¿Pérdida de audición? Los audífonos podrían alargar tu vida: 24% menos de riesgo de muerte prematura

Usar audífonos no solo mejora la audición, sino que también reduce el riesgo de muerte prematura en un 24 %. Un beneficio sorprendente más allá de la capacidad auditiva.

A nivel mundial, se estima que hay alrededor de 466 millones de personas con pérdida de audición, según la Organización Mundial de la Salud. Además, muy pocas de estas personas utilizan audífonos para mejorar su capacidad auditiva. En otras palabras, no todos. Podrían hacerlo mejor. De hecho, un nuevo estudio demuestra que estos dispositivos no solo ayudan a oír mejor, sino que también pueden alargar la vida.

En Estados Unidos, donde se realizó el estudio, el problema también es preocupante: de los aproximadamente 40 millones de norteamericanos con problemas de audición, solo una décima parte dispone de audífono. Demasiado pocos, según los investigadores, que demostraron que el uso regular de un audífono reduce el riesgo de muerte prematura en casi una cuarta parte.

Una mejor salud

La investigadora principal, Janet Choi, de la Universidad de Medicina Keck del Sur de California, explica: “Descubrimos que los adultos con pérdida de audición que llevan puestos sus audífonos al menos cinco horas a la semana tienen hasta un 24 por ciento menos de probabilidades de morir prematuramente que las personas con discapacidad auditiva que utilizan los dispositivos con poca frecuencia o no los utilizan en absoluto”.

Continúa la doctora: “Estos resultados son muy importantes porque demuestran que los audífonos desempeñan un papel protector en la salud de estas personas y parecen prevenir la muerte prematura en una proporción significativa de casos”.

Aislamiento social, depresión y demencia

La gran mayoría de las personas sordas o con problemas de audición tienen 60 años o más. Estas personas corren un riesgo mucho mayor de sufrir aislamiento social, depresión e incluso demencia si no se tratan sus problemas auditivos, según han demostrado investigaciones anteriores. Pero hasta ahora, no estaba muy claro el efecto exacto que tienen los audífonos. Según Choi, su estudio, publicado en The Lancet, profundiza en ello por primera vez.

Junto con su equipo, analizó los datos sanitarios de unos diez mil adultos de la base de datos National Health and Nutrition. Esta contiene datos de estadounidenses que se sometieron a una evaluación audiométrica completa entre 1999 y 2012, es decir, se les midió la audición hasta el final. También rellenaron cuestionarios sobre el uso de audífonos. Los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante 10 años a partir de la evaluación auditiva y llevaron un registro de los sujetos que fallecían.

Finalmente, 1863 personas de la muestra fueron identificadas como discapacitadas auditivas. De ellas, 237 utilizaban audífonos con regularidad. Por tanto, la mayoría no lo hacía. También había un pequeño grupo de usuarios no habituales, que encendían sus audífonos como mucho una vez al mes.

Efecto estable y sólido

Los resultados eran claros: el uso no regular no tenía ningún efecto sobre la mortalidad, pero aquellos que sí utilizaban regularmente sus audífonos tenían hasta un 24 % menos de probabilidades de morir prematuramente, en comparación con el grupo de no usuarios. En este sentido, el grado de discapacidad auditiva, la edad, el origen étnico, los ingresos, la educación y los antecedentes médicos de los participantes no influyeron.

Choi no investiga cómo es posible, pero cita otro estudio reciente que demuestra que el uso de audífonos reduce el riesgo de demencia y depresión. Especula que una mejor audición mejora la salud mental y las funciones cognitivas, aumentando así la esperanza de vida.

Razón suficiente, por tanto, para que las personas con discapacidad auditiva utilicen audífonos. Que no todo el mundo lo haga tiene muchas razones: es caro, existe un estigma asociado y es difícil encontrar dispositivos que funcionen bien.

Asesoramiento de IA a medida

La investigadora puede hablar personalmente de estos retos, ya que nació con una discapacidad auditiva en el oído izquierdo. Sin embargo, no utilizó audífonos hasta los 30 años y tardó varios años en encontrar uno que le funcionara bien.

Para que esto sea más fácil en el futuro, Choi está trabajando en una base de datos con inteligencia artificial que clasificará todas las opciones de audífonos y podrá ofrecer asesoramiento personalizado. Sin embargo, afirma que es necesario seguir investigando para saber más sobre la relación entre los audífonos y una vida más larga.

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