Una buena condición física no solo protege el corazón, sino también el cerebro. Una nueva investigación publicada en el British Journal of Sports Medicine revela que los adultos mayores con mejor forma física obtienen puntuaciones más altas en diversas habilidades cognitivas. Pero no solo los adultos mayores se benefician de esto; este efecto protector se aplica a todas las edades, independientemente de la edad o la predisposición genética.
Los científicos estudiaron a 648 personas sanas de entre 65 y 80 años. Evaluaron su resistencia haciéndoles correr en una cinta de correr y midieron su consumo máximo de oxígeno (VO2 máx). Luego, los participantes se sometieron a extensas pruebas para evaluar diferentes aspectos de su capacidad mental. Se evaluaron, entre otros, su velocidad de procesamiento (qué tan rápido comprenden y procesan nueva información) y su memoria de trabajo (la capacidad de retener temporalmente información mientras se trabaja con ella, como recordar un número de teléfono mientras se introduce). También se examinaron la percepción espacial, la capacidad de almacenar recuerdos y habilidades como la planificación y el mantenimiento de la atención.
Relaciones claras
Los resultados del estudio fueron contundentes. Los investigadores descubrieron un patrón consistente: cuanto mejor era la condición física de los participantes, más altas eran sus puntuaciones en todas las habilidades cognitivas. Esta relación se mantuvo incluso después de corregir por edad, peso, sexo y nivel educativo. Como era de esperar, los participantes mayores obtuvieron un rendimiento promedio ligeramente inferior al de los más jóvenes. También las personas con mayor nivel educativo tendieron a puntuar mejor. Sin embargo, el hallazgo más importante fue que una buena condición física se relacionaba con un mejor rendimiento cognitivo a cualquier edad.
Resultados sorprendentes
Lo que los científicos no esperaban era que los efectos positivos de una buena condición física fueran especialmente fuertes en ciertos grupos. Las mujeres y las personas con un nivel educativo más bajo se beneficiaron notablemente, especialmente en velocidad de pensamiento y procesamiento. Esto sugiere que el ejercicio puede ser un “igualador” que reduce las diferencias cognitivas entre grupos.
Otro hallazgo notable fue el efecto de los betabloqueantes, medicamentos que a menudo se recetan para problemas cardíacos. Los participantes que tomaban estos medicamentos y tenían una buena forma física obtuvieron puntuaciones excepcionalmente altas en las pruebas de concentración y velocidad de procesamiento. Esto indica que el entrenamiento físico y la medicación pueden reforzarse mutuamente para proteger las funciones cerebrales.
Los investigadores también miraron el gen APOE4, un conocido factor de riesgo de demencia, que estaba presente en el 27 % de los participantes. Sin embargo, el gen no hizo ninguna diferencia: una mejor condición física se asoció con un mejor rendimiento cognitivo en todos los casos.
¿Por qué funciona?
Una buena condición física mejora el riego sanguíneo del cerebro, lo que le proporciona más oxígeno y nutrientes. También se reducen las sustancias dañinas que pueden dañar las células cerebrales. Además, el ejercicio regular estimula la formación de nuevas conexiones entre las células cerebrales e incluso la generación de nuevas células cerebrales. También se mejora la comunicación entre las células cerebrales. Además de estos beneficios directos, una buena condición física también tiene efectos indirectos. Las personas que hacen ejercicio con regularidad suelen dormir mejor y se sienten mentalmente más saludables. Estos factores contribuyen aún más a un cerebro sano.
¿Qué significa esto en la práctica?
Que una buena condición física es buena para un cerebro sano se sabe desde hace tiempo. Investigaciones anteriores también han demostrado que se puede mejorar la condición física a cualquier edad. Esto se puede lograr simplemente con una caminata enérgica o natación diaria. Lo más importante es hacer ejercicio regularmente de una manera que acelere el ritmo cardíaco y te haga respirar un poco más fuerte.
Si bien este estudio no demuestra una relación causal directa, los hallazgos sugieren que trabajar en tu condición física es una inversión inteligente para mantener tu cerebro sano. Los científicos esperan que sus resultados contribuyan al desarrollo de recomendaciones de ejercicio personalizadas, específicamente dirigidas a preservar las funciones cognitivas en los adultos mayores.
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