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Tocar un instrumento musical puede rejuvenecer tu cerebro, incluso en la vejez, según un nuevo estudio
sábado, julio 19, 2025

Tocar un instrumento musical puede rejuvenecer tu cerebro, incluso en la vejez, según un nuevo estudio

Persona tocando una guitarra acústica, sonriendo mientras practica música, símbolo de salud cerebral y envejecimiento activo.

Una reciente investigación de la Academia China de Ciencias ha revelado que tocar música durante años no solo es bueno para el estado de ánimo, sino que también ayuda a preservar la agudeza mental en la vejez. Los cerebros de músicos mayores muestran una eficiencia comparable a la de los jóvenes, especialmente al momento de entender el habla en ambientes ruidosos.

A medida que envejecemos, muchas funciones cognitivas comienzan a deteriorarse. Una de las más afectadas es la capacidad para entender lo que otros dicen en entornos con mucho ruido, como en restaurantes o reuniones familiares. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista científica PLOS Biology demuestra que los adultos mayores con una larga trayectoria como músicos logran desempeñarse mejor en estas situaciones que quienes no han tocado ningún instrumento. El hallazgo sugiere que la música puede ser una poderosa herramienta para mantener el cerebro joven.

El estudio fue llevado a cabo por un equipo de neurocientíficos liderado por la doctora Lei Zhang, quien junto a sus colegas de la Academia China de Ciencias se propuso entender cómo la música puede impactar el envejecimiento cerebral. Sus resultados ofrecen una visión esperanzadora sobre el potencial protector de la actividad musical, incluso en personas que ya han pasado la mediana edad.

Tres grupos, una tarea desafiante y un escáner cerebral

Para poner a prueba su hipótesis, los investigadores reunieron a tres grupos de personas: músicos mayores con décadas de experiencia, adultos mayores que nunca habían practicado música, y jóvenes sin formación musical. Todos los participantes fueron sometidos a pruebas mientras escuchaban palabras mezcladas con ruido de fondo, una tarea especialmente difícil para los adultos mayores.

Durante las pruebas, los científicos utilizaron escáneres de resonancia magnética funcional (fMRI) para observar cómo reaccionaban los cerebros de los participantes. El resultado fue sorprendente: los cerebros de los músicos mayores mostraban patrones de actividad y conectividad cerebral similares a los de los participantes jóvenes. Es decir, sus cerebros no solo funcionaban de forma eficiente, sino que además parecían haber evitado, en parte, el deterioro propio del envejecimiento.

En cambio, los adultos mayores que no eran músicos mostraban un esfuerzo cerebral mucho mayor para lograr el mismo objetivo. Esto sugiere que su cerebro intentaba compensar el desgaste mediante una “sobreactivación” de algunas áreas, en un intento de mantener el rendimiento cognitivo.

El secreto está en la “conectividad funcional”

Una de las claves de esta investigación es el concepto de conectividad funcional, que hace referencia a la forma en que diferentes regiones del cerebro se comunican entre sí durante una tarea cognitiva. En el caso de los músicos mayores, esta conectividad se mantenía fuerte, especialmente en una zona del cerebro conocida como la circunvolución temporal superior, la cual desempeña un papel esencial en la integración entre el sonido y el movimiento —ambos fundamentales para la comprensión del habla.

“Nuestros resultados muestran que los músicos mayores tienen patrones de conectividad cerebral similares a los de adultos jóvenes”, explicó Lei Zhang, autor principal del estudio. “Específicamente, vimos una conectividad eficiente en áreas relacionadas con el procesamiento del lenguaje en entornos ruidosos, lo que podría explicar su mejor rendimiento”.

Por el contrario, los no músicos presentaban un aumento en la actividad de regiones frontales del cerebro, lo que los investigadores interpretan como un intento de compensar las deficiencias en otras áreas, un fenómeno conocido como upregulation.

La “reserva cognitiva” como escudo contra el envejecimiento

Uno de los conceptos centrales del estudio es el de reserva cognitiva, una especie de “almacén” de recursos mentales que las personas pueden acumular a lo largo de su vida mediante actividades estimulantes como aprender un idioma, practicar deporte o, en este caso, tocar un instrumento musical.

“Esta reserva permite al cerebro resistir mejor los efectos del envejecimiento”, señala Zhang. “Hemos encontrado evidencia que respalda la llamada hipótesis de Hold-Back Upregulation, que plantea que las personas con una mayor reserva cognitiva presentan patrones de actividad cerebral más juveniles y eficientes”.

En esencia, esta teoría sugiere que quienes desarrollan su reserva cognitiva necesitan menos esfuerzo compensatorio a medida que envejecen, lo que les permite conservar funciones mentales clave durante más tiempo.

¿Es la música la única vía para conservar la juventud mental?

Aunque el estudio se centró específicamente en los efectos de la música, los investigadores reconocen que no es la única vía para mejorar la reserva cognitiva. Actividades como el bilingüismo, el aprendizaje constante y el ejercicio físico también ofrecen beneficios similares.

“Actividades como el aprendizaje de un segundo idioma o la práctica regular de ejercicio también pueden contribuir a la reserva cognitiva y proteger funciones específicas del cerebro durante el envejecimiento”, indica Zhang. Sin embargo, aún se necesita más investigación para determinar si estos efectos son equivalentes o complementarios a los que se observan en músicos.

Aun así, el estudio proporciona un mensaje claro: nunca es tarde para empezar a tocar un instrumento. “Diría que comiences tan pronto como te sientas inspirado. Nunca es demasiado tarde para disfrutar de la música”, afirma Zhang.

Un llamado a integrar la música en nuestras vidas

El valor de esta investigación no solo radica en sus hallazgos científicos, sino también en sus implicaciones prácticas. En una sociedad que envejece rápidamente, encontrar maneras accesibles y agradables de mantener la salud cerebral es una prioridad. Tocar música, ya sea solo por placer o con fines terapéuticos, podría convertirse en una de las herramientas más efectivas y subestimadas para enfrentar los desafíos del envejecimiento cognitivo.

Además, el estudio plantea un argumento poderoso para incluir la educación musical en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez. Al hacerlo, no solo se fomenta la creatividad y la expresión emocional, sino que también se construyen cimientos neuronales que pueden proteger la mente durante décadas.

La ciencia detrás del oído musical envejecido

A nivel neurológico, la capacidad de los músicos mayores para entender el habla en condiciones ruidosas podría explicarse por años de entrenamiento auditivo intensivo. Al aprender a distinguir notas, ritmos y matices tonales, el cerebro de un músico se vuelve especialmente hábil para identificar patrones sonoros incluso en entornos desordenados.

Esta habilidad auditiva refinada, desarrollada a través de la práctica musical, parece tener efectos duraderos. “Los músicos entrenados a largo plazo tienden a tener una ventaja cuando se trata de tareas auditivas complejas”, explica Zhang. “Creemos que este entrenamiento especializado promueve cambios plásticos en el cerebro que persisten incluso con la edad”.

Un campo en expansión

El estudio de Zhang se suma a un creciente cuerpo de evidencia que examina cómo las actividades artísticas, en particular la música, impactan la salud del cerebro. Investigaciones anteriores ya habían mostrado que la formación musical mejora la memoria, la atención y el control motor. Esta nueva investigación amplía ese conocimiento al mostrar que estos beneficios también se extienden a la comprensión del habla, un aspecto fundamental para la comunicación y la calidad de vida en la vejez.

Además, al usar técnicas avanzadas de neuroimagen, el equipo de investigación pudo observar no solo los resultados conductuales, sino también los mecanismos cerebrales subyacentes. Este enfoque multidimensional fortalece la validez de sus conclusiones y abre nuevas posibilidades para intervenciones terapéuticas basadas en la música.

Una partitura para un cerebro saludable

En un mundo donde el envejecimiento poblacional es una realidad ineludible, estudios como este aportan herramientas concretas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. La música no solo enriquece el alma: también puede ser un bálsamo para el cerebro. Ya sea aprendiendo a tocar el piano a los 60, retomando la guitarra olvidada o simplemente cantando en un coro, cada nota puede ser un paso hacia un envejecimiento más saludable.

Tal como concluye Lei Zhang: “La música puede ser una forma poderosa de promover la salud cerebral. Y lo mejor es que no hay límite de edad para comenzar”.

Funete: Zhang L, Ross B, Du Y, Alain C (2025) Long-term musical training can protect against age-related upregulation of neural activity in speech-in-noise perception. PLOS Biology 23(7): e3003247. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3003247

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