Fósil de 19 millones de años desafía historia evolutiva de ballenas

El fósil de la ballena barbada descubierto en el río Murray desafía la creencia anterior de que las ballenas gigantes evolucionaron en el hemisferio norte durante la Edad de Hielo

Antes se creía que las enormes ballenas barbadas se originaron hace unos tres millones de años, cuando hacía más frío en el hemisferio norte. Pero investigaciones recientes trasladan el momento en que las grandes ballenas evolucionaron considerablemente más atrás en el tiempo.

En 1921, unos científicos descubrieron un extraordinario fósil en un acantilado a orillas del río Murray, en Australia Meridional. Se trataba de la parte anterior de una mandíbula inferior de una ballena excepcionalmente grande y antigua, que databa de hace entre 21 y 16 millones de años. Se cree que el fósil tiene unos 19 millones de años. Los investigadores han analizado este fósil de ballena en un nuevo estudio. Y el reciente análisis cambia fundamentalmente nuestra comprensión de la evolución de las ballenas.

El fósil se encuentra actualmente en la colección del Museo Australiano de Victoria. Curiosamente, pasó desapercibido en la colección hasta que el paleontólogo Erich Fitzgerald estudió la pieza del museo hace una década. Descubrió que pertenecía a una ballena barbada impresionantemente grande, la mayor de la época.

Nuevo análisis

En un nuevo estudio, Fitzgerald y sus colegas analizaron de nuevo el fósil en cuestión. Y eso arrojó algunos descubrimientos sorprendentes. Los científicos solían pensar que la evolución de las enormes ballenas barbadas coincidió con el inicio de la Edad de Hielo del Hemisferio Norte, hace unos 3 millones de años. Pero el fósil de ballena extraordinariamente grande de 19 millones de años es mucho más antiguo. Esto significa que el cambio significativo de tamaño tuvo lugar hace unos 20 millones de años. Y no ocurrió en el hemisferio norte, sino en el sur, como se suponía.

Los recientes descubrimientos subrayan lo importante que es examinar el registro fósil australiano y el del hemisferio sur para obtener una imagen global completa de la evolución de las ballenas. Anteriormente, la hipótesis principal se basaba en fósiles hallados principalmente en el hemisferio norte. Pero el fósil de ballena del río Murray demuestra ahora que esto puede no ser acertado. “El hemisferio sur, especialmente Australia, siempre ha sido ignorado cuando se trata de encontrar fósiles de ballenas”, afirma Fitzgerald. “Pero los descubrimientos de fósiles de ballenas en el sur, como los del río Murray, están cambiando nuestra comprensión de cómo evolucionaron las ballenas. Ofrecen una imagen más precisa y global de lo que ocurría en los océanos hace mucho tiempo”.

Durante el análisis, los investigadores descubrieron que la punta de la mandíbula de la ballena barbada es proporcional al tamaño de su cuerpo. Estimaron que esta ballena barbada en particular tenía una longitud de unos nueve metros. “Las ballenas más grandes de la actualidad, como la ballena azul, son tan largas como una cancha de baloncesto”, señala James Rule, coautor del estudio. “Hace unos 19 millones de años, la ballena del río Murray, con nueve metros de longitud, ya tenía un tercio de esta longitud. Parece que entonces las ballenas barbadas ya iban camino de convertirse en enormes gigantes oceánicos”.

La fuerza motriz

¿Qué es exactamente lo que impulsa la evolución de las ballenas gigantes en el hemisferio sur? Los investigadores sospechan que tiene que ver con cambios importantes, como la congelación de la Antártida, los cambios en las corrientes oceánicas y una explosión de plancton.

En definitiva, el estudio pone patas arriba nuestra comprensión de la evolución de los animales más grandes del mundo. “Esta revelación cambia nuestra forma de ver la historia de la evolución de las ballenas”, dice Lynley Crosswell, Directora General del Museo Victoria. Y puede que haya más descubrimientos en camino. Por ejemplo, el Museo Victoria alberga la mayor colección de fósiles de ballena de Australia. Por ello, ya hay planes para inspeccionar a fondo otros fósiles de la colección. Además, se está estudiando la posibilidad de colaborar con la comunidad local y ciudadanos científicos para excavar el mayor fósil de ballena jamás descubierto en Melbourne: una especie no identificada de ballena localizada en el suburbio de Beaumaris.

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