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La ganadería causa una pérdida de biodiversidad mucho mayor de lo estimado en los bosques tropicales
sábado, julio 26, 2025

La ganadería causa una pérdida de biodiversidad mucho mayor de lo estimado en los bosques tropicales

Pastizal tropical con ganado vacuno, resultado de la deforestación del bosque, donde antes habitaban cientos de especies de aves nativas.

La conversión de selva tropical en pastizales para ganado causa una pérdida de biodiversidad al menos un 60 % mayor de lo que se pensaba, según el mayor estudio sobre aves jamás realizado en los trópicos. Investigadores encontraron que la magnitud del daño ambiental causado por la ganadería ha sido sistemáticamente subestimada, lo que plantea serias implicancias para la conservación de la naturaleza y el diseño de políticas globales.

En un exhaustivo estudio liderado por la University of Cambridge y publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, un equipo internacional de científicos analizó la riqueza de aves en trece ecorregiones distintas de Colombia, uno de los países con mayor biodiversidad del planeta. Allí documentaron la presencia de 971 especies de aves, una cifra que representa cerca del 10 % de todas las especies conocidas en el mundo. A través de grabaciones acústicas realizadas en más de mil puntos de muestreo, lograron una visión sin precedentes sobre cómo la deforestación está afectando a las comunidades de aves a gran escala.

El hallazgo más alarmante del estudio es que la biodiversidad desaparece mucho más rápidamente de lo que se había calculado en estudios anteriores, particularmente cuando los bosques se reemplazan por terrenos dedicados a la cría de ganado. Esto afecta especialmente a las especies que viven en áreas pequeñas y que dependen de hábitats muy específicos. Para muchas de estas aves, el reemplazo del bosque por pasturas implica, literalmente, la extinción local.

Una metodología innovadora para medir la biodiversidad real

Tradicionalmente, los impactos de la deforestación sobre la biodiversidad se han medido comparando áreas puntuales de selva con pastizales adyacentes, en estudios de escala local. Sin embargo, este enfoque no capta adecuadamente la magnitud del problema.

“La deforestación ocurre a gran escala, a diferentes altitudes y en todo tipo de ecosistemas. Si realmente quieres saber qué impacto tiene en la biodiversidad, tienes que considerar esa escala en el análisis”, afirmó David Edwards, investigador senior de la Universidad de Cambridge y autor corresponsal del estudio”.

En lugar de centrarse en comparaciones puntuales, el equipo recolectó datos de aves en más de 1000 puntos dispersos por todo el territorio colombiano, incluyendo zonas de bosque primario y pastizales para ganadería. Utilizando modelos que incorporan la sensibilidad ecológica de cada especie, detectaron que las pérdidas de biodiversidad asociadas a la ganadería son, en promedio, un 62 % mayores que lo que sugerían estudios anteriores basados en métodos locales.

Este enfoque permitió una estimación mucho más realista de cómo la conversión del bosque afecta a las especies. Las grabaciones acústicas fueron clave en este proceso: en el 80 % de los casos, las aves fueron identificadas por su canto, sin ser vistas directamente, lo que permitió un muestreo más completo incluso en hábitats densos.

Las consecuencias de subestimar el daño ecológico

Una de las implicancias más preocupantes de este hallazgo es que los modelos actuales usados para diseñar políticas de conservación podrían estar profundamente equivocados. Muchas estrategias internacionales de protección ambiental, como los esquemas de compensación por pérdida de biodiversidad, se basan en datos que ahora se sabe son incompletos o demasiado optimistas.

Estos programas, utilizados por gobiernos y empresas, intentan mitigar el daño ambiental protegiendo o restaurando hábitats en otros lugares. Pero, como señaló Edwards, “tales sistemas solo funcionan si se basan en datos confiables”. Si los impactos de la deforestación se están subestimando sistemáticamente, los esfuerzos de compensación también resultan insuficientes.

“El precio ambiental de la producción de carne es mucho más alto de lo que la mayoría de la gente cree. Esa hamburguesa barata en el supermercado tiene un costo enorme para la naturaleza”, advirtió el investigador.

Colombia, un paraíso en peligro

Colombia alberga una de las mayores diversidades biológicas del planeta. Cerca de un tercio de su superficie está cubierta por selva tropical, y en regiones como Caquetá o Napo pueden encontrarse entre 500 y 600 especies de aves en apenas 10 kilómetros cuadrados. Esta riqueza extraordinaria, sin embargo, viene acompañada de una gran fragilidad: muchas de estas especies viven únicamente en zonas muy específicas o a altitudes determinadas.

La expansión de la frontera agropecuaria —particularmente para la producción de carne de res, pero también de cultivos como café, palma aceitera y caña de azúcar— está provocando la desaparición irreversible de muchas especies. Una vez que su hábitat es destruido, estas aves no tienen a dónde ir.

La transformación del paisaje ha sido especialmente agresiva en las últimas décadas. En muchas regiones, el bosque ha sido reemplazado casi por completo por pastizales para ganado. Y como muestra el estudio, estas conversiones tienen un efecto devastador sobre la biodiversidad, incluso si algunas especies más comunes aún logran adaptarse a los nuevos entornos.

Implicancias globales: lo que comemos importa

El estudio no solo tiene relevancia para Colombia. Dado que la ganadería es uno de los principales motores de deforestación en todos los trópicos —incluyendo la Amazonía brasileña, el sudeste asiático y África central—, los resultados sugieren que el impacto global de la producción de carne sobre la biodiversidad ha sido ampliamente subestimado.

Esto plantea un dilema urgente tanto para gobiernos como para consumidores. ¿Es posible seguir expandiendo la producción de carne sin llevar al colapso los ecosistemas más ricos del planeta?

“Nuestros hábitos alimenticios tienen un impacto directo en el futuro del planeta”, dijo Edwards. “Y ha llegado el momento de asumir esa responsabilidad con seriedad.”

Los investigadores esperan que sus resultados sirvan para mejorar los modelos de evaluación de impacto ambiental y para promover políticas de conservación más eficaces, basadas en datos sólidos. También hacen un llamado a los consumidores, particularmente en los países de altos ingresos, para que reconsideren la frecuencia con la que consumen carne, dado su elevado costo ecológico.

Ciencia para la toma de decisiones

La investigación, que se prolongó durante varios años, representa el mayor estudio de biodiversidad de aves realizado hasta la fecha en una región tropical. Involucró una combinación única de tecnologías acústicas, análisis estadísticos de gran escala y conocimiento ecológico local.

Para los autores, el objetivo no es demonizar a los agricultores ni prohibir la producción ganadera, sino ofrecer herramientas más precisas para evaluar sus consecuencias y buscar alternativas más sostenibles. En algunos casos, prácticas de agroforestería o sistemas silvopastoriles podrían reducir los impactos negativos si se implementan correctamente.

A medida que la presión sobre los bosques tropicales aumenta debido al cambio climático, la expansión agrícola y la demanda global de alimentos, estudios como este son fundamentales para entender los límites del planeta y diseñar estrategias que permitan una coexistencia entre desarrollo humano y conservación de la biodiversidad.

“La única forma de proteger la naturaleza es comprenderla a fondo”, concluyó Edwards. “Y eso empieza con medir correctamente lo que estamos perdiendo.”

Fuente: Socolar, J.B., Mills, S.C., Gilroy, J.J. et al. Tropical biodiversity loss from land-use change is severely underestimated by local-scale assessments. Nat Ecol Evol (2025). https://doi.org/10.1038/s41559-025-02779-4

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