Descubrimiento: tu ciclo menstrual realmente cambia tu cerebro

Explorando los misterios del cerebro femenino: cómo el ciclo menstrual provoca cambios sorprendentes en la estructura cerebral y el comportamiento.

Malhumoradas, emocionales o simplemente superpotentes, muchas mujeres descubren que no siempre se sienten igual durante su ciclo menstrual. No es de extrañar: bajo la influencia de las hormonas, se producen todo tipo de cambios en el cerebro.

Investigadores estadounidenses de la Universidad de California siguieron los ciclos menstruales de treinta mujeres. El objetivo era registrar con gran precisión qué cambios estructurales se producían en el cerebro mientras fluctuaba la cantidad de las distintas hormonas femeninas.

Más impacto del que se pensaba

Esas hormonas resultaron tener mucho más impacto del que se pensaba. No solo provocaron cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la menstruación, como se esperaba, sino que también se produjeron cambios en otras áreas. “Estos resultados son los primeros en aclarar que se producen cambios simultáneos en la microestructura de la sustancia blanca y el grosor cortical, que coinciden con los ritmos hormonales determinados por el ciclo menstrual”, escriben los investigadores. Un córtex más delgado se asocia al deterioro cognitivo.

Materia blanca frente a materia gris

La materia gris está formada principalmente por células nerviosas y se encuentra sobre todo en el exterior del cerebro. La materia gris es la zona donde se procesa la información. La sustancia blanca está en el interior. Son las conexiones entre las células nerviosas. Alrededor de estas conexiones hay una capa blanca aislante llamada mielina. La sustancia blanca transmite la información.

Señalan que los efectos van más allá de lo que se pensaba. “Es posible que los fuertes efectos de la interacción cerebro-hormona no se limiten al clásico eje hipotalámico-hipofisario-gonadal (eje HPG) y a las zonas de alta densidad de receptores”, afirman. Se puede pensar en el eje HPG como un sistema regulador en el que parte de la producción hormonal se regula en el hipotálamo, la hipófisis y las gónadas.

Las mujeres menstrúan una media de 450 veces a lo largo de su vida, por lo que resulta interesante conocer sus efectos en el cerebro. Hasta ahora no se había estudiado muy a fondo. La mayoría de las investigaciones se han centrado en la comunicación en el cerebro durante la realización de tareas cognitivas y no en lo que realmente ocurre en el cerebro en general.

“Las fluctuaciones cíclicas de las hormonas en el eje HPG tienen poderosos efectos sobre el comportamiento y las funciones cerebrales a través de la actividad en el sistema nervioso central de los mamíferos”, se afirma. “Sin embargo, se sabe muy poco sobre cómo estas fluctuaciones alteran los nodos cerebrales estructurales y las vías de información en el cerebro humano”.

Una resonancia magnética

Los investigadores cambiaron eso. Descubrieron que la microestructura de la sustancia blanca cambia bajo la influencia de las hormonas. Esto ocurre en la pubertad, por ejemplo, pero también por el uso de la píldora anticonceptiva, la terapia hormonal y la terapia estrogénica posmenopáusica.

Para averiguar más sobre este tema, se sometió a las participantes a una resonancia magnética durante tres fases de la menstruación: durante la menstruación propiamente dicha, durante la ovulación y en el período intermedio. Antes de los escáneres, los investigadores midieron los niveles hormonales de las participantes.

Después se compararon los datos y surgió algo especial: según fluctuaban las hormonas, también cambiaban los volúmenes de materia gris y blanca, así como la cantidad de líquido cefalorraquídeo.

Para ser precisos: justo antes de la ovulación, cuando la hormona estradiol y la hormona luteinizante, que estimula la ovulación, aumentan, los cerebros de las participantes mostraron cambios en la materia blanca que indicaban una transferencia de información más rápida. La hormona foliculoestimulante, que aumenta antes de la ovulación y ayuda a estimular los folículos ováricos, se asoció con una materia gris más gruesa. La progesterona, que aumenta después de la ovulación, provocó, entre otras cosas, una disminución del líquido cefalorraquídeo.

Es hora de seguir investigando

Se desconoce qué significa esto exactamente, pero este estudio sienta las bases para futuras investigaciones sobre las explicaciones del cambio de comportamiento durante el ciclo menstrual. “Aunque por el momento no hemos identificado ninguna consecuencia funcional ni correlato de los cambios estructurales en el cerebro, nuestros hallazgos pueden tener implicaciones para los cambios hormonales en el comportamiento y la cognición”, afirman los investigadores. “Es necesario investigar la relación entre cerebro y hormonas para comprender mejor el funcionamiento del sistema nervioso en la vida cotidiana, durante las distintas fases hormonales y a lo largo de la vida”.

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