Inicio
Astronomía
Espacio
Sol
La sonda Solar Orbiter capta por primera vez la caótica región de la Antártida solar
viernes, junio 13, 2025

La sonda Solar Orbiter capta por primera vez la caótica región de la Antártida solar

Imagen del polo sur del Sol captada por la sonda Solar Orbiter, mostrando estructuras caóticas en el campo magnético de esta región nunca antes vista.

Un vistazo inédito a la cara más oculta de nuestra estrella revela un caos magnético que podría cambiar lo que sabemos del ciclo solar.

Por primera vez en la historia, la humanidad tiene acceso directo a imágenes de uno de los territorios más misteriosos del sistema solar: el polo sur del Sol. Gracias a la sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA), los científicos han logrado capturar vistas sin precedentes de esta región invisible desde la Tierra, revelando un panorama de intensas complejidades magnéticas. Este hito marca el comienzo de una nueva era en la exploración solar, una que promete transformar profundamente nuestra comprensión del comportamiento del astro que sustenta la vida en nuestro planeta.

Un rincón inexplorado del Sol

Desde hace siglos, la humanidad ha observado el Sol con admiración, temor y curiosidad. Sin embargo, a pesar de los avances en la astronomía moderna, tanto el polo norte como el polo sur del Sol han permanecido ocultos a nuestra vista. Esto se debe a una razón muy sencilla pero fundamental: todas las misiones espaciales que han estudiado el Sol (desde telescopios terrestres hasta observatorios orbitales) lo han hecho desde una perspectiva más o menos alineada con el plano de la eclíptica, es decir, el mismo plano en el que orbitan la Tierra y los demás planetas del sistema solar.

Por tanto, lo que tradicionalmente vemos del Sol es su ecuador y las regiones cercanas. Sus polos, en cambio, quedan completamente fuera del ángulo de visión de todos los instrumentos que comparten ese mismo plano orbital. Esta limitación ha impedido durante décadas a los astrónomos estudiar a fondo fenómenos clave que ocurren en las regiones polares del Sol, como la dinámica del campo magnético solar, que es esencial para comprender y predecir la actividad solar.

Pero eso cambió recientemente gracias a una innovadora modificación de la trayectoria de la sonda Solar Orbiter, lanzada en febrero de 2020 por la ESA en colaboración con la NASA. Esta sonda ha sido diseñada específicamente para acercarse lo más posible al Sol y observarlo desde ángulos inusuales, incluyendo, por primera vez, los polos solares.

El primer vistazo al polo sur

“Hoy revelamos las primeras imágenes de un polo solar, algo que la humanidad jamás había visto”, anunció con entusiasmo Carole Mundell, directora científica de la ESA. “El Sol es nuestra estrella más cercana, fuente de vida pero también una potencial amenaza para los sistemas modernos en la Tierra y en el espacio. Por eso es crucial entender su funcionamiento y poder predecir su comportamiento. Estas imágenes inéditas marcan el inicio de una nueva era en la investigación solar”.

La hazaña técnica que ha permitido estas imágenes es notable. Para salir del plano eclíptico, la Solar Orbiter realizó una serie de maniobras gravitacionales usando la fuerza de atracción de Venus. Estas asistencias gravitacionales han inclinado progresivamente la órbita de la sonda, permitiéndole observar el Sol desde un ángulo oblicuo que incluye su hemisferio sur. Desde esa nueva perspectiva, la sonda ha captado imágenes del polo sur solar con una nitidez sin precedentes.

Un campo magnético en pleno desorden

Lo que revelan estas primeras imágenes ha desconcertado a los científicos. Lejos de presentar una estructura estable o simétrica, el polo sur del Sol se muestra como una región de actividad desordenada y extrema, donde el campo magnético parece comportarse de forma caótica.

Esta observación es especialmente relevante si se tiene en cuenta que el Sol atraviesa ciclos de actividad magnética de aproximadamente 11 años, en los que su campo se invierte completamente. En el punto medio de este ciclo se produce el llamado máximo solar, cuando la actividad magnética alcanza su pico, con un incremento de manchas solares, erupciones y tormentas solares que pueden tener efectos directos sobre la Tierra. Luego, el ciclo desciende hacia el mínimo solar, un período de calma relativa en el que el campo magnético se organiza de nuevo y muestra una configuración más estructurada.

Actualmente, el Sol acaba de atravesar un máximo solar, y se espera que en unos cinco o seis años alcance su próximo mínimo. Que la Solar Orbiter haya captado el polo sur justo después de este punto álgido ofrece una oportunidad única para seguir en tiempo real la evolución de ese campo magnético desordenado hacia una configuración más estable.

“Este es el momento ideal para observar cómo se reorganiza el campo magnético del polo sur del Sol tras el máximo solar”, explican desde la ESA. “Esperamos ver cómo pasa del caos a una estructura ordenada, lo que nos permitirá comprender mejor las dinámicas internas del Sol”.

La importancia de los polos solares

El estudio de los polos solares no es una simple curiosidad astronómica. Los polos son regiones clave en la generación del campo magnético solar, ya que allí se inician procesos fundamentales como el transporte de flujo magnético y la reversión polar. Estas dinámicas afectan no solo al clima espacial (es decir, las condiciones en el espacio cercano a la Tierra causadas por la actividad solar), sino también a fenómenos que tienen impacto directo en nuestro planeta, como las tormentas geomagnéticas.

Cuando estas tormentas son intensas, pueden dañar satélites, interrumpir comunicaciones por radio, afectar redes eléctricas y poner en riesgo a astronautas en el espacio. Comprender el comportamiento polar del Sol es, por tanto, una cuestión de seguridad tecnológica y estratégica para la humanidad.

Además, el estudio de los polos permitirá mejorar los modelos que predicen la actividad solar. Hasta ahora, los científicos tenían que extrapolar datos obtenidos desde el ecuador solar para hacer conjeturas sobre los polos, una práctica que se sabe imprecisa. Gracias a Solar Orbiter, podrán reemplazar esas suposiciones por observaciones directas.

Una sonda pionera

La Solar Orbiter es una de las misiones solares más ambiciosas jamás lanzadas por Europa. Está equipada con una decena de instrumentos científicos de última generación, diseñados tanto para obtener imágenes del Sol como para medir el viento solar, el campo magnético y otras variables físicas del entorno espacial cercano a nuestra estrella.

Desde su lanzamiento, la sonda ha proporcionado imágenes de altísima resolución de la corona solar, detectado pequeñas erupciones llamadas “campfires” (fogatas solares) y ha mejorado notablemente nuestra comprensión de cómo se genera el viento solar. Con su nueva inclinación orbital, se espera que en los próximos años la Solar Orbiter continúe revelando detalles aún más asombrosos de los polos solares.

De hecho, la mayor parte de los datos obtenidos en su nueva órbita aún no han sido procesados. “Estos primeros resultados son solo la punta del iceberg”, afirman desde la ESA. “Nos espera un flujo constante de nueva información que, con el análisis adecuado, transformará nuestra visión del Sol”.

Hacia un mapa completo del Sol

Lo que hasta hace poco parecía una utopía (tener un mapa completo y tridimensional del Sol) empieza a convertirse en una posibilidad tangible. Con cada maniobra, la Solar Orbiter se aleja más del plano orbital de la Tierra y amplía su campo de visión, acercándose a un conocimiento integral de toda la superficie solar, incluidos sus polos.

Este conocimiento tendrá aplicaciones que van más allá de la astrofísica pura. Un mejor entendimiento del ciclo solar y su impacto en el clima espacial permitirá proteger de forma más efectiva las infraestructuras críticas que dependen de la tecnología satelital. También permitirá anticipar mejor los periodos de alta actividad solar y diseñar sistemas más resilientes para enfrentarlos.

Un hito histórico en la exploración solar

No es exagerado afirmar que las imágenes del polo sur del Sol obtenidas por Solar Orbiter constituyen un momento histórico en la exploración espacial. Por primera vez, podemos observar directamente un componente esencial pero invisible del comportamiento solar. Y lo que hemos encontrado allí no es calma ni orden, sino un campo magnético turbulento que desafía nuestras expectativas.

Sin embargo, es precisamente este tipo de sorpresas lo que impulsa la ciencia hacia adelante. Con cada nuevo dato, se redefine lo que sabemos sobre el Sol y sobre nuestro lugar en el universo. Y aunque el trabajo de análisis apenas ha comenzado, ya es evidente que las contribuciones de la Solar Orbiter marcarán un antes y un después en la física solar.

Como concluye la ESA: “Esta misión no solo amplía nuestros horizontes científicos, sino también nuestra capacidad para convivir de forma segura y sostenible con la estrella que nos da vida”.

Fuente: European Space Agency. (2025, June 11). Solar Orbiter gets world-first views of the Sun's poles. https://www.esa.int/Science_Exploration/Space_Science/Solar_Orbiter/Solar_Orbiter_gets_world-first_views_of_the_Sun_s_poles

Sin comentarios