La falta de exámenes de detección y las opciones de tratamiento limitadas significan que los países de ingresos bajos y medios enfrentan tasas de mortalidad más altas a pesar de tener menos casos que las naciones más ricas.
El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial. Sin embargo, las probabilidades de supervivencia varían drásticamente según el lugar de residencia de la paciente, según un nuevo estudio publicado en Nature Medicine el 24 de febrero de 2025. Aunque los países ricos registran más diagnósticos, las naciones de ingresos bajos y medianos enfrentan tasas de mortalidad más altas debido al acceso limitado a la detección temprana y al tratamiento adecuado.
Disparidades en la mortalidad por cáncer de mama
En 2022, se diagnosticaron 2,3 millones de nuevos casos de cáncer de mama y ocurrieron 670 000 muertes relacionadas en todo el mundo. No obstante, las tasas de mortalidad fueron más elevadas en las regiones más pobres en comparación con las naciones más ricas. Por ejemplo, las mujeres menores de 50 años en países de bajos ingresos tenían cuatro veces más probabilidades de morir por cáncer de mama que aquellas en países de altos ingresos. Estas disparidades se atribuyen a la falta de programas de detección temprana y a opciones de tratamiento limitadas en las regiones menos desarrolladas.
La doctora Miranda Fidler-Benaoudia, epidemióloga del cáncer en Alberta Health Services en Calgary, Canadá, y autora principal del estudio, señala que las desigualdades económicas y en el acceso a la atención médica son factores clave en estos resultados. En las regiones más prósperas, los programas de cribado generalizados y los tratamientos de vanguardia contribuyen a reducir la mortalidad. En contraste, en los países de ingresos más bajos, la cantidad de casos diagnosticados es menor, pero la detección limitada, los diagnósticos tardíos y el acceso insuficiente al tratamiento resultan en tasas de mortalidad más elevadas.
Proyecciones alarmantes para 2050
Si las tendencias actuales persisten, se estima que para 2050 habrá 3,2 millones de nuevos casos de cáncer de mama y 1,1 millones de muertes relacionadas con la enfermedad. Los países de bajos ingresos podrían enfrentar un aumento del 145% en ambos indicadores. Estas proyecciones subrayan la necesidad urgente de invertir en prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer de mama, especialmente en naciones de ingresos bajos y medianos.
Fidler-Benaoudia advierte que estas cifras podrían ser imprecisas para las regiones más pobres, ya que a menudo carecen de registros detallados de cáncer. “Necesitamos datos reales para informar adecuadamente las iniciativas de control del cáncer”, afirma. La recopilación de datos precisos en estas áreas es esencial para desarrollar políticas de salud efectivas y reducir las disparidades en los resultados del cáncer de mama.
Impacto económico y social del cáncer de mama
Además de las implicaciones sanitarias, el cáncer de mama tiene un impacto económico significativo. En 2024, el gasto global en terapias oncológicas aumentó un 83%, alcanzando los 409.000 millones de dólares. Este incremento se debe a la creciente demanda de tratamientos patentados, nuevas terapias disruptivas y una mayor prevalencia del cáncer. Los principales tipos de tumores que representan el 56 % del gasto incluyen el cáncer de mama, pulmón, mieloma múltiple, próstata y riñón.
Las terapias avanzadas y los medicamentos de precisión están mejorando la eficacia y la supervivencia de los pacientes, pero también plantean desafíos económicos para la sostenibilidad de los sistemas de salud. El acceso equitativo a estos tratamientos es crucial para garantizar que todas las pacientes se beneficien de los avances médicos, independientemente de su situación económica o geográfica.
Necesidad de políticas de salud globales
Los hallazgos de este estudio destacan la urgencia de desarrollar políticas de salud globales que aborden las desigualdades en la atención del cáncer de mama. Es fundamental mejorar el acceso a programas de detección temprana y tratamientos efectivos en países de ingresos bajos y medianos. La colaboración internacional y la inversión en infraestructura sanitaria pueden desempeñar un papel crucial en la reducción de las tasas de mortalidad y en la mejora de la calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama en todo el mundo.
El doctor Rudolf Kaaks, epidemiólogo del cáncer en el Centro Alemán de Investigación del Cáncer en Heidelberg, enfatiza: “Este es el mejor panorama global integral sobre el cáncer de mama”. Abordar estas desigualdades requiere un esfuerzo conjunto para garantizar que todas las mujeres, independientemente de su ubicación geográfica, tengan acceso a la detección temprana y al tratamiento adecuado.
En resumen, aunque el cáncer de mama es una preocupación global, las disparidades en las tasas de supervivencia entre diferentes regiones son alarmantes. Es imperativo que la comunidad internacional tome medidas concertadas para cerrar esta brecha y asegurar que todas las mujeres tengan la oportunidad de superar esta enfermedad.
—Fuente: Kim, J., Harper, A., McCormack, V. et al. Global patterns and trends in breast cancer incidence and mortality across 185 countries. Nat Med (2025). https://doi.org/10.1038/s41591-025-03502-3
Sin comentarios