Estudio revela: el embarazo acelera el envejecimiento, pero después del parto se rejuvenece

Algunas mujeres experimentaron un rejuvenecimiento de hasta ocho años en su edad biológica después del parto, lo que sugiere un efecto sorprendente del embarazo en la reversión del envejecimiento. Esto plantea la fascinante posibilidad de que el embarazo pueda tener un efecto rejuvenecedor en el cuerpo de las mujeres.

Un equipo internacional de investigadores llegó a esta sorprendente conclusión tras determinar la edad biológica de las mujeres durante y después del embarazo.

Se descubrió que, durante la segunda parte del embarazo, la edad biológica de las embarazadas aumentaba unos dos años. Pero la mayor sorpresa llegó unos tres meses después del parto, cuando los investigadores volvieron a determinar la edad biológica de las madres, afirma el investigador Kieran O'Donnell. “Tres meses después de dar a luz, vimos que la edad biológica había disminuido notablemente. En algunos individuos incluso ocho años. Así que, aunque el embarazo aumenta la edad biológica, hay una clara y pronunciada recuperación de la misma tras el parto”.

O'Donnell y sus colegas basan esa conclusión (publicada en la revista Cell Metabolism), como ya se ha señalado, en un estudio de mujeres embarazadas. En él, observaron la edad biológica (ver recuadro) de las damas en distintos momentos.

“Todos conocemos el concepto de edad cronológica: nuestra edad en años, meses y días que han pasado desde nuestro día de nacimiento”, explica O'Donnell. “Sin embargo, la edad biológica se refiere a la idea de que el ritmo de deterioro de nuestros órganos, tejidos y células puede dar lugar a una edad biológica superior (o inferior) a nuestra edad cronológica”. Basta con echar un vistazo a tu partida de nacimiento para determinar tu edad cronológica. Pero, ¿cómo determinar su edad biológica? Los científicos ya han investigado bastante al respecto y se han puesto en marcha varios métodos, explica O'Donnell. “Uno de ellos gira en torno a la metilación del ADN, que es una modificación química del ADN que puede cambiar su funcionamiento. Hay varios lugares en el genoma humano donde el grado de metilación del ADN cambia de forma predecible a lo largo de la vida”. Y así, determinando el grado de metilación del ADN (y sus posibles desviaciones) en esos lugares, también se puede obtener una imagen de la edad biológica de una persona (y sus posibles desviaciones respecto a la edad cronológica). Y eso es exactamente lo que hicieron los investigadores durante y después de los embarazos de los sujetos. Y así descubrieron, entre otras cosas, que el grado de metilación del ADN que mostraban las mujeres durante el embarazo se ajustaba más al que cabría esperar si tuvieran dos años más de los que realmente tenían.

La cosa se volvió realmente sorprendente, como se ha dicho, cuando los investigadores determinaron la edad biológica de las mujeres tres meses después de dar a luz. Porque alrededor de ese momento, el envejecimiento ya parecía haberse invertido bastante. En algunas mujeres, la edad biológica después del parto parecía haber disminuido incluso ocho años. Otras, sin embargo, tuvieron que conformarse con una disminución menor. Y lo que sorprendió especialmente a los investigadores a este respecto fue que la edad biológica de las mujeres que tenían un IMC ligeramente superior antes del embarazo disminuyó menos después de este. Mientras tanto, se observó que la edad biológica de las mujeres que habían dado el pecho después del parto volvía a disminuir de forma muy acusada tras el parto.

Más jóvenes después del parto

Un envejecimiento de dos años durante la segunda parte del embarazo. Y un rejuvenecimiento de ocho años tras el parto. Un cálculo rápido revela que tímidamente se insinúa que algunas mujeres son biológicamente más jóvenes después del embarazo que antes. Pero esto no es del todo seguro, ya que los investigadores no determinaron la edad biológica de las mujeres antes del embarazo. Por tanto, las investigaciones de seguimiento deberían revelar cómo evoluciona a lo largo de un periodo de tiempo más largo, incluso antes y en las primeras fases del embarazo.

Lo que también requiere una investigación complementaria es por qué la edad biológica de la mujer aumenta durante el embarazo, para volver a disminuir después. Basándose en esta investigación, los científicos solo pueden adivinar la respuesta a esa pregunta, explica O'Donnell. “El embarazo también se considera una ‘prueba de estrés’ natural. Quizá el estrés fisiológico provoque cambios que se vuelvan a ‘corregir’ en el periodo postnatal”. Otra idea, quizá más desafiante, es que durante el envejecimiento o cuando un sistema experimenta estrés, se producen cambios moleculares que pueden ser adaptativos (y aumentar así las posibilidades de supervivencia de una célula) o, por el contrario, perjudiciales. “Por el momento, no podemos determinar si los cambios que observamos en mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz en la metilación del ADN son adaptativos o perjudiciales, pero resulta tentador especular que el embarazo puede dar lugar a cambios moleculares adaptativos que se vuelven a “corregir” en el periodo postnatal, cuando el sistema ya no experimenta estrés”.

Más investigaciones de seguimiento

Sin embargo, hay mucho más (además de las cuestiones mencionadas anteriormente) que necesita una investigación de seguimiento. “Queda mucho por investigar”, afirma O'Donnell. “En primer lugar, no sabemos si la recuperación de la edad biológica que observamos tras el parto es relevante para los resultados de salud de estas mujeres a corto y largo plazo, y si estos efectos también se acumulan durante embarazos sucesivos. Tampoco sabemos si la disminución de la edad biológica que observamos tras el parto se debe simplemente a que el sistema se está recuperando o (lo que es más emocionante) a que el embarazo simplemente tiene un efecto rejuvenecedor en el fondo”.

En opinión de O'Donnell, estas investigaciones de seguimiento son importantes. “Nuestro estudio revela los cambios biológicos extraordinariamente dinámicos que se producen durante el embarazo. El reto ahora es empezar a utilizar ese conocimiento para mejorar la salud y el bienestar de las embarazadas”.

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