La aorta es oficialmente reconocida como un órgano independiente

La designación de la aorta como un órgano independiente ha requerido un cambio de mentalidad en la comunidad médica. Anteriormente, la atención estaba principalmente en los “órganos terminales”, que son órganos claramente autónomos y con una función única, como el corazón.

Enhorabuena: desde hace poco usted tiene un nuevo órgano. Verá, los científicos han publicado recientemente nuevas directrices para el tratamiento de la aorta. La conclusión: a estas alturas, la aorta es tan única e importante que se ha ganado el estatus de órgano.

Puede que le cueste acostumbrarse a la idea de la aorta como órgano. Probablemente, conozca la aorta, sobre todo por su función de arteria principal. Y aunque esta es sin duda una función importante de la aorta, en los últimos años los investigadores han descubierto cada vez más que puede hacer mucho más que transportar sangre. Por ejemplo, la aorta también interviene en la regulación de la tensión arterial y de la velocidad a la que la sangre fluye por las venas. Además, la aorta contribuye a la producción de ciertas hormonas e incluso tiene su propia capa de células musculares. Estas células musculares ayudan a la aorta a mantener su forma y funcionamiento.

En la actualidad, la cirugía de la aorta suele clasificarse en dos categorías diferentes: o bien se considera cirugía del corazón, o bien cirugía de una vena (arterial). A nivel internacional, los cirujanos lo tienen claro: la aorta es ahora tan especial que se ha ganado realmente un capítulo propio en los libros de medicina. El científico Martin Czerny ayudó a elaborar las directrices. Según él, “considerar la aorta como un órgano la sitúa al mismo nivel que el corazón, el cerebro y los pulmones. Es un gran paso adelante”. “Las nuevas directrices recomiendan claramente considerar la aorta como un órgano independiente, lo que significa que también habrá que abordarla médicamente de forma diferente. Ahora se recomienda que el tratamiento de la aorta sea una especialidad propia, que naturalmente colabore mucho con otras especialidades”. Las directrices se publicaron en la revista European Journal of Cardio-Thoracic Surgery.

Esperada desde hace algún tiempo

Ya en 2001, Raimund Erbel, de la Sociedad Europea de Cardiología, sugirió por primera vez que la aorta debía considerarse un órgano. Desde entonces, la idea ha suscitado un aluvión de nuevas investigaciones en las que muchos científicos han profundizado. Por ello, el equipo de Czerny lo tiene claro: aunque en última instancia fueron ellos quienes redactaron las directrices, fue en colaboración con un número extraordinario de cirujanos de todo el mundo y diversas organizaciones médicas. Por ejemplo, la Asociación Europea de Cirugía Cardio-Torácica (EACTS) y la Sociedad de Cirujanos Torácicos (STS) fueron las encargadas de designar a los miembros del comité encargado de redactar el informe de investigación, que acabó siendo el equipo de Czerny.

Cada miembro del equipo se encargó de redactar e investigar un capítulo. Para ello contaron con la ayuda internacional de varios especialistas en biomedicina. Para asegurarse de que no había errores en el capítulo, los mismos especialistas tuvieron que corregirlo críticamente y verificarlo después en su totalidad. 

El propio proceso de redacción también fue objeto de un seguimiento muy estricto. De hecho, debían reflejarse en él los estudios pertinentes, que también eran objeto de un nuevo escrutinio. No se incluía ninguna prueba que no estuviera suficientemente fundamentada. Además, no se permitió que los estudios citados fueran demasiado parecidos entre sí y a menudo se pusieron uno al lado del otro para filtrar sesgos personales.

Un cambio de mentalidad

La elaboración de las directrices no fue nada fácil. En primer lugar, por supuesto, porque había que abarcar casi todo lo relativo a la aorta, pero en segundo lugar, sobre todo, porque tenía que tener una base sólida para ser aceptable internacionalmente. Las propias directrices demuestran que se trataba de una tarea muy especial, porque la designación de la aorta como órgano parece anunciar principalmente una nueva forma de pensar para el mundo médico. Anteriormente, la atención se centraba sobre todo en los “órganos terminales”, es decir, órganos claramente autónomos y con una función propia (única). Pensemos, por ejemplo, en el corazón, un órgano claramente autónomo que presta un “servicio” que otros órganos no pueden ofrecer. Sin embargo, como ya se ha dicho, en 2001 Raimund Erbel, de la Sociedad Europea de Cardiología, planteó por primera vez la idea de que esta forma de pensar era quizá demasiado restrictiva. Así que en la directriz, los cirujanos lo reiteran. Escriben: “solo podemos fijarnos en la definición general de lo que es un órgano: una parte de un organismo que normalmente puede valerse por sí misma y desempeñar una función vital específica”. Así pues, el argumento de los cirujanos modernos es que eso es exactamente lo que hace la aorta: al igual que el corazón, desempeña una función indispensable en el organismo y puede valerse por sí misma para cumplir esas funciones. En otras palabras, la aorta siempre ha sido un órgano.

Según Czerny, la designación de la aorta como órgano tiene importantes implicaciones. El científico pone el ejemplo del diagnóstico y tratamiento de un aneurisma en la aorta. Un aneurisma es una protuberancia anormalmente grande en la pared de la aorta, que puede acabar provocando su rotura. Y concluye: “Estas afecciones de la aorta necesitan tratamientos complejos para resolverse. Como ahora tenemos una nueva visión de los órganos, es posible investigar mejor la aorta, lo que a la larga mejorará estos tratamientos. Con las enfermedades de la aorta también vemos que los cuidados posteriores son especialmente importantes; por desgracia, a menudo ocurre que un paciente vuelve a sufrir en una fase posterior, pero en un lugar diferente de la aorta”. En última instancia, por tanto, se espera que incluso la educación médica cambie con el ascenso de la aorta a órgano. ¿Espera empezar pronto la carrera de medicina? Entonces entiéndalo bien: la aorta es al menos tan especial como el resto de los órganos y, por tanto, cualquier cosa menos una simple arteria.

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