Este cañón de barco descubierto por casualidad es el más antiguo de Europa

Descubrimiento casual: El cañón de barco más antiguo de Europa, revela limitaciones en la fundición medieval y arrojando luz sobre la tecnología del siglo XIV en una zona de navegación histórica.

Para los investigadores es obvio que la persona que fundió el cañón no tenía los conocimientos necesarios para hacerlo. De hecho, el cañón se habría agrietado si se hubiera utilizado de forma intensiva durante un largo periodo de tiempo.

Un submarinista aficionado buceaba desprevenido a 20 metros de profundidad frente a la costa de la localidad sueca de Marstrand, cuando su vista se posó de repente en algo llamativo. Allí, en el fondo del mar, encontró un viejo cañón de barco. Un equipo internacional de investigación ha estudiado el cañón más a fondo. Y su análisis demuestra que este cañón podría ser el más antiguo de Europa.

Cañón de barco: El más antiguo de Europa

Se cree que el cañón procede de un naufragio, que aún debe de estar oculto en algún lugar del fondo marino. Se trata de un pequeño cañón de carga manual fabricado con una aleación de cobre fundido. Los investigadores sospechan que el cañón estaba destinado específicamente a ser utilizado en un barco y no fue transportado como carga. Basan esta conclusión en el hecho de que en el momento del hallazgo aún quedaban restos de una carga de pólvora en la cámara de pólvora del cañón. Esto significa que estaba cargada y lista para su uso en el momento en que cayó al fondo del mar.

Los restos conservados de la carga también permitieron determinar la antigüedad del cañón. “Esto permitió determinar la antigüedad del hallazgo mediante datación por radiocarbono”, explica Staffan von Arbin, arqueólogo marítimo de la Universidad de Gotemburgo. “Los resultados del estudio muestran que el cañón de Marstrand data probablemente del siglo XIV, lo que lo convierte en una de las piezas de artillería más antiguas halladas en Europa”.

El cañón arroja luz sobre los limitados conocimientos de la época sobre las propiedades de los metales. Por ejemplo, el análisis químico muestra que el cañón estaba hecho de una aleación de cobre. Esto significa que el componente principal era el cobre, pero también se añadieron a la mezcla otros metales, como plomo (14 %) y cantidades muy pequeñas de estaño. Según el equipo, esta aleación dista mucho de ser óptima. Por lo tanto, es probable que el arma se hubiera agrietado y quedado inservible si se hubiera utilizado de forma intensiva durante largos periodos. “Está claro que la persona que fundió el cañón no tenía los conocimientos y la comprensión necesarios de las propiedades de las distintas aleaciones de cobre”, afirma Arbin. “Esto demuestra que en aquella época la gente no dominaba del todo el noble arte de la fundición de cañones y la producción se basaba en gran medida en el ensayo y el error”.

El análisis indica además que el mineral de cobre utilizado para fabricar el cañón procedía de lo que hoy es Eslovaquia, mientras que el plomo probablemente procedía de Inglaterra o de la región fronteriza entre Polonia y la República Checa.

Los hallazgos de la investigación interdisciplinar contribuyen a nuevos conocimientos sobre el desarrollo temprano de la artillería en tierra y mar, pero también dan testimonio de un periodo turbulento para los marineros y las poblaciones costeras. En el siglo XIV, la ciudad de Marstrand, famosa por su avanzado puerto, era un importante centro de navegación comercial entre Europa Occidental y el Báltico. Pero el mar era también campo de batalla de guerras y conflictos, y las poblaciones costeras se veían a menudo gravemente afectadas. Además, siempre existía el riesgo de ataques de piratas. Las nuevas armas de fuego desarrolladas en aquella época ofrecían grandes ventajas tácticas en las batallas navales. Pero no solo los buques de guerra iban armados, durante la Baja Edad Media los barcos mercantes también se equiparon cada vez más con cañones para defenderse de los piratas y otros navíos hostiles.

Antes de lo que se pensaba

El descubrimiento del cañón de Marstrand aporta nuevos datos sobre el desarrollo de esta tecnología militar. En efecto, hasta hace poco se pensaba que los cañones en forma de embudo, como el de Marstrand, solo se fabricaban en los siglos XV o XVI. Pero el descubrimiento de este cañón demuestra que este modelo concreto ya se utilizaba en el siglo XIV. Los restos conservados de la carga en el polvorín también demuestran que el uso de una cartulina, un tipo de embalaje textil para la carga de pólvora, se empezó a utilizar mucho antes de lo que se sabía.

¿Qué es una cartulina?

Una cartulina es un embalaje cilíndrico o cónico fabricado con materiales como papel, pergamino o textil. Suelen utilizarse para contener material explosivo, como la pólvora. En el contexto de los cañones de los barcos, una cartuchera se utilizaba probablemente para almacenar pólvora antes de cargarla en el cañón. Era una forma cómoda y segura de almacenar y transportar cargas de pólvora.

Los investigadores prosiguen sus estudios. También esperan localizar y documentar el pecio asociado. “Ahora, por supuesto, también queremos intentar encontrar el barco al que perteneció el cañón”, dice Arbin. “Aunque probablemente el barco estaba muy descompuesto, deberíamos poder encontrar restos dispersos del naufragio si peinamos a fondo el lugar y la zona circundante”.

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