Durante mucho tiempo, los investigadores pensaron que las estrellas de mar no tenían cabeza. Pero una inmersión en el material genético de la estrella de mar sugiere ahora que es al revés: las estrellas de mar solo tienen cabeza y, por tanto, tienen que conformarse sin torso ni cola.
Si alguien le presenta un gusano y le pregunta cuál es la parte delantera (o cabeza) y cuál la trasera (o cola), basta con que lo mire detenidamente y sin duda conseguirá señalar la cabeza. Lo mismo ocurre con muchos otros organismos: desde perros a peces, pasando por serpientes y seres humanos.
La cabeza de una estrella de mar: nuevas investigaciones
Sin embargo, las cosas se complican mucho más cuando alguien le presenta una estrella de mar y le pide que señale su cabeza. Y no es para avergonzarse, porque en realidad ni siquiera los biólogos han llegado a descifrar durante siglos qué es la cabeza o la cola. Los cinco brazos de las estrellas de mar son idénticos. Y para colmo, cada uno de esos brazos también puede tomar la delantera si la estrella de mar decide moverse. En resumen: nada revela realmente qué es ahora la parte delantera (o cabeza) de una estrella de mar. Y, por último, algunos científicos llegaron hace algún tiempo a la conclusión provisional de que las estrellas de mar probablemente no tienen frente, o cabeza.
Pero una nueva investigación, publicada en la revista Nature, revela ahora que esa conclusión es errónea. De hecho, las estrellas de mar tienen cabeza. Es más, de hecho, solo tienen cabeza. “Es como si la estrella de mar tuviera que prescindir por completo del torso”, nos dice el investigador Laurent Formery. “Y en realidad se puede describir mejor a la estrella de mar como una cabeza que se arrastra por el fondo marino”.
Los científicos llegaron a esa conclusión tras secuenciar el genoma de estrellas de mar (jóvenes) y luego (gracias a las últimas tecnologías) determinar con gran precisión en qué puntos estaban activos genes concretos. Para su gran sorpresa, los científicos observaron que los genes asociados al desarrollo de la cabeza se encontraban casi en todas partes en las estrellas de mar jóvenes, mientras que los genes que codifican el torso y la cola apenas se expresaban.
Cabeza y cola
Casi todos los animales son “bilateralmente simétricos”. Esto significa que, a lo largo de un eje recto que va de la cabeza a la cola, constan de dos mitades reflejadas. Esto también se aplica a los seres humanos: el lado izquierdo de su cuerpo es más o menos una versión reflejada del lado derecho. Hace años, los investigadores demostraron, mediante experimentos con moscas de la fruta, que esta simetría bilateral que vemos en la mayoría de los animales está provocada por genes específicos que se expresan en partes concretas del organismo en una fase temprana del desarrollo y que ordenan a las células formar una cabeza o, por el contrario, un torso. Las investigaciones posteriores pronto revelaron que los mismos genes o genes similares también estaban activos en muchos otros organismos con simetría bilateral: desde humanos a peces y desde insectos a gusanos. Pero las estrellas de mar, con sus cinco brazos, no tienen simetría bilateral. De hecho, lo mismo ocurre con algunos de sus parientes, como el erizo de mar. Y durante mucho tiempo no estuvo claro qué “plan de construcción genético” hay detrás de la forma de su cuerpo.
Por ahora, basándose en investigaciones anteriores y en esta nueva, los científicos suponen que (en contra de lo que muchos pensaban) las estrellas de mar no pasan por la vida sin cabeza. Por el contrario, parece que solo tienen cabeza y en realidad han perdido el torso, afirman los científicos. Esta conclusión se ve respaldada por los fósiles de antepasados de estrellas de mar descubiertos anteriormente, que sí parecen poseer torso.
Son muy extrañas
Por supuesto, la idea de que las estrellas de mar son en realidad cabezas que caminan por el fondo del mar es bastante extraña. Pero, al mismo tiempo, no es tan descabellado concluir algo así sobre las estrellas de mar. Hace tiempo que se sabe que las estrellas de mar son organismos extraños. Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que, a diferencia de muchos otros animales, no llevan la comida al estómago, sino que llevan el estómago a la comida. Para ello, extraen su estómago y lo pliegan sobre su alimento, tras lo cual parte de esta ya es digerida fuera del cuerpo. La forma en que las estrellas de mar se desplazan también es bastante extraña: lo hacen bombeando agua a través de miles de patas tubulares situadas en la parte inferior de sus brazos.
La nueva investigación convierte a las estrellas de mar (si cabe) en animales aún más extraños. Pero al mismo tiempo, el estudio también plantea muchas preguntas nuevas, reconocen los investigadores. Por ejemplo, cabe preguntarse naturalmente por qué las estrellas de mar han perdido su torso. Los científicos también se preguntan si un estudio similar entre erizos de mar conduciría a resultados parecidos y, por tanto, también demostraría que solo son cabezas. Las investigaciones posteriores deberían demostrarlo. “Nuestra investigación nos dice que el cuerpo de los equinodermos tiene una evolución mucho más compleja de lo que se pensaba y que aún nos queda mucho por aprender sobre estos intrigantes organismos”, afirma el investigador Jeff Thompson. “Y como alguien que los ha estudiado durante la última década, puedo decir que estos resultados han cambiado radicalmente mi forma de pensar sobre este grupo de animales”.
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