La sal podría ser la solución fácil para el reciclaje de plástico

Una solución innovadora para el reciclaje de plástico: ¿puede la sal de mesa revolucionar la industria del reciclaje de plásticos y reducir costos significativamente?

Reciclar plástico sigue siendo una ardua tarea. En todo el mundo solo se recicla menos del 10 % del plástico. Por eso siempre son bienvenidos los métodos nuevos e ingeniosos. Investigadores estadounidenses han dado con una solución sorprendentemente sencilla: la sal de mesa.

El cloruro sódico, como se denomina oficialmente, funcionaría mucho mejor que las sustancias más caras que se utilizan actualmente para reciclar el plástico. Y eso es una gran noticia. Uno de los problemas del reciclado actual del plástico es que cuesta más de lo que produce. Un agente como la sal de mesa podría hacer que el reciclado por pirólisis (un método que ahora está en auge) mereciera mucho más la pena.

Pirólisis: Cobre y sal

La pirólisis es un método químico de reciclado en el que una sustancia se calienta extremadamente a 500 grados sin añadir oxígeno. En este caso, la sal es el conductor del calor. El plástico se descompone en componentes más simples que contienen carbono, que adoptan tres formas: gas, aceite líquido y cera sólida. La cera, en particular, es un componente indeseable, ya que a veces constituye más de la mitad del producto residual. Los catalizadores pueden ayudar, pero suelen ser tóxicos y caros. Los catalizadores son sustancias capaces de acelerar una determinada reacción química sin consumirse ellas mismas.

El platino, por ejemplo, tiene propiedades muy atractivas como catalizador. Por eso se utiliza en los coches, entre otras cosas, para reducir las emisiones nocivas. Pero también es muy caro. Razón por la que a los ladrones les gusta robar los catalizadores de los coches.

En un estudio anterior, investigadores de la Universidad de Michigan ya demostraron que el óxido de cobre y la sal de mesa funcionaban bien juntos como catalizadores para descomponer el plástico poliestireno. Ahora han demostrado que solo la sal de mesa puede destruir toda la cera que es el subproducto de la pirólisis de las poliolefinas, una forma de polímeros que representan el 60 % de todos los residuos plásticos. “El primer artículo fue importante, pero no me entusiasmó tanto hasta que empezamos a trabajar con poliolefinas”, explica Muhammad Rabnawaz, investigador principal. “Las poliolefinas son enormes y obtuvimos mejores resultados con sal de mesa que con catalizadores caros”.

El producto residual al utilizar sal de mesa consistía principalmente en aceite líquido, que contenía hidrocarburos similares a los del gasóleo. Y otra ventaja de la sal como catalizador: puede reutilizarse. “Basta con recuperar la sal lavando el aceite con agua”, dice Rabnawaz.

Bolsas que no se reciclan: más beneficios

Además, parece que la sal de mesa también ayuda a pirolizar la película de plástico que se emplea mucho en los envases de alimentos, como las bolsas de patatas fritas. Actualmente, no se recicla en absoluto.

Aunque la sal de mesa pura no funcionó mejor que un catalizador de platino, los resultados fueron similares y, además, la sal de mesa es muchas veces más barata. Pero la película sigue siendo problemática, según Rabnawaz, que preferiría que desapareciera por completo. Por eso su equipo trabaja en materiales que puedan sustituir completamente este plástico metalizado por otros más sostenibles.

Además, los investigadores quieren mejorar el reciclado de plástico con sal de mesa. Por ejemplo, todavía están buscando una solución para el producto residual gaseoso. Los científicos también quieren seguir mejorando el proceso para que las sustancias químicas del subproducto líquido tengan aplicaciones más valiosas que el combustible.

Pero incluso ahora, el método que usa sal de mesa funciona extremadamente bien. Un cálculo inicial del equipo muestra que un reactor de pirólisis comercial podría triplicar sus beneficios con solo añadir una pizca de sal de mesa.

Por ello, los investigadores se sorprendieron enormemente de que la sal de mesa funcionara tan bien. “Es muy emocionante”, afirma Rabnawaz. “Hemos encontrado una solución sencilla y de bajo coste para abordar un gran problema como el reciclaje de plásticos”.

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