Se está probando un motor que podría revolucionar la aviación

Motor AE 2100-A que podría cambiar la aviación está siendo probado

El futuro del hidrógeno en la aviación podría estar escribiéndose en un hangar del complejo militar de Salisbury Plains, al sur de Inglaterra. Se trata de un motor modificado turbohélice AE 2100-A.

Rolls-Royce, empresa conocida por su producción única de lujosas limusinas, está probando en el sur de Inglaterra un motor alimentado por hidrógeno que, según sus ingenieros, podría transformar el transporte aéreo. La empresa informa en su sitio web.

¿Triunfará el hidrógeno sobre el queroseno?

Rolls-Royce así lo cree. Por eso la empresa está probando la propulsión por hidrógeno en un motor turbohélice AE 2100-A modificado en colaboración con la aerolínea easyJet. El motor es una combinación de hélice convencional y motor a reacción. La turbina a reacción se utiliza para accionar la hélice. En los aviones de carga Hércules C-130J se emplea una versión común del motor AE 2100 propulsada por queroseno.

“Nos ocupamos del hidrógeno porque intentamos alcanzar el cero neto. Lo bueno de un combustible como el hidrógeno es que no contiene carbono, así que cuando se quema no hay dióxido de carbono, solo vapor de agua”, declaró a la BBC Alan Newby, director de tecnología aeroespacial de Rolls-Royce. Newby está satisfecho con los resultados de las pruebas realizadas hasta ahora. Rolls-Royce empleó “hidrógeno verde” en las pruebas. La obtuvo de la energía eólica y mareomotriz de las islas Orcadas (Escocia).

El origen del combustible es importante en este caso. Para que volar sea más ecológico, el hidrógeno debe proceder de fuentes neutras o bajas en carbono. Sin embargo, la mayor parte del hidrógeno que se produce hoy en día para uso industrial (una corriente eléctrica divide el agua en hidrógeno y oxígeno) se obtiene mediante un proceso que implica mezclar vapor a alta temperatura con gas natural a alta presión. Esto produce una cantidad considerable de dióxido de carbono, que se libera a la atmósfera y contribuye al calentamiento del planeta.

Rolls-Royce no está sola en esto

El transporte aéreo representa solo el 2 % de la huella de carbono de nuestra civilización. Sin embargo, la aviación es el sector que más ha conseguido reducir las emisiones en casi todos los sentidos. No puede, por ejemplo, cambiar a motores eléctricos tan fácilmente como el transporte en automóvil. No solo Rolls-Royce invierte en hidrógeno. Airbus tiene previsto utilizar el A380 para probar motores a reacción más grandes impulsados por hidrógeno. La francesa Safran y la estadounidense General Electric también están desarrollando motores de hidrógeno para aviones.

Un obstáculo para la aplicación de los motores de hidrógeno no es solamente la falta de hidrógeno verde, sino también el requisito de almacenamiento de líquidos, por ejemplo. Su temperatura no debe superar los 253 grados Celsius bajo cero. Otra desventaja es que el hidrógeno requiere cuatro veces más espacio que el queroseno. Este hecho, combinado con el aislamiento térmico necesario, hace imposible utilizar depósitos integrales en las alas. Las ventajas del hidrógeno son, de nuevo, una eficacia tres veces mayor y un peso tres veces menor. La Unión Soviética fue la primera en probar estas propiedades del combustible en la década de 1980.

Sin embargo, los diseñadores apuestan porque los futuros diseños de aviones puedan acomodar el volumen adicional del tanque sin aumentar significativamente la superficie de la aeronave. Tal vez empleando un diseño de ala volante. Rolls-Royce se prepara ahora para pasar a una segunda serie de pruebas con el motor turbohélice de hidrógeno, que podría ser el preludio de ensayos aerotransportados.

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto