Se descubre algo que se creía imposible: galaxias similares a la Vía Láctea en el universo muy joven

Descubrimiento sorprendente: galaxias parecidas a la Vía Láctea desafían las teorías cósmicas al revelarse en el universo primitivo a través de las observaciones del telescopio James Webb.

Se suponía que las galaxias como nuestra Vía Láctea solo se formaban cuando el universo era de mediana edad. Pero las nuevas observaciones de James Webb demuestran lo contrario.

Las galaxias del universo primitivo son más parecidas a nuestra Vía Láctea de lo que se pensaba. Así lo afirman los investigadores en un nuevo estudio publicado en The Astrophysical Journal. Los astrónomos han observado una abundancia de galaxias similares a la Vía Láctea en el universo primitivo, lo que significa que quizá tengamos que revisar las actuales teorías sobre la evolución cósmica.

Cómo la Vía Láctea

Nuestra Vía Láctea es una galaxia con forma de disco: se puede comparar básicamente con una tortita plana o un disco compacto. Gira alrededor de su centro y suele tener brazos en espiral. Los científicos creen que este tipo de galaxias son las más comunes en nuestro universo cercano y pueden ofrecer condiciones favorables para la aparición de la vida, sobre todo por la forma en que se formaron y evolucionaron. 

Se creía que este tipo de galaxias eran demasiado frágiles para sobrevivir en el universo primitivo, ya que entonces las colisiones entre galaxias eran mucho más frecuentes. Y se suponía que tales colisiones perturbarían la frágil estructura de estas galaxias.

En resumen, los astrónomos pensaban que las galaxias como nuestra Vía Láctea eran relativamente raras en la historia cósmica. Se creía que solo se habían formado cuando el universo era de mediana edad. “Antes pensábamos, sobre todo gracias a las observaciones del telescopio espacial Hubble, que las galaxias en forma de disco eran casi inexistentes en el universo hasta que este tuvo unos seis mil millones de años”, explica el investigador Christopher Conselice.

Observaciones del telescopio James Webb

Pero las nuevas observaciones realizadas con el potente telescopio James Webb cuentan ahora una historia diferente. Gracias a la impresionante agudeza de este telescopio espacial, los investigadores han conseguido revelar por primera vez la verdadera estructura de las galaxias que se formaron en los primeros años del universo. Las observaciones hechas con el Hubble habían dado la impresión de que estas galaxias tenían formas irregulares y peculiares. Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, Webb revela ahora que estas galaxias primitivas tienen una sorprendente cantidad de cosas en común con nuestra Vía Láctea.

Galaxias observadas por el telescopios Hubble y el James Webb
Observaciones de los telescopios espaciales Hubble y James Webb de las mismas galaxias. Esta comparación muestra de forma abrumadora que el telescopio James Webb observa rasgos y características que no son visibles con el Hubble. Imagen: L. Ferreira, C. Conselice

En resumen, las galaxias similares a la Vía Láctea también parecen ser frecuentes en el universo muy joven. De hecho, muchas se formaron hace más de 10 000 millones de años. Así pues, este nuevo descubrimiento arroja una luz totalmente nueva sobre la situación. De hecho, este tipo de galaxias de disco son hasta 10 veces más frecuentes en el universo muy joven de lo que pensaban los astrónomos, basándose en observaciones anteriores con el Hubble.

Comprensión de la evolución cósmica

El descubrimiento de que las galaxias similares a la Vía Láctea son mucho más numerosas en el universo temprano de lo que se creía tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la evolución cósmica. “Los nuevos hallazgos amplían el marco temporal en el que se formaron las galaxias similares a nuestra Vía Láctea, retrotrayéndolo casi al principio mismo del universo”, señala Conselice. “Esto significa que estas galaxias empezaron a evolucionar mucho antes en la historia del universo de lo que se pensaba”.

La investigación cambia, por tanto, las opiniones predominantes sobre la evolución de nuestro universo. Los científicos sostienen que ahora debemos considerar nuevas ideas y conceptos, ya que el descubrimiento pone patas arriba nuestros conocimientos e hipótesis existentes. 

“Los resultados del James Webb revelan que las galaxias en forma de disco como la Vía Láctea son, con diferencia, el tipo de galaxia más común en todo el universo”, afirma Conselice. “Esto sugiere que la mayoría de las estrellas se localizan y se forman dentro de estas galaxias específicas, lo que representa un cambio profundo en nuestra comprensión de cómo se forman las galaxias. Además, estos hallazgos plantean importantes cuestiones sobre el misterio de la materia oscura en el universo primitivo, de la que aún entendemos muy poco”.

Los nuevos hallazgos obligan a los astrónomos a revisar sus modelos y teorías sobre la formación de las primeras galaxias, así como sobre la evolución de las galaxias en los últimos 10 000 millones de años. El descubrimiento ha cambiado el paradigma de nuestra comprensión del cosmos y dará lugar a investigaciones más profundas y nuevos conocimientos en los próximos años.

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