La crisis climática hace que África sea cada vez más seca: economistas calculan cuánto le cuesta a la población

La crisis climática empeora la sequía en África y reduce la producción de alimentos: El impacto económico en la población

El calentamiento global amenaza con desertificar algunas zonas de África. Esto tiene importantes consecuencias para las condiciones de vida de la población. Los economistas calcularon cuánto les cuesta reducir su producción de alimentos a medida que la tierra se vuelve cada vez más seca.

Unos 52 millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre son tierras secas. Es decir, más de un tercio del total de 144,5 millones de kilómetros cuadrados de tierra; el resto es agua. Una zona seca se define como un área en la que la cantidad total de precipitaciones es igual a la cantidad de evaporación y transpiración de las plantas. El equilibrio adecuado entre las precipitaciones procedentes de la atmósfera y la evaporación del agua es esencial para la fertilidad del suelo. Debido al cambio climático, ese equilibrio se está inclinando en la dirección equivocada en cada vez más zonas, con importantes consecuencias para la disponibilidad de alimentos.

África paga el precio

Según un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en 2015 unos 500 millones de personas vivían en zonas que sufrieron desertificación entre 1980 y 2000. Esta situación no hará sino empeorar en las próximas décadas. 

Se calcula que otros 250 millones de personas sufrirán la desertificación en sus regiones de aquí a 2050. Y África está pagando el precio más alto. Aunque estas predicciones son sombrías, se ha investigado poco el impacto económico de la desertificación, cuando la tierra se vuelve menos fértil por falta de precipitaciones.

Sin embargo, los economistas han intentado calcular hasta qué punto disminuyen los ingresos de los habitantes de estas zonas áridas. La desertificación empeora las condiciones de vida de las personas de muchas maneras: se produce escasez de agua y alimentos, lo que afecta no solo a las personas directamente, sino también al ganado y a los cultivos, todos los cuales necesitan agua. Si las personas no pueden trasladarse a países o zonas donde haya menos sequía, esto supone un fuerte deterioro de su calidad de vida.

Más información sobre la IPCC

La IPCC (por sus siglas en inglés) significa Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Es una organización científica y política que evalúa la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender el cambio climático y sus impactos. Sus informes son utilizados por los gobiernos y otros actores para la toma de decisiones en materia de políticas y acciones sobre el cambio climático.

Ya hay menos ingresos

Esto ya está ocurriendo, calcularon los investigadores, que crearon una base de datos con cifras de todo el mundo. “Se calcula que entre 1990 y 2015, los ingresos de la población de África en su conjunto disminuyeron una media del 12 % debido a la desertificación. Esta cifra se elevará al 16 % del PIB (producto interior bruto) en 2079. El África subsahariana y el Magreb, en el norte del continente, se ven relativamente mucho más afectados”, afirman. Sorprendentemente, Asia sufre mucho menos la desertificación, con la excepción de las regiones interiores de Rusia, China y Mongolia.

En África, sin embargo, la situación es muy grave. La reducción de la fertilidad del suelo también tiene consecuencias para la salud de los niños al nacer. Como simplemente no comen lo suficiente, su peso corporal es demasiado bajo y su esperanza de vida disminuye. Este es el resultado directo de las malas cosechas, que no solo se producen en años de climatología extrema, como lluvias torrenciales o sequías persistentes, sino que van empeorando poco a poco en los años venideros.

Menos arroz, trigo y soja

Los investigadores presentan cifras aún más concretas. “Nuestros resultados muestran que, entre 1995 y 2005, el marchitamiento del suelo provocó una pérdida global de unos 1,7 millones de toneladas de grano, 81 000 toneladas de arroz, 786 000 toneladas de soja y 430 000 toneladas de trigo. Y casi todo ello en África y, en menor medida, en Asia”.

Y la situación no hará más que empeorar en el futuro, según los modelos en los que los economistas analizaron el potencial de evapotranspiración, o la capacidad del suelo para retener la cantidad adecuada de agua. “Predecimos que se perderán unas 0,8 toneladas por hectárea de cultivos en el África subsahariana cada año hasta 2040”, afirman los economistas.

El continente africano podría perder así más de un tercio de su producción alimentaria en menos de un siglo. En un continente donde la población crece rápidamente y ya hay escasez de alimentos, se trata de un desastre enorme. Por tanto, los investigadores concluyen que es necesario actuar de inmediato para detener el marchitamiento de la tierra.

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