basada en evidencia científica y centrada en el bien común, podría suavizar el rechazo inicial que suele acompañar a este tipo de reformas.
Aplicaciones prácticas en un mundo en cambio
La relevancia del estudio va más allá de los casos específicos analizados. En un contexto donde los gobiernos enfrentan desafíos como el cambio climático, pandemias y crisis energéticas, muchas de las soluciones propuestas requieren cambios en el comportamiento individual. Esto puede incluir restricciones en el uso del automóvil, impuestos ecológicos, normas de salud pública o límites al consumo de ciertos productos.
Si los legisladores comprenden que la resistencia es en muchos casos pasajera y manejable mediante una buena estrategia de comunicación, podrían ser más valientes al proponer medidas impopulares pero necesarias. A su vez, los ciudadanos podrían beneficiarse de una transición menos conflictiva hacia políticas que, aunque restrictivas, buscan el bien colectivo.
La próxima fase del trabajo de estos investigadores será intentar trasladar estos hallazgos a la práctica legislativa. Esperan que sus resultados puedan ayudar a los responsables políticos a anticipar las reacciones del público y a diseñar estrategias de implementación más eficaces y menos divisivas.
Perspectivas futuras: hacia una legislación más empática
La investigación también deja entrever un reto mayor: cómo construir un contrato social más dinámico, en el que los ciudadanos estén dispuestos a aceptar ciertas restricciones en pro del bienestar común, y los gobiernos se comprometan a explicar de forma transparente y empática por qué esas restricciones son necesarias.
La resistencia a lo nuevo, especialmente cuando toca aspectos íntimos de la vida cotidiana, es una constante humana. Pero como demuestra este estudio, esa resistencia no es inamovible. De hecho, puede desvanecerse rápidamente si las políticas se presentan de manera adecuada y si la ciudadanía percibe que hay un beneficio compartido.
Así, los autores nos invitan a reflexionar sobre un futuro donde los cambios normativos no sean percibidos automáticamente como ataques a la libertad, sino como oportunidades para construir una sociedad más justa, equitativa y sostenible.
Fuente: A. Granulo, C. Fuchs, & R. Böhm, Psychological reactance to system-level policies before and after their implementation, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 122 (18) e2409907122, https://doi.org/10.1073/pnas.2409907122 (2025).
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