La electricidad logra acelerar la curación de heridas, hasta tres veces más rápido

Estimulación eléctrica de la piel: la nueva técnica que podría revolucionar el tratamiento de heridas crónicas.

Suena extraño: curar heridas utilizando electricidad. Sin embargo, eso es exactamente lo que los investigadores han conseguido. De hecho, la aplicación práctica a gran escala se ha acercado un gran paso.

Un viejo refrán sueco dice: “Nunca descuides a un amigo ni una pequeña herida”. Para la mayoría de la gente, por supuesto, una herida no supone tanto problema, desaparece por sí sola, pero en un grupo cada vez más numeroso, esa herida puede hacerse crónica. 

Los diabéticos, las personas con lesiones de espalda, problemas circulatorios y los ancianos se ven especialmente afectados. En casos extremos, las heridas que no cicatrizan pueden acabar convirtiéndose en inflamaciones graves y amputación de miembros. Por eso hace tiempo que se busca un tratamiento eficaz que pueda acelerar la cicatrización.

Estimulación eléctrica de la piel

Científicos suecos y alemanes han conseguido en un laboratorio que las heridas cicatricen tres veces más rápido de lo normal. Desarrollaron unos electrodos diminutos con un campo eléctrico entre ellos, que estimulan así las células de la piel afectadas por la diabetes, haciendo que la herida se cierre casi tan rápido como en las personas sanas. Para ello utilizaron piel cultivada en una placa de Petri, con una herida abierta en el centro. Se colocaron biochips a ambos lados, bombeando electricidad a través de las células de la piel. Las células responden muy bien: se alinean y se mueven en la misma dirección, por así decirlo.

Cambiando las reglas de juego

“Las heridas crónicas son un enorme problema social al que se presta muy poca atención. Hemos hecho un importante descubrimiento médico que podría cambiar las reglas del juego para los diabéticos, los ancianos y otras personas vulnerables que sufren heridas que no cicatrizan”, afirma la profesora Maria Asplund, de la Universidad sueca de Chalmers.

La idea de que la estimulación eléctrica de la piel dañada acelera la cicatrización de las heridas no es nueva. Las células de la piel son electrotácticas, lo que significa que todas apuntan en la misma dirección en un campo eléctrico y, por tanto, “migran” juntas. 

En la práctica, cuando se activa un campo eléctrico en una placa de Petri con células cutáneas, se observa que estas ya no rebotan al azar, sino que empiezan a moverse en la misma dirección. El equipo utilizó este principio para ayudar a las heridas a cicatrizar más rápido.

Cicatrización de heridas tres veces más rápida

“Conseguimos poner en práctica la vieja hipótesis sobre la estimulación eléctrica de la piel y su efecto en la cicatrización de heridas. Las heridas cicatrizaban mucho más rápido gracias a la administración de electricidad. Para estudiar este proceso con precisión, desarrollamos una especie de biochip en el que cultivamos células cutáneas. Después hicimos pequeñas heridas en esta piel, tras lo cual estimulamos la mitad de las placas de Petri con electricidad y la otra mitad no. Observamos una gran diferencia entre las pieles cultivadas. El campo eléctrico hizo que la cicatrización de la herida fuera tres veces más rápida”, explica Asplund.

Imitar la diabetes

En todo el mundo, una de cada 11 personas padece algún tipo de diabetes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, en el estudio los investigadores se centraron principalmente en este grupo de pacientes. “Estudiamos modelos de heridas en diabéticos e investigamos cómo nuestro método podía dar los mejores resultados en este grupo de pacientes. Cuando imitamos la diabetes en células de la piel, vimos que las heridas cicatrizaban muy lentamente. Pero cuando activamos el campo eléctrico, la velocidad de cicatrización se disparó. Las ‘células cutáneas diabéticas’ eran capaces de cerrar la herida casi tan rápido como las células cutáneas sanas sin estimulación eléctrica”, afirma Asplund.

Tratamiento a medida

Los investigadores han recibido recientemente una importante subvención para el estudio, lo que les permitirá continuar su prometedora investigación. Es de esperar que en un futuro próximo pueda llegar al mercado un producto cicatrizante que beneficie a millones de personas. Esto ya se ha intentado antes, pero los resultados fueron escasos. Un tratamiento eficaz requiere un enfoque individualizado. Ahí es donde Asplund y su equipo están trabajando duro. “Ahora estamos estudiando cómo reaccionan entre sí las distintas células de la piel durante la estimulación eléctrica. Este es el siguiente paso hacia el tratamiento de una herida en la práctica. Nuestro objetivo es desarrollar un concepto en el que primero se “escanee” una herida, para luego poder realizar una estimulación a medida. Estamos convencidos de que el tratamiento individualizado es la mejor manera de curar las heridas que cicatrizan mal”.

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