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Estudio del MIT advierte sobre los riesgos cognitivos de usar ChatGPT, pero expertos señalan que el problema es más complejo
viernes, junio 27, 2025

Estudio del MIT advierte sobre los riesgos cognitivos de usar ChatGPT, pero expertos señalan que el problema es más complejo

Estudiante escribiendo en una laptop mientras consulta ChatGPT, representando el uso de IA en entornos educativos.

El uso de inteligencia artificial en la educación, en particular de herramientas como ChatGPT, ha generado un debate creciente entre académicos y docentes a nivel mundial. Una investigación reciente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) concluye que el uso prolongado de esta tecnología puede perjudicar la capacidad de aprendizaje y reducir el esfuerzo cognitivo. Sin embargo, expertos australianos advierten que los resultados deben interpretarse con mayor cautela y contexto.

Desde su lanzamiento a fines de 2022, ChatGPT ha transformado la forma en que muchas personas redactan textos, resuelven problemas y acceden a información. En el ámbito educativo, esto ha provocado preocupaciones considerables. Profesores de distintos países alertan sobre una creciente dependencia de los estudiantes hacia esta tecnología, al punto que algunos califican de “insostenible” la validez de trabajos finales como tesis o ensayos. Pero ¿es realmente tan grave el impacto? El debate está lejos de cerrarse.

La advertencia del MIT: menos esfuerzo, menor aprendizaje

Un estudio llevado a cabo por investigadores del MIT y publicado en junio de 2025 concluye que escribir ensayos con ayuda de ChatGPT puede generar una “deuda cognitiva”, disminuyendo no solo la implicación mental de los usuarios sino también su capacidad de retención y comprensión. El experimento siguió a 54 adultos durante cuatro meses, en los cuales se les pidió redactar cuatro ensayos bajo diferentes condiciones: uno con ayuda de ChatGPT, otro con el uso de motores de búsqueda tradicionales y otro completamente sin asistencia digital.

Mientras redactaban los textos, se analizaron distintos indicadores de su esfuerzo cognitivo, como patrones de actividad cerebral y características lingüísticas de sus escritos. Los resultados revelaron que los participantes que utilizaron ChatGPT mostraron un nivel significativamente menor de implicación mental. Además, tuvieron dificultades para recordar lo que habían escrito y expresaron sentirse menos identificados con el contenido de sus propios textos.

En la fase final del estudio, se invirtieron los roles: quienes primero trabajaron sin IA usaron ChatGPT, y viceversa. Sorprendentemente, los antiguos usuarios de IA obtuvieron peores resultados que quienes escribieron sin asistencia desde el comienzo. Según los investigadores, esto indica que el uso prolongado de IA puede afectar negativamente la capacidad de pensamiento autónomo. “No lograron alcanzar el mismo nivel de desempeño cognitivo que los demás”, afirmaron los autores. “Habían acumulado una especie de desventaja en sus habilidades mentales”.

Un estudio prometedor, pero con límites importantes

A pesar del impacto mediático de estos hallazgos, varios especialistas han cuestionado la forma en que se han interpretado. Entre ellos se destacan Vitomir Kovanovic y Rebecca Marrone, investigadores en educación de la University of South Australia, quienes ofrecieron un análisis más matizado a través de The Conversation.

Para comenzar, explican que las propias limitaciones metodológicas del estudio reducen el peso de sus conclusiones. Por ejemplo, solo 18 personas —seis por grupo— completaron el cuarto y último ensayo, lo que hace que los resultados no sean estadísticamente robustos. “Los hallazgos deben considerarse preliminares y requerirán validación en estudios futuros con muestras más amplias”, sostienen.

Pero hay más: el diseño del experimento favoreció a quienes escribieron sin ayuda desde el inicio. Estos participantes tuvieron tres oportunidades para familiarizarse con la tarea, lo que probablemente les permitió mejorar su desempeño por pura práctica. En cambio, los usuarios de ChatGPT enfrentaron su primera redacción sin asistencia recién en la cuarta sesión, por lo que es lógico que mostraran un menor rendimiento. Este efecto, conocido como “familiarización”, podría haber influido significativamente en los resultados.

También se señala que los participantes que escribieron sin IA abordaron en su último ensayo temas que ya conocían, lo que les permitió recordar mejor sus ideas previas y utilizar ChatGPT de manera más estratégica, como herramienta de apoyo y no como fuente principal de contenido. Esto explicaría en parte por qué su desempeño mejoró, sin que ello implique necesariamente una superioridad cognitiva absoluta sobre los demás grupos.

¿Una nueva calculadora para la era digital?

La controversia recuerda a la que generó el uso de calculadoras en las aulas durante los años 70. En aquel momento, muchos temían que los estudiantes perdieran habilidades matemáticas básicas. Sin embargo, con el tiempo se entendió que la tecnología podía ser un complemento educativo, siempre y cuando se rediseñaran las evaluaciones para exigir razonamiento y no solo operaciones mecánicas.

Algo similar ocurre ahora con ChatGPT. Muchas instituciones educativas continúan utilizando criterios de evaluación que no han sido actualizados a la nueva realidad digital. Al hacerlo, corren el riesgo de fomentar lo que los investigadores del MIT denominaron “pereza metacognitiva”: una reducción del pensamiento crítico en favor de respuestas rápidas y superficiales generadas por IA.

Sin embargo, la inteligencia artificial no tiene por qué ser vista como una amenaza. Los investigadores australianos proponen cambiar la forma en que se enseña y se evalúa, integrando la IA como una herramienta legítima de aprendizaje. Por ejemplo, se podría pedir a los estudiantes que diseñen planes de clases con ayuda de IA, para luego discutirlos oralmente con docentes que evalúen su comprensión y creatividad.

“En el estudio del MIT, todos los participantes seguían escribiendo los mismos ensayos tradicionales”, afirman Kovanovic y Marrone. “Sus esfuerzos estaban alineados con lo que el sistema educativo esperaba de ellos, no con una adaptación al nuevo contexto tecnológico”.

Transformar el aprendizaje en lugar de temerle

Una de las lecciones principales del debate es que el sistema educativo debe evolucionar. Las habilidades que se espera de las nuevas generaciones —como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas complejos— no pueden seguir siendo evaluadas con herramientas del pasado. Del mismo modo que las divisiones largas ya no son la única prueba de competencia matemática, redactar ensayos a mano tampoco debería ser el único parámetro para medir la capacidad de análisis.

El verdadero reto está en enseñar a los estudiantes a decidir cuándo, cómo y por qué usar la inteligencia artificial. Delegar tareas mecánicas a la IA para liberar capacidad mental puede ser tan valioso como saber cuándo tomar el control total del proceso. En otras palabras, la clave está en el equilibrio.

De acuerdo con los expertos, ChatGPT y tecnologías similares pueden funcionar como socios de aprendizaje, no como sustitutos del pensamiento humano. En vez de obstaculizar el desarrollo cognitivo, podrían potenciarlo, siempre y cuando los educadores y las instituciones diseñen estrategias pedagógicas adecuadas para ese fin.

“Ambos grupos pueden aprender lo mismo, siempre y cuando la tarea esté bien formulada”, concluyen los autores del artículo en The Conversation. La inteligencia artificial, al igual que la calculadora en su momento, representa una oportunidad para repensar el papel del aprendizaje en la era digital. Aprovechar ese potencial, y no rechazarlo de plano, podría marcar la diferencia entre una educación estancada y una que verdaderamente prepare a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI.

Fuente: Chow, A. R. (2025, junio 17). ChatGPT may be eroding critical thinking skills, according to a new MIT study. TIME. https://time.com/7295195/ai-chatgpt-google-learning-school/

Fuente: Kovanovic, V., & Marrone, R. (2025, junio 23). MIT researchers say using ChatGPT can rot your brain. The truth is a little more complicated. The Conversation. https://theconversation.com/mit-researchers-say-using-chatgpt-can-rot-your-brain-the-truth-is-a-little-more-complicated-259450

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