Estudio revelador: 61 000 muertos por calor en el verano pasado en Europa, y esto es solo el principio

El impacto mortífero del calor: 61 000 europeos fallecieron el verano pasado y se pronostica un aumento devastador si no se toman medidas adecuadas

Porque sin las medidas adecuadas, las muertes por el calor abrasador del verano podrían llegar a 94 000 en 2040 y hasta 120 000 en 2050, advierten los investigadores.

El año 2022 está en la mente de muchos científicos del clima. De hecho, ese año estuvo marcado por el calor extremo, la sequía, los incendios forestales y un deshielo sin precedentes de los glaciares europeos. 

El verano de 2022 se caracterizó por una serie de fuertes olas de calor e incluso acabó pasando a los libros como el verano más caluroso jamás registrado en Europa. En un nuevo estudio, los investigadores han calculado cuántas vidas se cobró este calor abrasador. Y las cifras no mienten.

Hasta 61 000 muertes

Para determinar cuántas muertes relacionadas con el calor se produjeron el año pasado, el equipo recurrió a los datos recogidos por la oficina europea de estadística Eurostat. Esta base de datos contiene información sobre más de 45 millones de muertes en 35 países europeos. Tras un análisis exhaustivo, los investigadores concluyeron que entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022 se produjeron nada menos que 61 672 muertes por calor extremo.

Algo preocupante

Según el investigador Joan Ballester, estos resultados son preocupantes. “El verano de 2022 entró en los libros como el más caluroso de Europa”, declaró. “A pesar de varios planes de prevención, este verano se cobró más de 61 000 vidas. Y ello a pesar de que tras el anterior verano europeo más caluroso, que tuvo lugar en 2003, hubo una concienciación social mucho mayor sobre los efectos del calor en la salud. Esto llevó a la implantación de sistemas de alerta temprana específicamente diseñados para mitigar los efectos de las olas de calor. A pesar de estos esfuerzos, nuestras conclusiones sugieren que estas medidas seguían siendo insuficientes para afrontar los retos del calor extremo”.

La mayoría de las muertes se produjeron en Italia (18 010 muertos), España (11 324 muertos) y Alemania (8173 muertos). Pero el calor también mató a miles de personas en Francia (4807 muertes), Reino Unido (3469 muertes) y Grecia (3092 muertes). 

El calor fue demasiado para las mujeres europeas en particular. Así, se constató que el número de muertes entre las mujeres era un 56 % superior al de los hombres. Muchas mujeres mayores de 80 años eran especialmente vulnerables. En el grupo de edad de menos de 80 años, en cambio, murieron más hombres que mujeres. “Esto demuestra que existen diferencias sorprendentes entre los países y las regiones europeas”, afirma Ballester. “Además, también hay diferencias llamativas en cuanto a edad y sexo que demuestran que algunas personas son más vulnerables al calor que otras”.

Olas de calor

Que el verano de 2022 se cobrara tantas vidas es en realidad bastante notable, explica Ballester. “A pesar de ser el verano más caluroso de la historia, las temperaturas durante ese verano no fueron tan excepcionales en el sentido de que se podrían haber predicho basándose en el aumento de temperatura observado durante la última década”, explica. “No obstante, se produjo un aumento significativo de hasta 25 500 muertes relacionadas con el calor en comparación con el periodo comprendido entre 2015 y 2021”.

Los resultados ponen de relieve lo peligrosas que son las olas de calor. Suponen una grave amenaza para la salud en todo el mundo y aumentan considerablemente el riesgo de enfermedad y muerte. “Las olas de calor son fenómenos meteorológicos extremos que tienen una enorme repercusión en el número de muertes”, subraya Ballester. Y no parece que vayamos a librarnos de ellas a corto plazo. De hecho, a medida que la temperatura global siga subiendo, se prevé que el número de olas de calor no haga, sino aumentar en el futuro. Además, serán cada vez más graves.

Más muertes en el futuro

Por ello, Ballester se muestra bastante preocupado por las consecuencias del cambio climático. “El calentamiento se está acelerando”, afirma. “Las temperaturas globales aumentaron a un ritmo de 0,028 grados centígrados al año entre 1991 y 2012. Pero entre 2013 y 2022, las temperaturas subieron la friolera de 0,142 grados centígrados al año. Este aumento, atribuido a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, ha provocado los años más cálidos registrados a nivel mundial”. Europa, en particular, está experimentando un rápido calentamiento en comparación con otros continentes. De hecho, Europa es el continente de la Tierra que más rápido se está calentando. “Las previsiones apuntan a que las temperaturas seguirán aumentando sin cesar y, por tanto, también lo harán sus efectos sobre la salud”, señala Ballester. “Así, sin medidas adecuadas, el número de muertes prematuras debidas al calor extremo del verano podría alcanzar más de 68 000 en 2030. En 2040, el número de muertes podría aumentar a 94 000 y posiblemente incluso a 120 000 en 2050”.

Debemos tomar más medidas

Aunque se trata de una perspectiva grave, en primer lugar habrá que centrarse en el verano actual. Según el investigador, es importante que tomemos medidas para evitar que este año vuelvan a morir prematuramente demasiadas personas por golpes de calor. “Solo podremos invertir la tendencia si se adoptan medidas contundentes de mitigación y adaptación”, subraya. “La aplicación de planes de prevención del calor es crucial para proteger sobre todo a las personas vulnerables. Sin embargo, la eficacia de estas medidas sigue siendo limitada”. Por ello, el investigador aboga por revisar y reforzar urgentemente los planes existentes contra el calor. “El enorme número de muertes que se produjeron en el verano de 2022 debido al calor sugiere que las medidas se quedaron cortas”, afirma Ballester. Así, queda mucho trabajo por hacer en este ámbito. “Además, es necesario abordar las desigualdades geográficas en la vulnerabilidad al calor, especialmente en el sur de Europa”, argumenta Ballester. “También tendremos que recopilar más datos para hacernos una mejor idea de las repercusiones del cambio climático en la salud”. “Los gobiernos y otros responsables tendrán que dar prioridad a abordar estas cuestiones”.

Y eso es más importante ahora que nunca. Mientras tanto, la semana pasada (del 3 al 9 de julio) ya ha pasado a los libros como la más calurosa registrada en todo el mundo. Y el pasado mes de junio también fue ya el más caluroso jamás registrado. Por tanto, no es de extrañar que algunos miren con ansiedad el próximo verano. Porque no parece improbable que mucha gente sufra también este año otro verano europeo excepcionalmente caluroso. “El calentamiento acelerado observado en los últimos años pone de manifiesto la urgente necesidad de revisar y reforzar sustancialmente los planes de prevención”, reitera Ballester. “Es necesario actuar urgentemente para hacer frente a la escalada de los impactos del calentamiento global y las olas de calor extremas”.

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