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¿También dominaban la tierra? Muchos pterosaurios no solo volaban, sino que caminaban con destreza sobre el suelo
sábado, mayo 03, 2025

¿También dominaban la tierra? Muchos pterosaurios no solo volaban, sino que caminaban con destreza sobre el suelo

Reconstrucción artística de un pterosaurio caminando por tierra firme en un entorno costero durante el periodo Mesozoico.

Durante mucho tiempo, la imagen más común de los pterosaurios (aquellos impresionantes reptiles voladores del Mesozoico) ha sido la de criaturas que surcaban los cielos con majestuosidad, planeando por encima de los dinosaurios terrestres y los vastos paisajes prehistóricos. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Leicester propone una transformación radical en esta percepción. Según sus hallazgos, publicados en la revista Current Biology, muchas especies de pterosaurios también se desplazaban habitualmente por tierra firme, donde cazaban, se alimentaban e incluso podían compartir hábitats con los propios dinosaurios.

La investigación se basa en un análisis exhaustivo de fósiles de huellas que datan de hace más de 160 millones de años. Estos registros del pasado revelan que los pterosaurios no se limitaban a usar sus alas para volar, sino que algunos grupos caminaban por playas, costas, llanuras fangosas e incluso ambientes interiores. Esta revelación cuestiona la visión tradicional de los pterosaurios como criaturas exclusivamente aéreas y abre una nueva perspectiva sobre su ecología y comportamiento.

Las huellas fósiles que reescriben la historia

La clave de esta investigación radica en la interpretación de un conjunto diverso de huellas fósiles que han sido atribuidas con confianza a distintas especies de pterosaurios. El equipo de paleontólogos, liderado por el doctor Robert Smyth de la Universidad de Leicester, utilizó técnicas de modelado 3D para analizar con precisión la forma, el tamaño y la disposición de estas huellas. Posteriormente, compararon estos rastros con esqueletos fosilizados de pterosaurios conocidos, permitiéndoles establecer relaciones directas entre ciertos tipos de pisadas y grupos específicos de estos reptiles voladores.

“Las huellas ofrecen una oportunidad única para estudiar a los pterosaurios en sus hábitats naturales”, explicó Smyth en declaraciones recogidas por EurekAlert!. “No solo revelan dónde vivieron y cómo se movían, sino que también pueden contarnos algo sobre su comportamiento y actividades diarias en paisajes que han desaparecido hace decenas de millones de años”.

Uno de los hallazgos más llamativos fue la identificación de al menos tres tipos diferentes de huellas asociadas a distintas familias de pterosaurios, lo que indica que la locomoción terrestre no era una rareza dentro del grupo, sino una estrategia adoptada por varias líneas evolutivas.

Gigantes que caminaban: el caso del Quetzalcoatlus

Entre las especies más fascinantes que dejaron sus huellas impresas en la historia geológica del planeta se encuentra el imponente Quetzalcoatlus, considerado uno de los seres voladores más grandes que haya existido. Con una envergadura de alas estimada en 10 metros, este pterosaurio ha sido tradicionalmente retratado como un coloso aéreo. No obstante, las nuevas evidencias indican que también se desplazaba con agilidad por tierra.

Las huellas atribuidas al Quetzalcoatlus (perteneciente a un grupo conocido como neoazhdarchianos) han sido descubiertas tanto en zonas costeras como en regiones interiores de todo el mundo. Esto sugiere que estos reptiles no solo eran versátiles desde el punto de vista ecológico, sino que también podían competir en tierra firme con otros grandes animales de su época.

Además, algunos de estos rastros se han encontrado en estratos geológicos correspondientes a los últimos períodos antes del impacto del asteroide que causó la extinción masiva hace 66 millones de años. Esto significa que estos pterosaurios estuvieron presentes hasta el final del reinado de los dinosaurios y probablemente compartieron el destino trágico de muchos otros grupos de la megafauna mesozoica.

Cazadores costeros: los ctenochasmatoides

Otro grupo de pterosaurios que ha dejado un abundante registro de huellas son los ctenochasmatoides, reptiles adaptados a la vida en ambientes costeros y lagunas poco profundas. Según los investigadores, estas criaturas caminaban por las orillas fangosas en busca de alimento, usando estrategias de caza especializadas para atrapar peces pequeños o presas flotantes.

Lo más revelador es la cantidad de huellas fósiles asociadas a estos pterosaurios en comparación con la escasez de sus restos óseos. Esta desproporción ha llevado a los científicos a reconsiderar la abundancia real de estos animales en ciertos ecosistemas. Es probable que los ctenochasmatoides hayan sido mucho más comunes de lo que se pensaba, desempeñando un papel fundamental en las redes tróficas de los hábitats costeros mesozoicos.

“El número de huellas halladas sugiere que estos pterosaurios eran frecuentes en sus entornos, aunque sus esqueletos raramente se preservaron”, explican los autores del estudio. Esta paradoja paleontológica podría deberse a la fragilidad de sus huesos o a las condiciones específicas de fosilización requeridas para conservar sus restos.

Poderosos devoradores de conchas: los dsungaripteridos

El tercer tipo de huellas identificadas por el equipo de Leicester fue hallado en capas de roca donde también se encontraron esqueletos completos de los mismos pterosaurios, facilitando así su identificación. Estas huellas pertenecen a los dsungaripteridos, un grupo que presenta características anatómicas muy particulares.

Con miembros anteriores robustos, picos curvados sin dientes en sus extremos y grandes dientes redondeados en la parte trasera de sus mandíbulas, los dsungaripteridos estaban bien adaptados para romper conchas y otros alimentos duros. Los científicos creen que estos pterosaurios usaban sus fuertes extremidades no solo para caminar sobre superficies irregulares, sino también para cavar, excavar o manipular presas resistentes.

Sus huellas muestran una pisada estable y fuerte, lo que sugiere que podían desplazarse con seguridad incluso sobre terrenos exigentes. Esta capacidad les habría permitido acceder a nichos ecológicos diferentes a los de sus parientes más aéreos.

Una transformación ecológica profunda

El análisis de huellas fósiles no solo demuestra que algunos pterosaurios caminaban sobre la tierra: también apunta a un cambio ecológico más amplio durante la era de los dinosaurios. Según el equipo investigador, los registros indican una transición gradual pero significativa en la forma de vida de ciertos grupos de pterosaurios. Lejos de limitarse al vuelo, algunos comenzaron a explorar el mundo terrestre, adoptando comportamientos más terrestres e integrándose en ecosistemas que antes se creían dominados exclusivamente por dinosaurios.

Este hallazgo cuestiona la visión clásica del papel ecológico de los pterosaurios y abre nuevas líneas de investigación sobre cómo interactuaban con otras especies, qué presiones ambientales impulsaron sus adaptaciones y cómo compartieron los espacios con otros animales gigantes de su época.

El fin del estigma

Durante décadas, la imagen de los pterosaurios ha estado dominada por su capacidad de vuelo, hasta el punto de que se les ha considerado erróneamente como los “dueños exclusivos del aire”. Esta representación, aunque en parte correcta, ha resultado ser incompleta. La nueva evidencia reunida por el equipo de Leicester rompe con ese estigma e invita a ver a estos animales como formas de vida mucho más complejas y versátiles.

“Este estudio ayuda a eliminar el estereotipo persistente de que los pterosaurios eran exclusivamente cazadores aéreos”, destaca Robert Smyth. “Aunque eran maestros del vuelo, ahora sabemos que muchas especies también se desplazaban con facilidad por tierra firme”.

Con esta afirmación, Smyth y su equipo abren una nueva etapa en el estudio de los pterosaurios, una etapa en la que estos antiguos reptiles ya no son vistos únicamente como figuras surcando los cielos, sino también como habitantes activos del paisaje terrestre. Un nuevo paradigma que enriquecerá sin duda nuestra comprensión de la biodiversidad del Mesozoico y de la evolución de los vertebrados.

Fuente: Smyth, R. S. H., Breithaupt, B. H., Butler, R. J., Falkingham, P. L., & Unwin, D. M. (2025). Identifying pterosaur trackmakers provides critical insights into mid-Mesozoic ground invasion. Current Biology. https://doi.org/10.1016/j.cub.2025.04.017

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