Inicio
Bebés
Embarazo
Estrés
Maternidad
Salud Emocional
El estrés durante el embarazo podría adelantar la salida de los primeros dientes del bebé
miércoles, noviembre 19, 2025

El estrés durante el embarazo podría adelantar la salida de los primeros dientes del bebé

Bebé sonriendo con los primeros dientes visibles, recostado sobre una cama, usado como imagen de portada para una noticia sobre cómo el estrés durante el embarazo puede adelantar la dentición infantil

Un nuevo estudio sugiere que los niveles hormonales vinculados al estrés durante el embarazo podrían influir en la velocidad con la que aparecen los primeros dientes de leche.

La cronología de la dentición infantil siempre ha intrigado a pediatras y odontólogos: algunos bebés muestran su primer diente a los pocos meses, mientras que otros tardan mucho más sin que exista una explicación clara. Un trabajo reciente realizado por investigadores de la Universidad de Rochester aporta nuevas pistas sobre esta variabilidad y apunta a un posible protagonista inesperado: el estrés materno durante la gestación. El análisis se basó en 142 díadas de madre e hijo, con mediciones hormonales tomadas en el último tramo del embarazo y seguimientos dentales durante los primeros dos años de vida.

La investigación, publicada en la revista Frontiers in Oral Health, se centra en comprender si ciertos biomarcadores asociados al estrés —en particular el cortisol— podrían estar relacionados con una dentición más temprana. Los autores explican que una aparición acelerada de los dientes de leche se ha propuesto como posible indicador de maduración biológica adelantada en la infancia, un fenómeno observado antes en estudios sobre telómeros y variaciones epigenéticas en contextos de estrés prenatal. Aunque esta hipótesis aún se debate, los resultados obtenidos refuerzan la idea de que los procesos hormonales durante la gestación tienen efectos más amplios de lo que se pensaba en el desarrollo temprano.

Desarrollo dental temprano y sus factores biológicos

La formación de los dientes de leche comienza sorprendentemente pronto, alrededor de la sexta semana de gestación, cuando las primeras estructuras dentales se organizan en el embrión. En esta etapa crítica, cualquier variación en el entorno intrauterino puede influir en la futura cronología dental. La literatura científica previa ya había mostrado que factores como el tabaquismo materno, una nutrición deficiente o condiciones socioeconómicas adversas pueden alterar el ritmo de la dentición.

Los investigadores explican que estos factores suelen estar asociados a niveles elevados de estrés crónico, lo que abre la puerta a mecanismos biológicos más complejos. Durante el embarazo, un aumento persistente de hormonas como el cortisol, la progesterona, el estradiol, la testosterona y las hormonas tiroideas T3 y T4 podría generar cambios en el metabolismo del calcio y la vitamina D, nutrientes esenciales para la mineralización de dientes y huesos. En palabras de los autores, “la interacción entre hormonas, estrés y desarrollo dental es más profunda de lo que se había estimado y está vinculada a los sistemas de regulación del crecimiento en fases muy tempranas de la vida”.

El análisis hormonal realizado con muestras de saliva

Para explorar esta relación, el equipo de la Universidad de Rochester tomó muestras de saliva de mujeres en el último trimestre del embarazo y cuantificó seis hormonas distintas. El método se eligió porque la saliva permite capturar concentraciones hormonales representativas sin procedimientos invasivos y refleja con fidelidad la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, clave en la respuesta al estrés.

Posteriormente, los investigadores siguieron de cerca la evolución dental de los niños mediante visitas especializadas a los 6, 12, 18 y 24 meses. Cada revisión registró el número y tipo de dientes que habían emergido, generando un mapa detallado de la cronología individual. La fuente primaria del estudio destaca que el equipo buscó patrones consistentes entre los biomarcadores prenatales y la evolución dental, aplicando modelos estadísticos ajustados para factores sociodemográficos.

El seguimiento reveló una diversidad significativa entre los bebés. A los 6 meses, apenas el 15 % tenía al menos un diente visible. A los 12 meses, la mayoría había desarrollado alrededor de seis dientes, aunque algunos aún no mostraban ninguno. Para los 24 meses, un cuarto de los niños ya presentaba los veinte dientes de leche, lo que ilustra la amplitud de ritmos existentes incluso dentro de un mismo grupo poblacional.

La conexión del cortisol con una dentición más temprana

El hallazgo más llamativo del estudio fue la asociación entre el cortisol materno y el número de dientes presentes a los 6 meses. Los bebés nacidos de madres con los niveles más altos de esta hormona mostraron, en promedio, cuatro dientes más que los hijos de mujeres con niveles bajos. El equipo subraya que este patrón se mantuvo incluso al considerar otros factores externos, lo que refuerza la posible influencia de la actividad hormonal sobre la dentición.

Los científicos explican en la publicación que “la elevación del cortisol durante el embarazo podría modificar la disponibilidad de calcio o la señalización celular en los tejidos en desarrollo”, un mecanismo que también ha sido observado en estudios animales donde suplementar vitamina D y calcio acelera la emergencia dental. Aunque el nuevo trabajo no demuestra causalidad directa, ofrece un marco coherente con investigaciones previas que vinculan el estrés prenatal con cambios epigenéticos y con indicadores de envejecimiento biológico temprano. En términos de desarrollo dental, esto podría traducirse en una aparición adelantada de los dientes de leche.

Además del cortisol, el estudio encontró relaciones más moderadas entre otros biomarcadores y la cronología dental. Niveles altos de estradiol y testosterona se asociaron con un mayor número de dientes a los 12 meses, mientras que en el caso de la progesterona y la testosterona estas correlaciones aparecieron a los 24 meses. Asimismo, el T3 mostró asociaciones significativas en las revisiones de los 18 y 24 meses. Estas hormonas participan en procesos claves como la formación de hueso, la regulación del metabolismo y la maduración tisular, por lo que sus efectos combinados podrían influir en la velocidad de la dentición.

Diagnósticos de salud mental sin relación directa en los resultados

Una observación que llamó la atención de los autores fue la ausencia de un vínculo claro entre diagnósticos clínicos de ansiedad o depresión durante el embarazo y el momento de aparición de los dientes de leche. Aproximadamente el 37 % de las mujeres del estudio tenía algún diagnóstico oficial, pero eso no parecía predecir una dentición más rápida o más tardía.

Los investigadores señalan que esto podría deberse a que los diagnósticos no reflejan toda la intensidad o variabilidad del estrés diario, especialmente en poblaciones con vulnerabilidad socioeconómica. “Los biomarcadores ofrecen una fotografía más precisa del entorno fisiológico en el que se desarrolla el feto”, explican en la publicación. De este modo, incluso sin una etiqueta diagnóstica, una mujer puede experimentar fluctuaciones hormonales importantes que afecten indirectamente al desarrollo dental de su bebé.

La naturaleza observacional del estudio limita las conclusiones, ya que una única medición hormonal en la etapa final del embarazo no permite captar completamente la evolución del estrés a lo largo de la gestación. Los autores subrayan que será necesario ampliar las investigaciones con muestras repetidas, un mayor grupo de participantes y análisis más profundos de factores nutricionales, ambientales y sociales que podrían modular el desarrollo dental temprano.

Qué significan estos hallazgos para el futuro de la investigación

El trabajo abre la puerta a líneas de investigación que integran endocrinología, odontología pediátrica y ciencias del desarrollo. La dentición, tradicionalmente observada como un proceso relativamente independiente del estado materno, podría convertirse en un biomarcador accesible para explorar la salud prenatal y sus efectos a largo plazo. Algunos científicos incluso consideran la posibilidad de utilizar la cronología dental como indicador complementario en estudios sobre envejecimiento temprano o plasticidad biológica infantil.

Los autores del estudio publicado en Frontiers in Oral Health indican que “comprender cómo actúan los sistemas de estrés durante el embarazo ayuda a revelar mecanismos aún ocultos del desarrollo humano”. Aunque subrayan que el objetivo no es generar alarma —ya que las diferencias en la dentición son comunes y no implican necesariamente problemas de salud—, los resultados sí apuntan a la importancia de seguir investigando cómo la biología materna influye en hitos tempranos del crecimiento.

En conjunto, la evidencia sugiere que el estrés prenatal podría tener un papel más complejo del que se intuía en la emergencia de los dientes de leche. Con estudios más amplios y con mediciones longitudinales, los científicos esperan esclarecer si estas variaciones son simplemente una expresión natural de la diversidad humana o si representan señales tempranas de procesos biológicos más profundos relacionados con la maduración y la salud futura.

Este estudio, basado en datos examinados en la publicación disponible en Frontiers in Oral Health, ofrece uno de los análisis más detallados hasta la fecha sobre la interacción entre hormonas prenatales y desarrollo dental, y posiciona la cronología de la dentición como una ventana valiosa para comprender el impacto del entorno intrauterino en la infancia.

Sin comentarios