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Microplásticos convierten bacterias en superbacterias resistentes a los antibióticos
jueves, marzo 13, 2025

Microplásticos convierten bacterias en superbacterias resistentes a los antibióticos

Pequeñas partículas de microplásticos vistas, destacando su presencia en el medio ambiente.

Los microplásticos están en todas partes: en los océanos, en los alimentos y hasta en el aire que respiramos. Ahora, un nuevo estudio revela un peligro adicional: estos diminutos fragmentos de plástico no solo transportan bacterias, sino que también las hacen más resistentes a los antibióticos. 

Microplásticos y bacterias: una combinación peligrosa

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que miden entre 1 nanómetro y 5 milímetros. Pueden encontrarse en el agua potable, en el aire y en los alimentos, y su acumulación en el cuerpo humano es cada vez más preocupante. Un estudio reciente encontró que el cerebro humano puede contener alrededor de 5000 microgramos de microplásticos por gramo de tejido cerebral. En total, esto equivale a varios miligramos de plástico acumulados en el cerebro, lo que plantea serias preocupaciones sobre sus posibles efectos en la salud. Pero más allá de los riesgos que estos contaminantes representan para el organismo, su papel en la propagación de bacterias resistentes añade una nueva dimensión al problema.

Según el equipo de la Boston University, liderado por el investigador Muhammad Zaman, los microplásticos no solo sirven como vehículos de transporte para los patógenos, sino que también promueven su supervivencia y su resistencia a los antibióticos. “Microplásticos están en todas partes, especialmente en lugares con condiciones sanitarias deficientes. Esto hace que nuestro hallazgo sea especialmente preocupante”, señala Zaman.

La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo. Se estima que alrededor de cinco millones de personas mueren cada año debido a infecciones que no pueden ser tratadas eficazmente con antibióticos. Este problema se agrava en zonas densamente pobladas y con recursos limitados, como los campamentos de refugiados, donde el acceso a atención médica es escaso y los microplásticos están presentes en grandes cantidades.

Cómo los microplásticos ayudan a las bacterias a resistir

El estudio de la Boston University demostró que las bacterias Escherichia coli (E. coli) pueden adherirse fácilmente a los microplásticos y formar biofilms, estructuras bacterianas que actúan como un escudo protector contra los antibióticos. “El plástico proporciona una superficie ideal para que las bacterias se adhieran y se establezcan”, explica Neila Gross, coautora del estudio.

Cuando los investigadores expusieron estos biofilms a antibióticos, descubrieron que la resistencia de las bacterias era mucho mayor que cuando crecían en otras superficies, como el vidrio. “Las biofilms en los microplásticos eran mucho más gruesas y resistentes”, señala Gross. “Fue sorprendente ver cuán difícil era para los antibióticos penetrar estas capas”.

Para confirmar los resultados, los científicos repitieron el experimento con diferentes tipos de plásticos y antibióticos. Los resultados fueron consistentes: en todos los casos, los microplásticos ayudaron a las bacterias a volverse más resistentes. “Hemos demostrado que los microplásticos no solo proporcionan un refugio a las bacterias, sino que también contribuyen al desarrollo de organismos resistentes”, afirma Zaman.

Un problema creciente en entornos vulnerables

El impacto de estos hallazgos es especialmente alarmante en comunidades vulnerables, como los campamentos de refugiados, donde la exposición a bacterias resistentes es un problema crítico. Investigaciones previas han demostrado que las personas en estas áreas tienen un mayor riesgo de infección por superbacterias debido al hacinamiento y la falta de acceso a servicios médicos.

“Muchas veces se asume que la resistencia a los antibióticos se debe únicamente al uso inadecuado de estos medicamentos”, indica Zaman. “Pero hay otros factores en juego. Nadie elige vivir en un entorno donde la posibilidad de contraer una infección resistente sea tan alta”.

Actualmente, más de 122 millones de personas en el mundo viven en condiciones de desplazamiento forzado. Según los investigadores, la acumulación de microplásticos en estos entornos podría estar exacerbando la crisis de salud pública. “Nos preocupa que este problema esté sobrecargando aún más los sistemas de salud, que ya están al límite”, advierte Zaman.

¿Por qué los microplásticos fortalecen a las bacterias?

Los científicos todavía están investigando por qué los microplásticos proporcionan un entorno tan favorable para la resistencia bacteriana. Una posible explicación es que el plástico repele el agua, lo que facilita que las bacterias se adhieran a su superficie. Sin embargo, con el tiempo, los microplásticos pueden absorber humedad, lo que parece afectar la forma en que los antibióticos interactúan con las bacterias.

“Es posible que los antibióticos queden atrapados en el material plástico antes de alcanzar a las bacterias”, sugiere Gross. “Además, observamos que incluso después de retirar todos los microplásticos del ambiente, las bacterias mantenían su biofilm protector”.

Este fenómeno podría significar que una vez que las bacterias han desarrollado resistencia en presencia de microplásticos, esa resistencia persiste incluso cuando se eliminan los plásticos. Esto refuerza la idea de que la contaminación plástica no solo es un problema ambiental, sino también una amenaza para la salud global.

Hacia un mayor reconocimiento del problema

El estudio subraya la necesidad urgente de abordar la contaminación por microplásticos desde una perspectiva de salud pública. Hasta ahora, gran parte del debate en torno a la contaminación plástica se ha centrado en sus impactos ecológicos y políticos, pero los investigadores instan a que se reconozcan sus implicaciones médicas.

“Esperamos que estos hallazgos sirvan para que más científicos investiguen este fenómeno”, concluye Zaman. “No podemos seguir ignorando los efectos de los microplásticos en la resistencia a los antibióticos. Este es un problema que afecta a todos”.

El siguiente paso en la investigación será estudiar cómo estos hallazgos se reflejan en entornos reales, como los campamentos de refugiados y otras comunidades vulnerables. También se buscarán estrategias para mitigar el impacto de los microplásticos en la propagación de bacterias resistentes.

La lucha contra la resistencia a los antibióticos requiere una acción global y coordinada. Si los microplásticos están contribuyendo a la proliferación de superbacterias, reducir su presencia en el medio ambiente podría ser una pieza clave en esta batalla.

—Fuente: Gross N, Muhvich J, Ching C, Gomez B, Horvath E, Nahum Y, Zaman MH. 0. Effects of microplastic concentration, composition, and size on Escherichia coli biofilm-associated antimicrobial resistance. Appl Environ Microbiol 0:e02282-24. https://doi.org/10.1128/aem.02282-24

Nihart, A.J., Garcia, M.A., El Hayek, E. et al. Bioaccumulation of microplastics in decedent human brains. Nat Med (2025). https://doi.org/10.1038/s41591-024-03453-1

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