Por fin sabemos cómo ronronean los gatos (y resulta menos espectacular de lo que se pensaba)

Una mirada detallada a la sorprendente revelación sobre cómo los gatos, a pesar de su pequeño tamaño, generan sus característicos ronroneos de baja frecuencia y por qué este descubrimiento cambia nuestra comprensión de la vocalización felina.

La verdad es que resulta bastante extraño que un animal tan pequeño y ligero produzca sonidos de tan baja frecuencia. Pero los investigadores creen ahora que, después de todo, pueden explicarlo.

Para los amantes de los gatos, el suave ronroneo de su peludo compañero cuando le acarician detrás de las orejas es uno de los sonidos más agradables. Sin embargo, resulta bastante extraño que los gatos puedan ronronear. 

“Los gatos tienen cuerdas vocales relativamente cortas”, explica el investigador Christian Herbst. “Sin embargo, pueden producir sonidos a una frecuencia extraordinariamente baja, sobre todo teniendo en cuenta su pequeño tamaño”. Los científicos han intentado explicarlo en el pasado. Pero, según Herbst, en realidad todo funciona de forma ligeramente distinta a como se pensaba.

Sonidos: ronroneo del gato

Los gatos son animales vocales por naturaleza: maúllan, graznan y ronronean. Hay poco desacuerdo sobre cómo funcionan los maullidos y los chillidos. Estos sonidos se producen en la laringe del gato, de forma similar a como lo hacen los humanos y los mamíferos. “Los humanos y la mayoría de los animales producen sonidos de una forma física similar”, explica Herbst. “Tienen tejidos, como las cuerdas vocales, que vibran pasivamente cuando se exhala aire. En general, el tono del sonido depende más o menos de la longitud de estos tejidos en la laringe. A menudo, la longitud de estos tejidos se corresponde con el peso y el tamaño corporal del animal”.

Pero el sonido del ronroneo felino siempre ha sido un poco más misterioso. Los gatos domésticos son pequeños y suelen pesar solo unos 4,5 kg. Por eso, los científicos se han preguntado periódicamente cómo son capaces estos animales de emitir los sonidos graves asociados al ronroneo. “Producen sonidos a frecuencias increíblemente bajas, normalmente entre 20 y 30 hercios”, señala Herbst. “Este sonido es mucho más bajo, incluso que los tonos más graves emitidos por los humanos”. Normalmente, esas frecuencias tan bajas solo se oyen en animales mucho más grandes, como los elefantes, que tienen cuerdas vocales mucho más largas.

Hace aproximadamente medio siglo, los científicos propusieron una teoría innovadora. “Este estudio sugería que los gatos no producen sus ronroneos de la forma habitual, sino que lo hacen mediante músculos de la laringe que se contraen y relajan unas 30 veces por segundo”, explica Herbst. “Esta teoría nunca se había cuestionado hasta ahora. Nuestro propio estudio, publicado en la revista Current Biology, demuestra que esta vieja teoría puede necesitar alguna revisión”.

Sin contracciones musculares: experimento

Herbst sostiene que las contracciones musculares cíclicas propuestas no son necesarias para generar el ronroneo felino. “Hemos descubierto que, en realidad, la laringe de los gatos parece haber evolucionado específicamente para emitir sonidos ronroneantes”, afirma Herbst. “Puede producir sonidos a frecuencias giratorias sin contracciones musculares repetidas. Lo que observamos es muy similar al mecanismo habitual compartido con los humanos y la mayoría de los demás animales”.

El investigador basó sus conclusiones en experimentos realizados en el laboratorio. El equipo extrajo la laringe de ocho gatos domésticos, a los que se había practicado la eutanasia humanitaria debido a una enfermedad terminal. Esto se hizo con el pleno consentimiento de sus dueños. Los investigadores comprimieron las cuerdas vocales y dejaron que fluyera aire caliente y húmedo a través de ellas. Comprobaron que los gatos seguían ronroneando de esta forma, lo que significa que no se producían contracciones musculares.

¿Cómo funciona el ronroneo de los gatos? Una “estructura blanda” especial incrustada en las cuerdas vocales podría ser la razón por la que los gatos son capaces de emitir estos sonidos de baja frecuencia. Por ejemplo, los gatos domésticos tienen una especie de “almohadilla” en las cuerdas vocales que contiene tejido graso extra. Esto les permite vibrar a bajas frecuencias. En pocas palabras, las “almohadillas” hacen que las cuerdas vocales sean más densas y vibren más lentamente. Esto permite a los gatos, a pesar de su pequeño tamaño, producir sonidos graves. La forma en que emiten este sonido es sorprendentemente similar a lo que llamamos “voz quebrada” en los humanos. Se trata de una forma de hablar en la que la voz suena grave y abrasiva, a menudo con un sonido vibrante.

Menos espectacular de lo que se pensaba

Esto significa que, después de todo, el ronroneo de los gatos puede ser algo menos excepcional de lo que se pensaba. “Parece que los vertebrados tienen un mecanismo común para emitir sonidos: utilizan la fuerza de su respiración para producir sonidos mediante la vibración de los tejidos”, explica Herbst. “En los humanos y la mayoría de los mamíferos se produce en la laringe, con las cuerdas vocales; en las ballenas dentadas, como los delfines, en la nariz; y en las aves, en lo que llamamos siringe”. Durante 50 años se pensó que el gato era una excepción a esta regla, pero nuestro estudio sugiere que quizá no sea así.

¿Por qué ronronean los gatos?

El estudio aporta nuevos conocimientos sobre cómo ronronean los gatos. Por cierto, por qué ronronean los gatos sigue siendo un enigma. Herbst tampoco se atreve a hacer afirmaciones al respecto. Lo que sí sabemos es que suelen ronronear cuando se sienten relajados y cómodos. Puede servir como forma de comunicación con sus dueños y suele ser señal de que un gato está a gusto y feliz. Aunque no siempre es así. Por ejemplo, un gato ansioso también puede ronronear. Puede ser una forma de buscar consuelo o de calmarse en situaciones estresantes.

Por lo tanto, si quiere averiguar por qué su gato ronronea en una situación concreta, es importante que se fije también en otras señales, como el lenguaje corporal y el comportamiento. Si su gato ronronea cuando le abraza, puede suponer que le gusta. Y si lo vuelve a hacer esta noche, al menos ya sabe cómo funciona en su cuerpo.

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