Inicio
Envejecimiento
Genética
Innovación
Salud
¿Es posible “pausar” el envejecimiento? Un nuevo estudio abre vías sorprendentes para la medicina y la exploración espacial
sábado, mayo 31, 2025

¿Es posible “pausar” el envejecimiento? Un nuevo estudio abre vías sorprendentes para la medicina y la exploración espacial

Mujer con arrugas profundas a la derecha , y con piel joven a la izquierda, símbolo del envejecimiento humano natural.

Por primera vez, científicos logran frenar temporalmente la necrosis, una forma destructiva de muerte celular asociada con enfermedades crónicas y el envejecimiento. El hallazgo ofrece esperanzas no solo para combatir dolencias como la insuficiencia renal, el Alzheimer y las afecciones cardíacas, sino también para prolongar la salud de astronautas en misiones espaciales.

Kraak de huesos, músculos entumecidos, arrugas en la piel… envejecer parece un destino inevitable. Pero ¿y si no lo fuera? Un equipo internacional liderado por investigadores del University College London (UCL) ha conseguido interrumpir, de forma controlada y temporal, un proceso celular hasta ahora visto como irreversible: la necrosis. Sus hallazgos, publicados en la revista científica Nature Oncogene, podrían reescribir las reglas del envejecimiento y revolucionar el abordaje de múltiples enfermedades degenerativas.

La investigación, que aún se encuentra en una fase preclínica, se centra en comprender y modular uno de los mecanismos más destructivos del organismo humano: la muerte celular no programada. Al lograr “pausar” este fenómeno, los investigadores abren la puerta a terapias que podrían prevenir el deterioro celular generalizado que acompaña al envejecimiento y a muchas enfermedades crónicas.

El enemigo silencioso: qué es la necrosis y por qué importa

En el cuerpo humano, las células están en constante renovación. Algunas mueren y son reemplazadas, mientras que otras se reciclan mediante procesos bien regulados conocidos como muerte celular programada o apoptosis. Este tipo de muerte celular, lejos de ser negativo, es esencial para la regeneración de tejidos, el desarrollo embrionario y el mantenimiento del equilibrio fisiológico.

La necrosis, en cambio, representa la otra cara de la moneda. A diferencia de la apoptosis, la necrosis es una forma no programada, abrupta y desorganizada de muerte celular. Cuando ocurre, la célula no se disuelve de manera ordenada, sino que estalla, liberando moléculas tóxicas al entorno celular. Este estallido genera inflamación en los tejidos circundantes y puede desencadenar una reacción en cadena que daña órganos enteros.

Uno de los elementos centrales de este proceso es el calcio. En condiciones normales, las concentraciones de calcio dentro y fuera de la célula están estrictamente reguladas. Sin embargo, durante la necrosis, esta regulación se pierde y los niveles de calcio dentro de la célula se disparan. Esto genera una especie de “cortocircuito bioquímico” que termina colapsando la célula desde dentro.

Este proceso no solo causa daño inmediato, sino que impide la regeneración tisular. Con el tiempo, esta acumulación de daño favorece la aparición de enfermedades degenerativas como la insuficiencia renal, las afecciones cardiovasculares, el Parkinson o el Alzheimer. Además, acelera los procesos típicos del envejecimiento, como la pérdida de masa muscular, la fragilidad ósea y el deterioro cognitivo.

Una estrategia para frenar el colapso celular

La gran innovación del equipo liderado por la Dra. Carina Kern, investigadora del UCL Cancer Institute, consiste en haber desarrollado una estrategia para interrumpir, de forma temporal y controlada, el proceso de necrosis inducido por calcio. Utilizando modelos celulares y organoides humanos derivados de riñón y cerebro, los científicos lograron restaurar los niveles normales de calcio intracelular y prevenir la cascada destructiva asociada a la necrosis.

“Lo que descubrimos es que el daño celular por necrosis, que antes se consideraba irreversible, en realidad puede detenerse en seco bajo ciertas condiciones”, explicó Kern. “Al intervenir en el momento justo, conseguimos evitar que las células colapsen, lo cual permite que los tejidos conserven su función y que incluso se reactive su capacidad regenerativa”.

Uno de los métodos clave del estudio fue el uso de herramientas de edición genética para observar en tiempo real cómo los niveles de calcio se desregulan dentro de las células durante los episodios de necrosis. Al mismo tiempo, los investigadores identificaron una proteína —denominada TMBIM5— que actúa como un regulador crítico de la entrada de calcio a las mitocondrias. Cuando esta proteína se elimina, la célula sufre una sobrecarga de calcio que precipita su muerte.

Por el contrario, al reforzar o proteger la función de TMBIM5, los investigadores pudieron estabilizar las células y evitar su necrosis. Según los autores, este mecanismo podría aprovecharse para diseñar nuevos tratamientos dirigidos a tejidos vulnerables, como el corazón o los riñones, donde la necrosis tiene un papel central en enfermedades crónicas.

Implicaciones médicas: del Alzheimer al envejecimiento saludable

Más allá del hallazgo fundamental, el estudio tiene profundas implicaciones médicas. La necrosis inducida por calcio ha sido identificada como un mecanismo común en múltiples enfermedades que afectan a personas mayores. Esto incluye desde afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer hasta enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

“Nuestros hallazgos sugieren que la necrosis puede ser un objetivo terapéutico para una amplia gama de enfermedades crónicas asociadas con el envejecimiento”, explicó Kern. “Si podemos detener esta forma de muerte celular, incluso de manera temporal, podríamos preservar la funcionalidad de los órganos por mucho más tiempo y mejorar la calidad de vida de millones de personas”.

Esto también reabre la conversación sobre el envejecimiento como proceso biológico modificable. Aunque la longevidad humana está influida por múltiples factores, desde la genética hasta el estilo de vida, la acumulación de daño celular sigue siendo uno de los determinantes más importantes del envejecimiento fisiológico. La posibilidad de intervenir en este daño en su fase inicial, antes de que se extienda a gran escala, podría cambiar radicalmente nuestra comprensión de la vejez.

El estudio, que fue financiado por el Medical Research Council y Cancer Research UK, también se alinea con otras investigaciones recientes que buscan desacelerar el envejecimiento a nivel celular, incluyendo enfoques basados en la autofagia, la metilación del ADN o el uso de senolíticos.

Implicaciones inesperadas para la exploración espacial

Uno de los aspectos más intrigantes de la investigación es su potencial aplicación en la exploración espacial. Los astronautas, debido a la baja gravedad y la exposición a la radiación cósmica, experimentan una forma acelerada de envejecimiento celular. Entre los órganos más afectados están los riñones, cuya funcionalidad se ve comprometida durante misiones prolongadas.

“La necrosis inducida por estrés es un problema real en condiciones de microgravedad”, señala el estudio. “Al encontrar formas de prevenir esta muerte celular en ambientes extremos, podríamos extender la capacidad de los astronautas para soportar misiones de larga duración, como un viaje a Marte”.

Esto añade una dimensión futurista al hallazgo: la posibilidad de utilizar terapias antinecróticas como parte del protocolo médico para astronautas. El concepto de “pausar” el envejecimiento celular durante misiones espaciales podría ser clave para preservar la salud física y cognitiva de las tripulaciones, especialmente en vuelos interplanetarios que podrían durar años.

El siguiente paso: de los laboratorios al tratamiento clínico

Aunque los resultados son prometedores, los investigadores subrayan que aún queda un largo camino por recorrer antes de que estos hallazgos se traduzcan en tratamientos clínicos. El siguiente paso es probar la intervención en modelos animales y, eventualmente, en ensayos clínicos con pacientes humanos.

Además, será necesario investigar con mayor profundidad los posibles efectos secundarios de interferir con los mecanismos naturales de muerte celular. Si bien prevenir la necrosis tiene ventajas claras, también existe el riesgo de que células dañadas o potencialmente cancerosas sobrevivan más de lo debido.

“Como toda intervención potente, esto debe hacerse con extrema cautela”, advierte Kern. “Necesitamos asegurarnos de que estamos deteniendo solo los procesos destructivos, sin interferir con los mecanismos que el cuerpo utiliza para defenderse o renovarse”.

Un campo emergente con múltiples aplicaciones

El estudio se suma a una creciente corriente científica que busca entender la biología del envejecimiento desde un enfoque mecanicista, en lugar de aceptarlo como una consecuencia inevitable del paso del tiempo. En ese sentido, detener la necrosis no es solo una estrategia médica, sino un cambio de paradigma.

Al comprender mejor cómo y por qué mueren nuestras células, los científicos esperan desarrollar terapias que nos permitan vivir más tiempo, pero también vivir mejor. No se trata de buscar la inmortalidad, sino de ganar años de vida saludable, libres de las enfermedades que hoy acompañan al envejecimiento.

Fuente: Kern, C., Bonventre, J.V., Justin, A.W. et al. Necrosis as a fundamental driver of loss of resilience and biological decline: what if we could intervene?. Oncogene (2025). https://doi.org/10.1038/s41388-025-03431-y

Sin comentarios