Esta rana finge su muerte para no aparearse (acosada por muchos machos)

Las hembras de la rana común revelan su ingenio en la lucha por la supervivencia durante la frenética época de cría, desafiando a los machos intrusos con una sorprendente estrategia de fingir estar muertas

Este hallazgo evidencia que las hembras, que enfrentan el acoso de machos prepotentes, poseen recursos de defensa y no son tan pasivas o desamparadas como previamente se creía.

Las ranas hembra sufren a veces durante la época de cría. No es infrecuente que varios machos se abalancen sobre ellas al mismo tiempo, lo que puede llegar a ser mortal para ella en los peores casos. Antes se pensaba que las hembras apenas podían defenderse en estas situaciones tan terribles. Pero los investigadores han descubierto que no es así.

Época de cría de la rana

La rana común mantiene un estilo reproductivo bastante turbulento. El apareamiento suele durar entre unos días y dos semanas a principios de primavera. Durante este periodo, cientos o miles de animales se reúnen en la charca. Las hembras, a diferencia de los machos, no se aparean todos los años, por lo que los machos son mayoría cada vez. La competencia es feroz, por lo que no son nada exigentes: los machos se aferran con entusiasmo a casi cualquier cosa que se mueva. No es raro que un macho confunda a otro macho con una hembra. Cuando se agarra a otro macho, lanza una especie de grito de socorro para indicar que se ha equivocado.

Más información sobre la rana común

La rana común (Rana temporaria) pertenece a la familia de las ranas verdaderas (Ranidae). Es una de las especies de ranas más conocidas y se encuentra en gran parte de Europa. El animal tiene la piel de color marrón, pero el color puede variar de marrón a verde, según el entorno y la temperatura. Durante la época de apareamiento, los machos son muy vocales y croan para atraer a las hembras. Esto da lugar a los conciertos de ranas característicos de principios de primavera. Además, viven relativamente mucho tiempo. Tienen una esperanza de vida de unos 5 a 10 años, aunque se han descrito ejemplares de más de 10 años.

Como las hembras son muy superiores en número, suele ocurrir que varios machos se aferren a la misma hembra, formando una especie de “bola de parejas”. Y eso no siempre consigue que la hembra salga viva. Ocurre con tanta frecuencia que ella muere en el proceso. Antes, los científicos pensaban que las hembras no podían resistirse a los machos intrusos. Pero ahora los investigadores han descubierto que, en secreto, saben exactamente cómo defenderse.

Las ranas mantienen diferentes tácticas. La forma más común en que las hembras intentan escapar de las garras de los machos es girando sobre su propio eje. Además, los investigadores observaron que las hembras producen dos sonidos diferentes. Por ejemplo, imitan el grito de angustia que emiten los machos cuando son asaltados inesperadamente por otro macho. Además, a veces también emiten una especie de chillido agudo. Hasta la fecha, el significado de este último sonido sigue sin estar claro.

Aunque estos comportamientos ya son bastante asombrosos, los investigadores descubrieron una forma aún más sorprendente en la que las hembras intentan mantener a raya a los machos. De hecho, en el último caso, el más notable, las hembras parecen fingir estar muertas. Estiran con fuerza sus extremidades separándolas del cuerpo y luego permanecen inmóviles hasta que el macho finalmente las suelta.

Extraordinario: bolas de pareja

Los investigadores están perplejos. “Este comportamiento es excepcional y solo se observa en contadas ocasiones”, afirma Carolin Dittrich, coautora del estudio. “Solo conozco un número limitado de estudios en los que fingir la muerte se asocia a la reproducción, por ejemplo en arañas o libélulas. Suele pensarse que esta estrategia solo se utiliza como último recurso para escapar de los depredadores”.

Sin embargo, los investigadores creen poder explicar el extraordinario comportamiento de las hembras. “Creemos que este comportamiento surgió para ayudar a las hembras a evitar entrar en bolas de pareja, lo que a menudo las conduce a la muerte”, explica el investigador Mark-Oliver Rödel. “Al llamar, las hembras indican que no quieren aparearse. Y si eso no funciona, las hembras estresadas pueden escenificar su muerte”.

Las conclusiones del estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, muestran que las ranas hembra han desarrollado una forma muy inteligente de escapar de los machos intrusos. Esto significa que no son tan pasivas o indefensas como se pensaba. Por tanto, cambia bastante nuestra visión de estas criaturas. “Nuestra investigación demuestra que incluso en especies autóctonas comunes y estudiadas a fondo se pueden hacer descubrimientos sorprendentes”, concluye Dittrich.

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