Esta luna podría estar arrojando pruebas de vida extraterrestre al espacio: podemos atraparla

Aunque Encélado es una luna helada de Saturno, sus penachos de agua contienen compuestos orgánicos, incluyendo aminoácidos, que podrían desempeñar un papel crucial en la búsqueda de vida extraterrestre, desafiando las expectativas sobre dónde y cómo podría existir vida en nuestro sistema solar.

Las columnas de agua de Encélado podrían contener componentes básicos para la vida. Y ahora los investigadores han aportado pruebas de que podemos detectarlos cuando las naves espaciales tomen muestras, esto abre la posibilidad de descubrir vida extraterrestre en la luna helada de Saturno.

En la búsqueda de vida extraterrestre, muchos ojos optimistas se vuelven hacia Encélado, la luna helada de Saturno. Y con razón. A pesar de su superficie helada, esta pequeña luna alberga un océano subterráneo líquido. Además, grandes penachos de agua escapan de las grietas de la superficie helada, conteniendo diversos compuestos orgánicos. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si los compuestos orgánicos de esos penachos resistirían la velocidad a la que se disparan hacia arriba. Pero un nuevo estudio es ahora esperanzador.

Más información sobre los penachos

En la actual búsqueda de vida en otros lugares del universo, los investigadores suelen buscar tres elementos cruciales: agua, energía y materia orgánica. Y hay indicios de que Encélado es un “mundo oceánico” que contiene los tres. En efecto, Encélado lanza regularmente potentes chorros de agua al espacio, disparando agua líquida desde el océano bajo la corteza helada de la luna. En ocasiones, estos penachos pueden alcanzar los 100 kilómetros de altura sobre la superficie. Estudios anteriores de estos penachos han demostrado que el 98 % son principalmente agua, alrededor del 1 % son hidrógeno y el resto contiene una mezcla de otras moléculas, como dióxido de carbono, metano y amoníaco. Sorprendentemente, los penachos también contienen compuestos orgánicos, que transportan nitrógeno y oxígeno. Estos compuestos desempeñan un papel crucial en la producción de aminoácidos, las complejas moléculas que actúan como bloques de construcción de las proteínas y que a menudo se consideran componentes básicos de la vida.

Durante su misión de dos décadas, la sonda espacial Cassini de la NASA descubrió que Encélado expulsa penachos de agua de su superficie a una velocidad de unos 400 m/s. Estos penachos eruptivos crean una atmósfera excelente para la vida. Estos penachos en erupción constituyen una excelente oportunidad para recoger muestras y examinar la composición de los océanos de Encélado para determinar si esta luna podría albergar vida. Pero, como ya se ha dicho, hasta ahora no se sabía con certeza si la materia orgánica permanecería intacta al salir disparada a velocidades tan altas.

Para investigarlo, los científicos utilizaron un espectrómetro especial de impacto de aerosoles. Está diseñado para estudiar la dinámica de colisión de aerosoles y partículas individuales a altas velocidades. “Este dispositivo en concreto es único en el mundo porque es capaz de seleccionar partículas individuales y acelerarlas o desacelerarlas hasta velocidades finales predeterminadas”, explica el investigador Robert Continetti. “Podemos estudiar el comportamiento de las partículas en distintos tamaños, desde unas pocas micras de diámetro hasta cientos de nanómetros. Esto se aplica a diversos materiales. Además, podemos estudiar cómo se dispersan las partículas y cómo cambian sus estructuras al colisionar”.

El experimento

Para el experimento, los investigadores fabricaron primero, granos de hielo mediante ionización por electrospray. Esto consiste en hacer pasar agua a través de una aguja sometida a alta tensión, lo que provoca que el agua se rompa en gotitas cada vez más pequeñas. A continuación, estas gotitas se colocan en el vacío, donde se congelan. El equipo midió la masa y la carga de los granos de hielo, siguió su movimiento a través del espectrómetro y cronometró el momento exacto del impacto con una precisión de nanosegundos.

Los hallazgos muestran que los aminoácidos permanecen intactos incluso durante colisiones a velocidades de hasta 4,2 km/s. Esto significa que estas importantes moléculas pueden emerger intactas de los penachos de agua de Encélado. Parecen capaces de resistir la enorme velocidad a la que los penachos de agua salen disparados de la superficie. Y eso apoya la idea de que puedan detectarse cuando las naves espaciales tomen muestras. “Para entender qué tipo de vida es posible en nuestro sistema solar, es importante saber si las moléculas de las muestras están dañadas o no”, explica Continetti. “De ese modo, podemos reconocer las propiedades que apuntan a lo que la convierte en una forma de vida autónoma. Nuestro trabajo demuestra que esto es posible con las plumas de agua de Encélado”.

Los hallazgos también tienen implicaciones para la próxima misión Europa Clipper, que se lanzará en 2024 y se dirigirá hacia Júpiter. Europa, una de las lunas más grandes de Júpiter, también es un mundo oceánico y tiene una composición helada similar a la de Encélado. Los científicos esperan que Europa Clipper o futuras misiones a Saturno puedan identificar un conjunto específico de moléculas en los granos de hielo que podrían indicar la existencia de vida en los océanos subterráneos de estas lunas. Por tanto, es vital que estas moléculas permanezcan intactas a pesar de su rápida eyección de la luna, y que sean recogidas con éxito por una sonda espacial. Ahora resulta que sí se han detectado indicios de vida en estas lunas heladas. Esto nos acerca un paso más a la fascinante pregunta: ¿existe vida extraterrestre?

Más información sobre la misión Europa Clipper

Europa Clipper desempeñará un papel crucial en el conocimiento de esta luna. La nave efectuará numerosos vuelos de rasante sobre Europa para investigar a fondo el océano que se esconde bajo su gruesa corteza de hielo. Equipada con diversos instrumentos, la sonda estudiará no solo la superficie, sino también el polvo y los gases propulsados hacia arriba. La esperanza es descubrir más cosas sobre este intrigante y lejano mundo, que podría albergar formas de vida tal y como las conocemos. Un conocimiento más profundo de la habitabilidad de Europa podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo evolucionó la vida en la Tierra y a aprender más sobre posibles formas de vida en otros lugares del universo.
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