Investigadores documentan por primera vez que los peces payaso reducen su tamaño corporal en respuesta al estrés térmico oceánico. El fenómeno, observado en condiciones naturales, abre nuevas preguntas sobre la biología de estos icónicos peces y los impactos del cambio climático en la vida marina.
Durante décadas, los científicos han advertido que el cambio climático está transformando profundamente los ecosistemas marinos, desde el blanqueamiento de los corales hasta la migración de especies enteras hacia aguas más frías. Pero un nuevo estudio publicado en Science Advances ha revelado un fenómeno aún más desconcertante: durante una ola de calor marina, un grupo de investigadores observó que más de cien peces payaso encogieron notablemente de tamaño.
Este hallazgo sin precedentes, que ha capturado la atención tanto de la comunidad científica como del público general, podría ayudar a explicar una tendencia global poco comprendida: la disminución del tamaño corporal en diversas especies marinas. Además, plantea preguntas fundamentales sobre la resiliencia de la vida marina frente a un mundo que se calienta rápidamente.
Un experimento natural en las aguas de Papúa Nueva Guinea
El estudio fue liderado por un equipo internacional de biólogos marinos, quienes realizaron observaciones de campo durante una ola de calor marina en una bahía frente a la costa de Papúa Nueva Guinea. Allí monitorearon a 134 peces payaso (Amphiprion percula), conocidos por su simbiosis con las anémonas y su fama cinematográfica gracias a la película Buscando a Nemo.
Durante cinco meses, los investigadores midieron de forma regular la longitud corporal de estos peces mientras la temperatura del agua alcanzaba niveles anómalamente elevados. Lo que descubrieron los dejó atónitos: 100 de los 134 peces estudiados mostraron una reducción de tamaño corporal durante el periodo de calor extremo. Algunos encogieron una sola vez, otros varias veces.
“Nos sorprendió tanto al ver que estos peces estaban encogiendo, que repetimos las mediciones de cada pez durante cinco meses para asegurarnos de que los datos fueran correctos”, explicó Melissa Versteeg, autora principal del estudio. “Finalmente, descubrimos que este fenómeno es bastante común dentro de esta población”.
No es solo una pérdida de peso: los peces realmente se hacen más pequeños
Uno de los aspectos más intrigantes del estudio es que la reducción no se limita a una pérdida de masa corporal o adelgazamiento general, sino que implica un acortamiento real de la longitud total del cuerpo. “No es solo que se vuelvan más delgados en condiciones de estrés”, subrayó Versteeg. “Estos peces realmente se vuelven más cortos”.
Este tipo de reducción de tamaño corporal (que ocurre en organismos vivos durante su vida adulta) es extremadamente raro en el reino animal. Algunas especies de iguanas marinas, por ejemplo, han mostrado la capacidad de reducir temporalmente su tamaño óseo durante periodos de escasez. Sin embargo, en peces, este fenómeno no había sido documentado antes.
“Sabemos que hay otros organismos que también pueden encogerse. Las iguanas marinas, por ejemplo, pueden absorber parte de su tejido óseo cuando están bajo estrés”, señaló Versteeg. “No está claro si los peces payaso usan un mecanismo similar, pero definitivamente es un área que necesita más investigación”.
Una estrategia de supervivencia eficaz
Más allá de lo inusual del fenómeno, el estudio también reveló un patrón claro: los peces que encogían tenían mayores probabilidades de sobrevivir a la ola de calor. En particular, todos los peces que redujeron su tamaño en varias ocasiones sobrevivieron al evento térmico. Aquellos que lo hicieron solo una vez también mejoraron significativamente sus probabilidades de supervivencia, hasta en un 78 %.
Esta observación sugiere que el encogimiento podría ser una respuesta adaptativa frente al estrés térmico. “Al reducir su tamaño, posiblemente disminuyen sus necesidades energéticas y de oxígeno, lo que podría ser ventajoso en aguas más cálidas, donde estos recursos son más escasos”, escriben los autores del estudio.
El calor disminuye la solubilidad del oxígeno en el agua, lo que puede provocar hipoxia en organismos marinos. Un pez más pequeño necesita menos oxígeno y menos alimento para mantenerse vivo, lo que podría explicar esta respuesta fisiológica como una adaptación temporal para resistir condiciones extremas.
La jerarquía social también influye en quién encoge y quién no
Otro descubrimiento importante del estudio es que no todos los peces payaso encogen por igual. La propensión a reducir el tamaño corporal parece depender también del estatus social dentro del grupo.
Los peces payaso viven en grupos pequeños organizados por una estricta jerarquía de tamaño. La hembra más grande es la dominante y se aparea con el segundo pez más grande, el macho principal. Los peces restantes, más pequeños, no participan en la reproducción y esperan su oportunidad para ascender en la jerarquía si uno de los peces dominantes muere.
Para mantener el orden social, el macho controla su propio crecimiento para no superar a la hembra en tamaño, ya que esto podría desencadenar conflictos que suelen terminar con la expulsión del macho de la anémona. Al ser expulsado, sus posibilidades de sobrevivir en mar abierto se reducen drásticamente.
Los investigadores encontraron que las hembras que no eran significativamente más grandes que sus machos eran menos propensas a encoger, en comparación con aquellas que sí tenían una diferencia de tamaño más amplia. Esto sugiere que, además del estrés térmico, los peces también toman decisiones “sociales” sobre si encoger o no, con el fin de mantener la estabilidad jerárquica del grupo.
“Este hallazgo sugiere que evitar conflictos sociales también desempeña un papel en la decisión de encoger”, escriben los autores.
Encogerse juntos: una ventaja evolutiva
El estudio también analizó los efectos del encogimiento conjunto en parejas reproductoras. Aquellas parejas en las que ambos individuos encogieron durante la ola de calor tuvieron una mayor tasa de supervivencia que aquellas en las que solo uno lo hizo, o ninguno.
Esto indica que existe un componente cooperativo en esta respuesta fisiológica. Es posible que encogerse de forma coordinada no solo optimice el uso de recursos, sino que también mantenga el equilibrio jerárquico, evitando tensiones entre los miembros de la pareja reproductora.
“Parece que los peces payaso se benefician cuando ambos miembros de la pareja encogen juntos”, explica Theresa Rueger, coautora del estudio. “Esto mantiene la relación de tamaño relativa que es crucial para la estabilidad de su estructura social”.
Implicaciones más amplias: ¿una pista para el enigma global del tamaño de los peces?
Aunque este estudio se centró exclusivamente en los peces payaso, sus resultados podrían tener implicaciones mucho más amplias. Desde hace años, los científicos observan una disminución del tamaño promedio en diversas especies de peces en todo el mundo, especialmente en regiones donde las temperaturas marinas han aumentado de forma sostenida.
Hasta ahora, se han propuesto varias explicaciones para esta tendencia, incluyendo la sobrepesca, la disminución de nutrientes y la selección natural. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que el encogimiento fisiológico inducido por el calor podría ser una causa adicional.
“Si la reducción del tamaño corporal en peces individuales está ampliamente distribuida y ocurre en muchas especies diferentes, podría representar una hipótesis alternativa y plausible para explicar la disminución en el tamaño de tantas especies de peces”, afirma Rueger.
Este fenómeno también plantea nuevos desafíos para la gestión de las pesquerías, ya que las proyecciones basadas en modelos tradicionales podrían estar subestimando los efectos del cambio climático sobre la biomasa disponible.
Un nuevo capítulo en la historia de los peces payaso
Los peces payaso han sido durante mucho tiempo objeto de fascinación tanto para los científicos como para el público general. Su llamativa coloración, su peculiar comportamiento y su papel como símbolo de los arrecifes de coral los han convertido en una especie emblemática.
Ahora, este estudio añade una nueva dimensión a su ya intrigante biología: la capacidad de encogerse como respuesta adaptativa al calor extremo. Aunque aún quedan muchas preguntas por responder (como los mecanismos fisiológicos exactos que permiten esta reducción), los hallazgos marcan un paso importante hacia la comprensión de cómo las especies marinas están respondiendo al cambio climático de formas inesperadas.
Más allá de la curiosidad científica, estos descubrimientos subrayan la urgencia de proteger los ecosistemas marinos, cada vez más vulnerables a las olas de calor y otros efectos del calentamiento global. Mientras el planeta continúa calentándose, entender estos mecanismos de adaptación será crucial para prever el futuro de la vida bajo el mar.
Fuente: Melissa A. Versteeg et al. ,Individual clown anemonefish shrink to survive heat stress and social conflict. Sci. Adv. 11, eadt7079 (2025). DOI: https://doi.org/10.1126/sciadv.adt7079
Sin comentarios