El ejercicio no solo entrena tus músculos, sino también tu sistema inmunitario

El ejercicio fortalece músculos y sistema inmunológico al activar células Treg que reducen la inflamación, según investigación de Harvard en ratones. Aunque se espera confirmación en humanos, sugiere que el ejercicio naturalmente potencia las respuestas inmunitarias, protegiendo contra enfermedades asociadas a la inflamación.

Que el ejercicio es bueno para la salud lo sabemos todos. Pero, ¿por qué lo es en realidad? Una investigación de la Facultad de Medicina de Harvard demuestra que el sistema inmunitario es una parte importante.

Y en concreto las “Tregs”, unas células inmunitarias especiales que pueden reducir la inflamación en el organismo. Lo hacen liberando sustancias antiinflamatorias o suprimiendo otras células inmunitarias que causan inflamación. Al reducir la inflamación, estas células inmunitarias mejoran la salud de varias maneras. Y esto también ocurre durante el ejercicio físico, según descubrieron investigadores estadounidenses. Las células Treg ayudan a los músculos a utilizar su energía de forma más eficiente durante el ejercicio y mejoran su resistencia.

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras examinar las células musculares de varios ratones. Para ello, algunos de los ratones tuvieron que caminar regularmente en una cinta, otro grupo solo ocasionalmente y a otro se le mantuvo “sedentario”; un estado en el que dedicaban menos del 10 % de su consumo energético diario al ejercicio. Los resultados mostraron que las células musculares de los ratones que corrían ocasional o regularmente en cintas rodantes presentaban signos de inflamación. Por ejemplo, una mayor actividad de los genes y de las sustancias químicas que favorecen la inflamación.

Inflamación: sentarse o moverse

Esto en sí no es sorprendente. Cuando se hace ejercicio, siempre se desencadenan pequeñas reacciones inflamatorias temporales en los músculos. Estas inflamaciones estimulan todo tipo de procesos, como la expresión de genes que regulan la estructura muscular o el metabolismo. 

Pero también, por ejemplo, genes relacionados con las mitocondrias, pequeñas centrales energéticas de las células que desempeñan un papel importante en el ejercicio al ayudar a las células a satisfacer sus mayores necesidades energéticas. Así que, en realidad, se trata de una respuesta del organismo para estar mejor preparado para la próxima vez que haga ejercicio: en otras palabras, un entrenamiento.

Pero lo que los investigadores también observaron es que los ratones que se movían ocasional o regularmente también tenían más Tregs en sus músculos en comparación con sus homólogos sedentarios. Esto implica que el ejercicio también estimula la producción y activación de células inmunitarias en los músculos, por lo que hacer ejercicio también entrena el sistema inmunitario. Esto fue especialmente evidente en los atletas regulares. De hecho, se beneficiaron físicamente: su metabolismo muscular, producción de energía y resistencia fueron mejores que los de los otros ratones.

Humanos frente a ratones

Queda por investigar si esto también funciona en humanos. Pero, según los investigadores, “nuestra investigación implica que el ejercicio es una forma natural de potenciar las respuestas inmunitarias del organismo para reducir la inflamación”, afirma la investigadora principal, Diane Mathis. Según ella, esto explicaría también por qué el ejercicio protege contra diversas enfermedades y procesos de envejecimiento asociados a la inflamación crónica.

Los investigadores esperan que su estudio sea un gran paso hacia una descripción más detallada de los cambios celulares y moleculares que se producen durante el ejercicio. “Sabíamos desde hace tiempo que el ejercicio físico provoca inflamación, pero no comprendíamos del todo los procesos inmunitarios implicados”, afirma el primer autor, Kent Langston, investigador postdoctoral en el laboratorio de Mathis. Para completar aún más ese panorama, Mathis quiere buscar beneficios de la respuesta inmunitaria en otros lugares: “Ahora solo nos hemos fijado en los músculos, pero quizá el ejercicio también estimule la actividad de las Treg en otros lugares del cuerpo”.

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