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Nacer en verano podría aumentar el riesgo de depresión en hombres, según una investigación científica
martes, agosto 05, 2025

Nacer en verano podría aumentar el riesgo de depresión en hombres, según una investigación científica

Hombre joven sentado solo en una habitación oscura con expresión de tristeza, representando síntomas de depresión en adultos.

Una nueva investigación científica sugiere que los hombres nacidos durante el verano podrían tener un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos en la adultez. Aunque el hallazgo no implica una regla general, abre una línea de investigación que vincula el entorno prenatal con la salud mental a largo plazo.

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Kwantlen, en Canadá, ha encontrado una relación significativa entre la estación del año en la que una persona nace y su salud mental en la adultez. En particular, los hombres nacidos durante el verano mostraron puntuaciones más altas en síntomas de depresión que aquellos nacidos en otras estaciones. Este descubrimiento podría ofrecer nuevas perspectivas sobre cómo las condiciones prenatales influyen en el desarrollo neurológico y psicológico posterior, según detallan en un estudio publicado en PLOS Mental Health.

Antes de profundizar en los hallazgos, es importante destacar que este tipo de estudios no establecen causas directas, sino asociaciones. Sin embargo, en el contexto de una creciente preocupación global por la salud mental, identificar factores de riesgo, incluso menores, puede ser valioso para diseñar estrategias preventivas más efectivas.

Un estudio con enfoque en el entorno prenatal

El estudio fue liderado por el investigador Mika Mokkonen y se centró en una muestra de 303 adultos jóvenes, con una edad media de 26 años, mayoritariamente mujeres. A través de cuestionarios estandarizados, el equipo analizó los síntomas depresivos y de ansiedad en relación con la fecha de nacimiento de cada participante.

Los resultados revelaron una diferencia notable entre los sexos: solo en los hombres nacidos durante los meses de verano se observó un aumento en los síntomas depresivos. En el caso de las mujeres, no se encontró ninguna asociación significativa entre la estación de nacimiento y los indicadores de salud mental. Además, los investigadores no hallaron ninguna relación entre el momento del nacimiento y los síntomas de ansiedad en ningún grupo.

Este tipo de resultados llevó al equipo a plantear una hipótesis interesante: que el ambiente en el que se desarrolla el feto —reflejado parcialmente por la estación del año del nacimiento— podría tener un efecto duradero sobre la salud mental.

“El geboorteseizoen es una especie de espejo del entorno en el que el cerebro se desarrolló”, explica Mika Mokkonen, uno de los investigadores del estudio. “Las condiciones que una madre experimenta en enero son muy distintas a las de julio. Factores como la exposición al sol, la temperatura ambiente y la alimentación pueden variar enormemente a lo largo del año, especialmente en regiones alejadas del ecuador”.

¿Qué mecanismos podrían estar implicados?

Los investigadores sugieren que el entorno prenatal, influido por factores ambientales estacionales, puede afectar la programación neurológica y hormonal del feto. “Si se me permite especular, el nacimiento en verano podría ser un indicador indirecto de cómo fue el entorno intrauterino”, planteó Mokkonen.

En esta línea, explicó que aunque los humanos modernos están protegidos contra muchos factores ambientales gracias a la tecnología —como viviendas, ropa y disponibilidad de alimentos—, nuestra biología sigue anclada en condiciones evolutivas más primitivas, donde el entorno tenía un impacto mucho más directo sobre el desarrollo fetal.

“Se ha planteado la hipótesis de que muchos de los problemas de salud mental actuales se deben a una desconexión entre el entorno en el que evolucionamos y el mundo moderno en el que vivimos ahora”, añadió.

Uno de los aspectos más intrigantes del estudio es que el efecto detectado aparece exclusivamente en hombres. Aunque no se ofreció una explicación definitiva, Mokkonen planteó varias posibilidades: “Nuestra investigación no puede establecer una causa, pero podemos especular. Factores fisiológicos como diferencias hormonales, genética o incluso influencias socioculturales podrían estar jugando un papel”.

La exposición solar durante el embarazo también podría ser un factor determinante. La cantidad de vitamina D que una madre obtiene puede influir en el desarrollo neurológico del feto, y esta vitamina depende en gran medida de la radiación ultravioleta del sol. Asimismo, la alimentación durante los distintos trimestres del embarazo varía estacionalmente, lo cual podría afectar los nutrientes disponibles para el desarrollo fetal.

Precaución: correlación no es causalidad

A pesar de la asociación estadística entre el nacimiento en verano y un aumento en los síntomas depresivos en hombres, los investigadores subrayan la necesidad de interpretar los resultados con cautela. “Lo primero que hay que entender es que estamos hablando de tendencias generales, no de verdades absolutas”, señaló Mokkonen.

“No todos los hombres nacidos en verano tendrán síntomas depresivos, y muchos hombres nacidos en otras estaciones sí los tendrán. Además, nuestro estudio se llevó a cabo en el final del invierno, y no sabemos si los resultados hubieran sido distintos si se hubiera realizado en otro momento del año”.

Este punto es crucial: los síntomas depresivos pueden fluctuar según la estación, por lo que una medición única no permite establecer patrones estables. Los investigadores también advierten que hay muchos otros factores, probablemente más influyentes, que afectan la salud mental, como el nivel de actividad física, el apoyo social, el estrés diario y los antecedentes familiares.

En el estudio se indica que el 84 % de los participantes reportó síntomas depresivos y el 66 % síntomas de ansiedad, lo que resalta la urgencia de seguir investigando las múltiples causas de los trastornos mentales. En ese contexto, el momento del nacimiento puede ser uno entre muchos factores interrelacionados, pero no el único ni el más determinante.

¿Qué implicaciones tiene este hallazgo?

Aunque la investigación no permite emitir recomendaciones específicas para las personas nacidas en verano, sí señala caminos interesantes para futuras investigaciones. Uno de ellos sería examinar más detalladamente cómo las condiciones prenatales afectan el neurodesarrollo y la susceptibilidad a padecer trastornos mentales en etapas posteriores de la vida.

También podría servir de base para diseñar estudios longitudinales que sigan a los individuos desde la gestación hasta la adultez, lo que permitiría comprender mejor los efectos acumulativos de factores ambientales y biológicos.

“El estudio sugiere que vale la pena investigar más a fondo los factores cotidianos que afectan la salud mental, en lugar de centrarse solo en las enfermedades diagnosticadas clínicamente”, destaca el equipo. Esto es especialmente relevante en una época donde los niveles de estrés, ansiedad y depresión han aumentado a escala global.

Una variable más en el complejo rompecabezas de la salud mental

En resumen, el estudio plantea que el mes o estación en la que una persona nace podría estar sutilmente relacionado con su salud mental en el futuro, al menos en el caso de los hombres. Sin embargo, los investigadores insisten en que este es solo un pequeño elemento dentro de un entramado mucho más amplio de factores de riesgo y protección.

No es el momento de sacar conclusiones apresuradas, pero sí de considerar que el entorno durante la gestación puede dejar huellas que se manifiesten años después, y que estas podrían ser prevenibles o mitigables si se comprenden mejor los mecanismos que las originan.

La salud mental no depende de un solo evento ni de una única característica biológica. Es el resultado de una interacción continua entre la genética, el entorno prenatal, la crianza, las experiencias de vida y las condiciones sociales. Este estudio recuerda que incluso detalles aparentemente triviales, como la estación del nacimiento, podrían tener una influencia inesperada.

Fuente: Kaur A, Mokkonen M, Velazquez CE (2025) Investigating the association between season of birth and symptoms of depression and anxiety in adults. PLOS Mental Health 2(7): e0000296. https://doi.org/10.1371/journal.pmen.0000296

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