Inicio
Anatomía
Envejecimiento
Mujer
Reproducción
Salud
Por qué la fertilidad femenina disminuye tan rápido: la clave está en los ovarios
jueves, octubre 16, 2025

Por qué la fertilidad femenina disminuye tan rápido: la clave está en los ovarios

Mujer embarazada sosteniendo su vientre, símbolo de la fertilidad y la investigación sobre el envejecimiento ovárico.

Durante años se pensó que la caída de la fertilidad femenina con la edad se debía únicamente al deterioro de los óvulos. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y del Chan Zuckerberg Biohub revela que el envejecimiento ovárico es mucho más complejo: los tejidos y células que rodean a los óvulos también envejecen y desempeñan un papel crucial en la pérdida de la fertilidad.

Los científicos han descubierto que no solo la calidad de los óvulos determina la capacidad reproductiva de las mujeres. La estructura y el entorno celular de los ovarios —incluidos los nervios, los vasos sanguíneos y el tejido conectivo— también se degradan con el tiempo, afectando directamente la maduración de los óvulos. Este hallazgo redefine la comprensión de la fertilidad y podría abrir el camino a nuevas terapias para retrasar la menopausia o conservar la salud reproductiva durante más años.

Un cambio de paradigma en la ciencia de la fertilidad

Durante décadas, los estudios atribuyeron el descenso de la fertilidad femenina a la disminución de la cantidad y calidad de los óvulos. Pero la nueva investigación de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), publicada en la revista científica Science, demuestra que el envejecimiento también altera el entorno celular que rodea a los óvulos, lo que influye directamente en su desarrollo y supervivencia.

“Durante mucho tiempo pensamos que el envejecimiento de los ovarios era simplemente una cuestión de calidad y cantidad de óvulos”, explicó la líder del estudio, Diana Laird, de la UCSF. “Lo que ahora hemos demostrado es que el entorno que rodea a los óvulos —las células de soporte, los nervios y los tejidos conjuntivos— también cambia con la edad”.

Esta visión replantea por completo la biología reproductiva femenina. Si se logra identificar qué factores celulares aceleran o ralentizan este proceso, podrían diseñarse tratamientos capaces de preservar la función ovárica y, potencialmente, extender los años fértiles de las mujeres.

Un impacto que va más allá de la fertilidad

El hallazgo tiene implicaciones que trascienden la reproducción. Los ovarios producen hormonas esenciales para la salud ósea, cardiovascular y metabólica. Cuando su función declina, aumentan los riesgos de diversas enfermedades asociadas al envejecimiento.

Según el comunicado difundido por EurekAlert!, las autoras del estudio destacan que comprender mejor el envejecimiento ovárico no solo podría ayudar a mujeres que desean concebir, sino también a prevenir dolencias que se manifiestan después de la menopausia. “Si logramos ralentizar el envejecimiento ovárico, podríamos reducir el riesgo de múltiples enfermedades que aparecen tras la menopausia”, señaló Laird.

De hecho, los científicos advierten que el deterioro de los ovarios ocurre antes que en otros órganos, lo que convierte a este proceso en un marcador temprano del envejecimiento general del cuerpo.

Una mirada al interior del ovario como nunca antes

Para llegar a estas conclusiones, el equipo utilizó avanzadas técnicas de imagen tridimensional (3D) y secuenciación de células individuales. Gracias a estas herramientas, los investigadores pudieron analizar el ovario sin cortarlo en secciones, observando sus estructuras internas con una precisión inédita.

“Por medio de modernas técnicas de imagen y de secuenciación unicelular, logramos estudiar el ovario con un nivel de detalle nunca alcanzado”, explicó Norma Neff, directora de la Plataforma de Genómica del Chan Zuckerberg Biohub. “Esta aproximación tecnológica nos permitió descubrir nuevos tipos de células y sentar las bases para futuros avances en la salud reproductiva”.

El estudio analizó los ovarios de ratones y humanos de distintas edades. En los ratones equivalentes a mujeres de entre 30 y 40 años, los investigadores observaron una fuerte disminución en la cantidad de óvulos inmaduros y en crecimiento, un fenómeno que recuerda a lo que experimentan muchas mujeres con dificultades para concebir mediante fecundación in vitro (FIV).

Casi 100 000 células analizadas y un hallazgo inesperado

En total, el equipo examinó casi 100 000 células de ovarios humanos y de ratón, logrando identificar 11 tipos celulares principales. Uno de los hallazgos más sorprendentes fue la presencia de células gliales, que normalmente se asocian al cerebro y al sistema nervioso. Estas células, nunca antes observadas en los ovarios, podrían desempeñar un papel crucial en la comunicación entre el sistema nervioso y las células reproductivas.

La publicación en Science subraya que este descubrimiento amplía el concepto de función ovárica: ya no se trata solo de la maduración de los óvulos, sino de un ecosistema celular complejo en el que intervienen nervios, tejidos y vasos sanguíneos.

Óvulos agrupados, no dispersos

Otro resultado importante fue la constatación de que los óvulos humanos no están uniformemente distribuidos dentro del ovario, sino agrupados en racimos rodeados por zonas sin óvulos. Con la edad, estos racimos se vuelven menos densos, lo que podría contribuir al declive de la fertilidad.

“Esto también fue una sorpresa”, explicó Laird. “Pensábamos que los óvulos estaban distribuidos de manera más uniforme, basándonos en lo que observamos en los ovarios en desarrollo. Este hallazgo demuestra que incluso dentro de un mismo ovario, el entorno que rodea a cada óvulo influye en su longevidad y en su capacidad de madurar”.

Esta observación refuerza la idea de que el envejecimiento no afecta por igual a todas las zonas del ovario, y que algunas regiones podrían ser más vulnerables que otras al paso del tiempo.

Los nervios del ovario y su papel oculto

El equipo también descubrió que los nervios dentro del ovario tienen un papel más activo de lo que se suponía. Las imágenes revelaron una red densa de terminaciones nerviosas que se vuelve más intrincada con la edad. Cuando los investigadores eliminaron experimentalmente estas conexiones nerviosas en ratones, observaron que quedaban más óvulos inmaduros, pero menos capaces de desarrollarse plenamente.

Estos resultados indican que el sistema nervioso regula, en parte, cuándo los óvulos comienzan a crecer, actuando como un mecanismo de sincronización biológica.

Inflamación y envejecimiento prematuro del tejido

El estudio también reveló que las células del tejido conectivo (fibroblastos) en los ovarios de mujeres mayores generan inflamación y cicatrización prematuras, incluso antes de que se observen daños similares en otros órganos como el hígado o los pulmones. Esto sugiere que los ovarios podrían ser uno de los primeros órganos en mostrar signos de envejecimiento, lo que los convierte en un modelo ideal para estudiar este proceso a nivel celular.

“Todo esto apunta a una nueva línea de investigación sobre cómo los nervios, los vasos sanguíneos y otros tipos celulares interactúan con los óvulos”, afirmó Laird. “Demuestra que el envejecimiento ovárico no trata solo de los óvulos, sino de todo su ecosistema”.

¿Se puede frenar el envejecimiento de los ovarios?

Los científicos están ahora explorando si ciertos fármacos podrían ralentizar el envejecimiento ovárico y mantener la función reproductiva durante más tiempo. Según Eliza Gaylord, investigadora principal del estudio, “el secreto de la juventud podría estar en los ovarios. Si conseguimos ralentizar su envejecimiento, podríamos contribuir a un envejecimiento más saludable en general”.

De confirmarse estos resultados, la investigación abriría la puerta a estrategias médicas para extender la salud hormonal femenina, prevenir enfermedades y, potencialmente, aumentar los años fértiles.

Un modelo integral para comprender el envejecimiento humano

El trabajo de UCSF y el Chan Zuckerberg Biohub, detallado en Science y difundido en EurekAlert!, representa un paso decisivo en la biología del envejecimiento. Al combinar técnicas de secuenciación de célula única, imagen 3D y análisis molecular, los científicos lograron un mapa tridimensional de los ovarios que muestra cómo las células interactúan entre sí a lo largo de la vida.

Este enfoque podría aplicarse en el futuro a otros órganos para entender por qué envejecen de manera diferente en hombres y mujeres, y cómo retrasar ese proceso a nivel celular. La investigación sugiere que los ovarios, más que cualquier otro órgano, son un termómetro biológico del envejecimiento femenino.

En definitiva, comprender por qué los ovarios envejecen antes que otros tejidos puede ser clave no solo para prolongar la fertilidad, sino también para mejorar la salud y la longevidad de las mujeres en todo el mundo.

Sin comentarios