Los hombres con problemas articulares muestran mayor fertilidad que los sanos ¿Pero por qué?

Según el estudio, los hombres con enfermedades inflamatorias articulares, como la artritis reumatoide, tienen en promedio más hijos y con mayor frecuencia que los hombres sanos. Esta tendencia se observó especialmente en aquellos diagnosticados después del año 2000, sugiriendo una posible influencia positiva de los nuevos fármacos inmunomoduladores en la fertilidad masculina.

Hombres con dolores articulares, como artritis, muestran mayor probabilidad y número promedio de hijos, según un estudio. La causa exacta de esta asociación aún es desconocida, pero se sugiere que la influencia de los tratamientos, especialmente la nueva generación de fármacos inmunomoduladores, podría desempeñar un papel clave en este fenómeno sorprendente.

El primer pensamiento lógico que podría venir a la mente es que tiene que ver con el estilo de vida, pero no es así. Más bien, deberíamos buscar la respuesta en el tratamiento de estos pacientes articulares. Nota: no se trata solo de rodillas doloridas, sino de enfermedades inflamatorias más graves de las articulaciones, como la artritis reumatoide o la enfermedad de Bechterew.

Pero aún quedan muchas cosas por aclarar sobre esta conexión. Los investigadores del Hospital Universitario de Stavanger no van mucho más allá de que aún hay factores desconocidos en torno al desarrollo de la enfermedad o su tratamiento, que afectan a la fertilidad de los pacientes.

Cada vez más enfermedades autoinmunes 

Las enfermedades autoinmunes son cada vez más frecuentes y ya se sabe que pueden afectar a la fertilidad. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que las mujeres que padecen enfermedades inflamatorias de las articulaciones (o articulaciones crónicamente inflamadas, sobre todo en manos, espalda, rodillas y caderas) ven reducida su fertilidad. Entre los hombres se han realizado muchas menos investigaciones similares, pero esto ha cambiado ahora.

Los investigadores calcularon la fertilidad, observando cuántos de los casi 11 000 hombres noruegos con problemas articulares crónicos no tenían hijos y cuántos tenían el resto. Aproximadamente un tercio había sido diagnosticado de artritis reumatoide, otro tercio padecía artritis psoriásica y el resto sufría espondiloartritis. Cada paciente con articulaciones fue emparejado con cinco hombres noruegos sanos.

Tres generaciones de fármacos, una clara diferencia

Entre 1967 y 2021, los investigadores contaron más de 111 000 nacimientos de los más de 65 000 hombres examinados en el estudio en total. La edad media a la que los hombres con enfermedad inflamatoria articular fueron padres por primera vez fue de 27 años. En el grupo de control, los hombres fueron padres por primera vez a los 28 años de media. La edad media a la que se les diagnosticó fue de 44 años.

Los nacimientos y la falta de hijos se dividieron en tres periodos de tiempo porque el tratamiento de las enfermedades inflamatorias de las articulaciones cambió bastante con el tiempo. Hubo una época de 1967 a 1985 (antes de la introducción del metotrexato), otra de 1986 a 1999 (con el metotrexato) y la actual de 2000 a 2021, cuando se puso de moda el uso de biológicos. Los biológicos son fármacos inmunomoduladores (ImiD) que actúan sobre el sistema inmunitario e inhiben el crecimiento de las células enfermas.

El número medio de hijos en un paciente varón era de 1,8, frente a 1,7 en el grupo de control. Aproximadamente uno de cada cinco pacientes no tenía hijos, mientras que más de una cuarta parte de los hombres sanos no los tenían. También había diferencias en el tamaño de la familia: los hombres con problemas articulares tenían más probabilidades de tener dos hijos (36 % frente a 33 %) y ligeramente más probabilidades de tener tres hijos (20 % frente a 19 %).

Las diferencias se encontraron en todos los grupos de edad y también en los tres periodos de tiempo, pero el efecto más claro se observó en el grupo de hombres diagnosticados después del año 2000: tenían una media de 1,8 hijos frente a 1,6 en el grupo de control, y la falta de hijos también era mucho menos frecuente entre los hombres enfermos (del 22 al 28 %). Si nos fijamos solo en los treintañeros, diagnosticados después de 2000, la diferencia es aún mayor: solo el 22 % seguía sin tener hijos, frente al 32 % de los hombres sanos.

Influencia de los nuevos fármacos

Los científicos señalan que se trata de un estudio observacional y que, por tanto, no es seguro que exista una relación causal. Además de la enfermedad, también pueden influir factores psicológicos o socioeconómicos. Sin embargo, concluyen: “Los hombres con enfermedad inflamatoria articular no deben preocuparse por la reducción de la fertilidad. Pero es importante contar con más estudios sobre enfermedades específicas para poder ofrecer a los pacientes información más específica”.

Los investigadores sospechan que la nueva generación de fármacos puede tener un impacto positivo en la fertilidad. “Nuestros hallazgos sobre la menor falta de hijos y el mayor número de hijos en pacientes varones es novedoso y da pie a nuevas hipótesis sobre la relación entre la fertilidad, las enfermedades reumatoides inflamatorias y los fármacos inmunomoduladores”, concluyen los científicos.

Más información sobre los problemas articulares

Los problemas articulares, como la artritis reumatoide, son afecciones autoinmunes que afectan las articulaciones. En la artritis reumatoide, por ejemplo, el sistema inmunológico ataca por error las articulaciones, causando inflamación, dolor y eventual daño articular. La artritis psoriásica está asociada con la psoriasis, y la espondiloartritis afecta principalmente la columna vertebral.

Estas condiciones pueden tener impactos significativos en la calidad de vida, ya que la inflamación crónica puede llevar a la deformidad articular y limitar la movilidad. El tratamiento varía e incluye medicamentos antiinflamatorios, inmunomoduladores y, en algunos casos, terapias físicas. La conexión entre estas afecciones y la fertilidad, según el estudio mencionado, sigue siendo un área de investigación en curso.
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