Inicio
Calor
Cambio Climático
Niños
Niños del presente enfrentarán más calor, hambrunas e inundaciones que cualquier otra generación
viernes, mayo 09, 2025

Niños del presente enfrentarán más calor, hambrunas e inundaciones que cualquier otra generación

Un niño bajo el sol intenso en una ciudad durante una ola de calor, con termómetro marcando temperaturas superiores a 40 grados.

Investigación de la Vrije Universiteit Brussel revela la alarmante brecha generacional en la exposición a fenómenos climáticos extremos

La crisis climática ya no es una amenaza futura abstracta, sino una realidad que marcará de manera radicalmente distinta la vida de quienes nacieron antes y después del año 2000. Según un estudio liderado por la Vrije Universiteit Brussel (VUB), publicado recientemente en la revista Nature, los niños y jóvenes actuales se verán expuestos a una cantidad sin precedentes de fenómenos climáticos extremos a lo largo de sus vidas, en comparación con las generaciones anteriores. Esta diferencia, que los científicos califican como una brecha intergeneracional sin precedentes, no solo refleja el daño acumulado de las emisiones pasadas, sino también la urgencia de una acción climática inmediata y profunda.

El estudio combina modelos climáticos de alta precisión con datos demográficos globales para calcular, por primera vez con esta escala de detalle, cuántos eventos extremos (como olas de calor, sequías, incendios forestales, ciclones tropicales, inundaciones y pérdidas agrícolas) experimentarán las personas nacidas en distintas décadas, desde 1960 hasta 2020. Los resultados no solo son impactantes en términos de magnitud, sino también profundamente desiguales tanto entre generaciones como entre regiones del mundo.

Una infancia entre catástrofes

La investigación parte de una premisa clara: el mundo ha cambiado radicalmente desde la revolución industrial. Pero el cambio más abrupto lo sentirán las generaciones más jóvenes, especialmente aquellas nacidas a partir del año 2000. Por ejemplo, mientras que solo el 16 % de quienes nacieron en 1960 están expuestos a un número extraordinario de olas de calor en sus vidas (definidas como mucho más frecuentes de lo que se observaría en un clima preindustrial), esa proporción se eleva al 52 % entre los nacidos en 2020 si el calentamiento global alcanza 1,5 °C, el objetivo establecido en el Acuerdo de París. En un escenario de 3,5 °C de aumento de temperatura (una trayectoria más cercana a la actual si no se toman medidas drásticas), ese número asciende al 92 %.

“El contraste es estremecedor. No estamos hablando de una o dos olas de calor más. Estamos hablando de decenas, incluso cientos de eventos extremos adicionales a lo largo de la vida de los más jóvenes”, explicó el autor principal del estudio, el doctor Luke Grant.

Este aumento no se limita a las olas de calor. En un escenario de 3,5 °C de calentamiento, el 29 % de los niños nacidos en 2020 vivirá un número anormalmente elevado de cosechas fallidas, lo que significa mayores riesgos de inseguridad alimentaria y aumento en los precios de los alimentos. Además, el 14 % experimentará un número extremo de inundaciones fluviales, con todos los costos humanos, económicos y sociales que eso conlleva.

La aritmética del cambio climático

Para llegar a estas conclusiones, el equipo internacional de científicos combinó proyecciones de modelos climáticos CMIP6 (el estándar más reciente usado por el IPCC) con proyecciones demográficas detalladas. En lugar de centrarse únicamente en valores globales promedio, el estudio pone el foco en la experiencia vivida de individuos de distintas generaciones.

A través de este enfoque, los investigadores estimaron cuántos eventos extremos experimentará una persona promedio nacida en distintos años, y cómo esa carga cambia dependiendo del nivel de calentamiento. Por ejemplo, en promedio, una persona nacida en 2020 experimentará:

  • 7 veces más olas de calor que una persona nacida en 1960.
  • 2,6 veces más sequías.
  • 2,8 veces más inundaciones fluviales.
  • 2,0 veces más incendios forestales.
  • 1,8 veces más pérdidas agrícolas.

Estas proyecciones se hicieron asumiendo un escenario de políticas actuales (el llamado “SSP2-4.5”), en el cual las emisiones de gases de efecto invernadero siguen disminuyendo lentamente, pero no lo suficiente para cumplir con el objetivo de 1,5 °C.

“La perspectiva de los jóvenes de hoy es fundamentalmente distinta a la de sus padres o abuelos. No heredarán simplemente un planeta más cálido, sino uno más peligroso, más volátil y más injusto”, subrayó el coautor Wim Thiery, climatólogo de la VUB.

Una crisis que también es desigualdad

La magnitud del impacto climático no solo varía entre generaciones, sino también entre regiones geográficas y clases sociales. El estudio muestra que los niños nacidos en países de bajos ingresos (principalmente en África, Asia meridional y América Latina) estarán mucho más expuestos a fenómenos extremos que sus pares en Europa o América del Norte.

En un escenario de 3,5 °C de calentamiento:

  • El 95 % de los niños en las regiones más vulnerables del planeta enfrentará un número excepcionalmente alto de olas de calor.
  • En las regiones más ricas, ese porcentaje se reduce al 78 %, aún alarmante, pero significativamente menor.

“Esta es una doble injusticia”, señaló Thiery. “Primero, las generaciones jóvenes están heredando un problema que no crearon. Segundo, los niños en países que históricamente han emitido menos gases de efecto invernadero son los que más sufrirán las consecuencias”.

Estas cifras no incluyen los efectos colaterales indirectos, como el aumento de enfermedades respiratorias por la contaminación derivada de los incendios, los desplazamientos forzados por sequías prolongadas o el colapso económico por la pérdida de cultivos. Es decir, el panorama podría ser aún más grave de lo que ya refleja este estudio.

¿Aún es posible cambiar el futuro?

A pesar de la contundencia de los datos, el mensaje del estudio no es solo de alarma, sino también de urgencia y acción. Los investigadores afirman que aún es posible evitar lo peor de esta crisis si se toman medidas inmediatas para reducir las emisiones globales.

Si se logra limitar el calentamiento global a 1,5 °C:

613 millones de niños nacidos entre 2003 y 2020 podrían evitar una vida marcada por olas de calor extremas.

98 millones se librarían de la amenaza persistente de cosechas fallidas.

64 millones no tendrían que enfrentarse a inundaciones fluviales excepcionales.

Estos números son significativos y representan vidas que podrían desarrollarse en contextos más estables y seguros. “Lo que hagamos en los próximos años determinará la calidad de vida de miles de millones de personas”, puntualizaron los autores.

Una llamada de atención intergeneracional

El estudio es también una invitación a replantear las responsabilidades políticas, éticas y sociales en la lucha contra el cambio climático. No se trata solo de reducir emisiones por una cuestión técnica, sino de reconocer que las decisiones actuales afectan de manera desproporcionada a quienes aún no han podido participar en el debate público: los niños y las futuras generaciones.

En este sentido, los autores proponen que la perspectiva intergeneracional sea incorporada explícitamente en las políticas climáticas, evaluaciones de impacto y estrategias de mitigación. “La equidad entre generaciones debe estar en el centro del proceso de toma de decisiones. No podemos seguir hipotecando el futuro para mantener la comodidad del presente”, concluyó Wim Thiery.

Fuente: Grant, L., Vanderkelen, I., Gudmundsson, L. et al. Global emergence of unprecedented lifetime exposure to climate extremes. Nature 641, 374–379 (2025). https://doi.org/10.1038/s41586-025-08907-1

Sin comentarios