Científicos revelan adónde viajan los microplásticos una vez que entran en nuestro organismo

Los investigadores alimentaron a los ratones con agua potable que contenía microplásticos durante cuatro semanas para simular la ingesta humana semanal estimada de microplásticos. Esto permitió observar dónde se acumulaban los microplásticos en el cuerpo de los ratones, incluyendo órganos como el hígado, los riñones y el cerebro.

Seguro que la nueva investigación nos depara alguna sorpresa. Por ejemplo, el estudio revela que los microplásticos viajan desde nuestros intestinos hasta otros órganos: el hígado, los riñones e incluso el cerebro.

Esto es lo que escriben los investigadores en la revista Environmental Health Perspectives. Basan sus conclusiones en experimentos con ratones.

El plástico está en todas partes

“En las últimas décadas, se han encontrado microplásticos en el océano, en los animales, en las plantas, en el agua del grifo y en el agua embotellada”, afirma el investigador Eliseo Castillo. “Parece que los microplásticos están en todas partes”. Y ahora también se han encontrado microplásticos en el cuerpo humano. Los ingerimos con el agua que bebemos, a través de los alimentos que consumimos e incluso a través del aire que respiramos. Pero ¿qué ocurre exactamente cuando ingerimos estos microplásticos? Castillo y sus colegas lo han averiguado.

Estudio con ratones

Utilizaron ratones. Los ratones fueron alimentados durante cuatro semanas con agua potable que contenía microplásticos. De este modo, los investigadores se aseguraron de que los animales consumieran relativamente tantos microplásticos a la semana como se calcula que ingerimos los humanos semanalmente. Después de cuatro semanas, los investigadores observaron dónde se acumulaban los microplásticos en el cuerpo de los ratones. El primer lugar donde cabría esperar encontrar microplásticos es, por supuesto, el tubo digestivo. Pero la cosa no quedó ahí, explica Castillo. “Pudimos detectar los microplásticos tras exponer a los ratones a ellos en distintos tejidos”. Por ejemplo, también se descubrió que los ratones tenían microplásticos en el hígado, los riñones y el cerebro. “Esto nos indica que los microplásticos pueden atravesar la barrera intestinal y penetrar en otros tejidos”.

El estudio también demuestra que los microplásticos alteran el metabolismo en los tejidos que invaden. La medida en que lo hacen parece depender, entre otras cosas, de la concentración de microplásticos en el tejido.

Castillo considera que los resultados son bastante preocupantes. “Estos ratones estuvieron expuestos a microplásticos durante cuatro semanas. Ahora imagina lo que eso podría significar para los humanos, cuando están expuestos a microplásticos desde el nacimiento hasta la vejez”.

Que los microplásticos también se acumulan en el cuerpo humano está ya bien establecido. Pero aún no está claro hasta qué punto estos microplásticos afectan a nuestra salud. Castillo quiere investigarlo más a fondo, centrándose en primer lugar en el efecto de los microplásticos en los intestinos. Se trata de una elección muy consciente, explica. “La investigación demuestra una y otra vez la importancia de unos intestinos sanos. Un intestino enfermo afecta al cerebro, al hígado y a muchos otros tejidos. Así que imagina si los microplásticos hacen algo en el intestino, eso puede tener efectos en todo tu cuerpo”.

Investigación de seguimiento

El siguiente paso para Castillo y sus colegas es averiguar si lo que comes afecta a la cantidad de microplásticos que absorbe el organismo. “Cada dieta es diferente”, explica la investigadora Sumira Phatak. “Así que lo que vamos a hacer es dar a los animales de prueba una dieta rica en grasa o rica en fibra y luego exponerlos o no a los microplásticos. El objetivo es averiguar si la dieta afecta a la absorción de microplásticos en el organismo”. Además, otro de los colegas de Castillo también está estudiando actualmente el impacto que tienen los microplásticos en las bacterias que viven en nuestro intestino. “Varios grupos de investigación han demostrado que los microplásticos alteran el microbioma, pero aún no se ha estudiado cómo lo alteran”, explica Castillo.

En última instancia, Castillo espera que los estudios revelen qué efecto tienen los microplásticos sobre la salud en general. Y quizá, de paso, nos dé pistas sobre cómo prevenir la ingesta de microplásticos o reducir su impacto.

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