Una pastilla podría reemplazar al ejercicio físico: descubren un compuesto que imita sus beneficios

Los investigadores identificaron la sustancia SLU-PP-332, que imita los efectos del ejercicio en células musculares. Pasaron mucho tiempo estudiando los receptores relacionados con los estrógenos (ERR) y diseñaron nuevas moléculas para potenciar la interacción con estos receptores, generando así una respuesta más potente que la del SLU-PP-332 por sí solo.

Cualquiera que quiera llevar una vida sana debe hacer ejercicio, eso está claro. Pero eso no siempre es fácil de encajar en una vida ajetreada con familia, trabajo y todas esas otras cosas que aún quieres hacer. También hay personas que no pueden hacer ejercicio por enfermedad o limitaciones. Así que, ¿qué ideal sería que existiera una pastilla que imitara el efecto del ejercicio? Los investigadores han avanzado mucho.

Ahora han descubierto una sustancia que parece imitar el impulso físico de una sesión de deporte, al menos en las células de roedores. El descubrimiento podría conducir a un nuevo método de tratamiento de enfermedades musculares, insuficiencia cardíaca y demencia.

“No podemos sustituir el ejercicio. El deporte es importante a todos los niveles”, subraya el investigador principal, Bahaa Elgendy. “Si puedes hacer ejercicio, yo seguiría con ello y realizaría actividad física. Pero hay muchos casos para los que se necesita un sustituto”.

El deporte es bueno tanto para el cuerpo como para la mente. Sin embargo, Elgendy, profesor de anestesiología de la Universidad de Washington, y sus colegas se centraron sobre todo en los efectos físicos beneficiosos, más concretamente en el fortalecimiento del metabolismo y el crecimiento de las células musculares.

La activación de proteínas especiales

Un fármaco capaz de proporcionar músculos más fuertes y contrarrestar el debilitamiento muscular podría ser una gran solución para los ancianos y las personas que, por cualquier motivo, ya no pueden hacer suficiente ejercicio. Incluso podría reducir potencialmente los efectos secundarios de otros fármacos, como los de la obesidad, que implican perder tanto grasa como músculo, piensan los investigadores.

Los cambios metabólicos desencadenados por el ejercicio comienzan con la activación de ciertas proteínas llamados receptor gamma relacionado con el estrógeno (ERR). Tras una década de investigación, Elgendy y sus colegas descubrieron una sustancia llamada SLU-PP-332, que puede hacer exactamente eso: activar estos receptores, igual que lo hace el ejercicio. Los investigadores descubrieron que, en ratones, esta sustancia aumentaba un tipo de fibra muscular resistente a la fatiga, al tiempo que mejoraba la resistencia de los animales cuando tenían que correr en una cinta.

Identificar este supereficaz SLU-PP-332 no fue tarea fácil. Antes, los investigadores pasaron mucho tiempo estudiando los ERR y cómo se unen a las moléculas que los activan. Para mejorar su descubrimiento, diseñaron nuevas moléculas que potenciaban aún más la interacción con los receptores, generando una respuesta más potente que la que el SLU-PP-332 puede provocar por sí solo. El equipo también optimizó las moléculas en función de otras características, como la estabilidad y la toxicidad.

A continuación, los investigadores compararon la potencia del SLU-PP-332 con la de los nuevos compuestos observando el ARN, una medida de la expresión génica, de unos 15 000 genes en células de músculo cardiaco de rata. Las nuevas moléculas provocaron un mayor aumento del ARN, lo que indica que simulan con mayor potencia los efectos del ejercicio.

Potencial para el tratamiento de la demencia

Y eso puede ayudar contra todo tipo de enfermedades. Estudios en animales demuestran que el SLU-PP-332 aporta beneficios contra la obesidad, la insuficiencia cardiaca y el deterioro de la función renal con el envejecimiento. Los resultados del nuevo estudio demuestran que las nuevas sustancias pueden tener los mismos efectos.

Pero los beneficios se extienden aún más. La activación de los receptores relacionados con los estrógenos también podría contrarrestar los procesos nocivos en el cerebro de los enfermos de Alzheimer. Y mientras que el SLU-PP-332 no puede penetrar en el cerebro, algunos de los nuevos compuestos están diseñados para hacer precisamente eso. “En todas estas enfermedades, los ERR desempeñan un papel importante”, explica Elgendy. “Si se dispone de una sustancia capaz de activarlos eficazmente, se pueden generar muchísimos efectos beneficiosos”.

Por eso él y sus colegas quieren seguir probando los nuevos compuestos en animales. También están estudiando ya su potencial para tratar la demencia, entre otras cosas. Un compuesto prometedor, pues, del que esperemos tener pronto más noticias.

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