Durante años, la comunidad científica ha debatido el significado de las formaciones lineales que adoptan los babuinos al desplazarse en grupo. ¿Estrategias de defensa? ¿Dominancia jerárquica? Un nuevo estudio revela que la verdadera razón podría ser mucho más simple – y profundamente social.
En el corazón de la sabana africana, donde el calor aprieta y la supervivencia exige vigilancia constante, los babuinos —particularmente los beerbavianen o babuinos chacma (Papio ursinus)— suelen ser vistos desplazándose en formaciones meticulosamente organizadas. Estas largas filas, conocidas como “procesiones”, han intrigado a biólogos y observadores por generaciones. ¿Por qué lo hacen? ¿Es una táctica para proteger a los individuos más vulnerables del grupo? ¿Un reflejo del orden jerárquico en sus sociedades complejas? ¿Una forma de asegurar el acceso equitativo a los recursos?
Un reciente estudio publicado en la revista Behavioral Ecology y liderado por un equipo de investigadores internacionales, entre ellos Andrew King de la Universidad de Swansea, ofrece una respuesta inesperada. “Sorprendentemente, la fila ordenada en la que caminan estos babuinos no está relacionada con evitar el peligro (como ocurre con muchas especies de presa) ni con una mejor estrategia de acceso a comida o agua”, explica King. “En lugar de eso, se trata simplemente de con quién se llevan bien. Caminan junto a sus amigos, y eso genera una estructura estable en sus desplazamientos”.
Un misterio estudiado durante décadas
Desde hace tiempo se sabe que los babuinos chacma, una de las especies más grandes y sociales de primates africanos, recorren largas distancias cada día para alimentarse, buscar agua o alcanzar sus lugares de descanso. Lo hacen en formaciones que parecen cuidadosamente organizadas, lo que llevó a muchos investigadores a suponer que tales patrones respondían a motivos estratégicos o defensivos.
Algunas investigaciones previas defendían la hipótesis de que los individuos más vulnerables (crías, hembras lactantes, ancianos) buscaban protección colocándose en el centro del grupo, mientras los más fuertes ocupaban los extremos. Otras teorías apuntaban a que los machos dominantes lideraban la marcha, reafirmando su posición jerárquica. Incluso se llegó a pensar que los subordinados buscaban estar al frente para tener mejor acceso a los recursos, como alimento fresco o agua sin aglomeraciones.
Sin embargo, estos enfoques han producido resultados inconsistentes. “Estudios anteriores ofrecían conclusiones contradictorias sobre por qué los babuinos caminan en fila y cómo se determina esa disposición”, señalan los autores del nuevo artículo. La falta de una explicación consensuada motivó a los investigadores a realizar un análisis más sistemático y prolongado.
Un análisis sin precedentes: 36 días y 78 procesiones
El equipo centró su atención en una comunidad de babuinos chacma que vive en estado salvaje. Durante un período de 36 días, los investigadores observaron y analizaron 78 procesiones grupales, registrando la posición relativa de cada uno de los 78 babuinos participantes.
El análisis reveló que, si bien la formación general de fila se mantenía estable, la posición de cada individuo no era del todo aleatoria. De hecho, existía una regularidad clara: los babuinos tendían a caminar consistentemente junto a ciertos compañeros específicos.
Para entender por qué se formaban estos patrones, los científicos evaluaron cuatro posibles explicaciones:
- Protección de individuos vulnerables: la idea de que los miembros más débiles buscan ubicarse en el centro del grupo para estar más protegidos.
- Dominancia jerárquica: la noción de que los individuos de más alto rango lideran la formación.
- Ventaja alimentaria para los subordinados: la hipótesis de que los babuinos de menor estatus se adelantan para acceder primero a la comida.
- Vínculos sociales: la teoría de que los patrones de movimiento reflejan las relaciones sociales, es decir, que los individuos se posicionan junto a sus compañeros más cercanos.
Tras un cuidadoso análisis de datos, fue esta última la que resultó tener más peso. Los babuinos no caminaban en busca de ventaja ni protección, sino simplemente por afinidad social.
Caminar con los amigos
“El orden en que los babuinos caminan es, sorprendentemente, un subproducto de sus relaciones sociales”, afirma Marco Fele, investigador principal del estudio. “No es una estrategia evolutiva para sobrevivir, sino una consecuencia directa de los lazos de amistad que mantienen entre ellos”.
El estudio reveló que los babuinos con redes sociales más fuertes y extensas (es decir, los individuos con más amigos) tendían a ubicarse hacia el centro de la formación. En contraste, aquellos con menos lazos sociales se desplazaban en las posiciones delanteras o traseras. Pero incluso estas ubicaciones no indicaban liderazgo o subordinación estratégica.
“Durante los desplazamientos grupales, como por ejemplo hacia un lugar de descanso conocido, es probable que todos los integrantes ya sepan adónde se dirigen”, explica Andrew King. “Los que marchan al frente no son líderes reales, simplemente están en esa posición por coincidencia”.
Implicaciones para la comprensión del comportamiento animal
Este hallazgo tiene importantes repercusiones para la comprensión del comportamiento social en especies no humanas. Aunque se tiende a interpretar las decisiones animales bajo el lente de la supervivencia y la eficiencia evolutiva, este estudio sugiere que, al menos en el caso de los babuinos chacma, los vínculos emocionales pueden moldear profundamente la forma en que se organiza la vida diaria.
“Sabemos que las relaciones sociales sólidas son cruciales para los babuinos; se han vinculado con una mayor esperanza de vida y una descendencia más numerosa”, añade Marco Fele. “Por tanto, no es extraño que esas mismas relaciones también influyan en cómo se mueven en grupo”.
Este tipo de patrones no se había documentado con claridad antes, en parte porque la mayoría de los estudios de campo no logran captar con precisión los lazos sociales a lo largo del tiempo. Sin embargo, gracias al uso de herramientas de seguimiento avanzadas y a la observación prolongada, el equipo pudo establecer conexiones fiables entre las posiciones en la procesión y la red social de cada individuo.
¿Y qué pasa con otras especies?
Aunque el estudio se centró en babuinos chacma, las implicaciones podrían extenderse a otras especies sociales. La tendencia a moverse junto a compañeros preferidos podría estar presente en otros primates, e incluso en animales muy distintos como elefantes, lobos o delfines, donde también se han documentado vínculos duraderos y cooperación.
“No estamos diciendo que la estrategia o la defensa grupal no sean importantes en otras especies”, aclara King. “Pero lo que vemos aquí es un recordatorio de que no todo comportamiento animal está exclusivamente orientado a maximizar la eficiencia o la supervivencia inmediata. A veces, la motivación es simplemente social”.
Esto también plantea preguntas sobre cómo los investigadores interpretan los datos en estudios de ecología del comportamiento. Si las formaciones no responden a razones prácticas, sino afectivas, entonces muchas de las teorías tradicionales podrían requerir una revisión más cuidadosa.
Una ventana al mundo emocional de los babuinos
El hallazgo destaca un aspecto poco explorado pero cada vez más reconocido en la etología: la vida emocional y social de los animales. “Hay una tendencia a asumir que solo los humanos establecen vínculos afectivos profundos y duraderos”, dice King. “Pero los babuinos y otros primates tienen relaciones complejas que van mucho más allá de la jerarquía o la reproducción. Son amigos. Y esos vínculos dan forma a sus movimientos, su comportamiento y, probablemente, su bienestar”.
Estas amistades no son triviales. Estudios previos han demostrado que los babuinos con lazos sociales fuertes tienden a vivir más tiempo, tener más éxito reproductivo y sobrellevar mejor los eventos estresantes. Las interacciones positivas (como el acicalamiento, la cooperación o simplemente caminar juntos) refuerzan estos vínculos.
Este estudio sugiere que caminar junto a un amigo no solo es agradable para los babuinos, sino que también podría ser evolutivamente beneficioso, aunque de forma indirecta.
Nuevas preguntas para futuras investigaciones
Como todo buen descubrimiento científico, los hallazgos de este estudio abren la puerta a nuevas preguntas. ¿Cómo se forman estas amistades entre babuinos? ¿Cambian a lo largo del tiempo? ¿Qué papel juegan la edad, el sexo o la experiencia individual en la elección de compañeros de marcha?
Además, ¿hasta qué punto estas dinámicas se ven afectadas por factores externos como la disponibilidad de recursos, la presencia de depredadores o los cambios ambientales? ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando un individuo pierde a su compañero más cercano?
El equipo de investigación planea continuar sus observaciones, ampliando el número de grupos estudiados y utilizando técnicas aún más precisas, como collares GPS y análisis de redes sociales computarizadas. “Todavía estamos arañando la superficie del complejo mundo social de los babuinos”, concluye King.
Fuente: M Fele, I Fürtbauer, M Lurgi, M Papadopoulou, A M Bracken, C Christensen, M J O’Riain, A J King, Baboon travel progressions as a ‘social spandrel’ in collective animal behaviour, Behavioral Ecology, 2025;, araf022, https://doi.org/10.1093/beheco/araf022
Fuente: Swansea University Press Office (2025, June 3). Baboons walk in line for friendship, not survival, new study finds. https://www.swansea.ac.uk/press-office/news-events/news/2025/06/baboons-walk-in-line-for-friendship-not-survival-new-study-finds.php
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