El yoga hace maravillas con los enfermos de corazón: más sanos y felices

El yoga, aliado inesperado en la mejora de la salud y calidad de vida de pacientes con insuficiencia cardíaca: resultados sorprendentes en estudio de Manipal.

Que el yoga ayuda a relajarse es de sobra conocido, y que además pone de buen humor, pero que también sea bueno para la salud de los pacientes cardíacos es bastante sorprendente. Eso es exactamente lo que demuestra un nuevo estudio.

En primer lugar, unas palabras sobre la insuficiencia cardíaca crónica: cuando falla la función de bombeo del corazón, el organismo no recibe suficiente sangre rica en oxígeno. Los productos de degradación tampoco pueden drenarse correctamente. 

Las personas con insuficiencia cardiaca crónica tienen un músculo cardiaco demasiado débil o rígido para bombear con vigor. Como consecuencia, están cansadas, acalambradas y retienen líquidos. Esto tiene un gran impacto en su calidad de vida.

Insuficiencia cardíaca y calidad de vida

Afortunadamente, ellos mismos pueden hacer algo al respecto. De hecho, estudios anteriores ya han demostrado que el yoga y un estilo de vida adaptado pueden mejorar la función cardiaca y la calidad de vida de las personas con insuficiencia cardiaca. Así que un grupo de científicos de Manipal (India) examinó más de cerca los efectos a largo plazo de la terapia de yoga cuando se ofrece junto con el plan de tratamiento médico habitual. Y sus resultados son extraordinarios.

Para describir la gravedad de la insuficiencia cardíaca, se suele utilizar la clasificación de la New York Heart Association (NYHA). En ella, los pacientes se dividen en cuatro clases: la clase I significa que no hay síntomas clínicos evidentes, pero sí una reducción medible de la función ventricular izquierda. La clase IV es la más grave, con síntomas de fatiga y dificultad respiratoria, incluso en reposo. Los cardiólogos también miden la fracción de eyección (FE), es decir, la cantidad de líquido que expulsa el ventrículo izquierdo en cada contracción, para determinar la capacidad del corazón para bombear sangre.

Yoga después de la cirugía cardíaca

En el estudio participaron 75 pacientes con insuficiencia cardíaca. Todos ellos se habían sometido a un bypass cardíaco o a una intervención quirúrgica similar en los 12 meses anteriores al estudio, y estaban clasificados en la clase III o inferior de la NYHA. Para participar en el ensayo, los pacientes debían tener entre 30 y 70 años y una fracción de eyección del ventrículo izquierdo inferior al 45 %.

El grupo de intervención estaba formado por 35 personas, mientras que otros 40 pacientes cardiacos fueron colocados aleatoriamente en el grupo de control. El grupo de intervención recibió yoga además de la terapia clínica habitual, mientras que el grupo de control solo siguió el tratamiento estándar. En distintos momentos, se comprobó la función cardiaca de todos los sujetos mediante un electrocardiograma (ECG), un registro de la actividad eléctrica del músculo cardiaco.

Asana y pranayama: Mejora de la salud

El grupo de yoga recibió una sesión de aproximadamente una hora cada semana, durante la cual un terapeuta de yoga experimentado explicaba técnicas de respiración, meditación y relajación. Se indicó a los participantes que realizaran estos ejercicios en casa al menos cinco veces por semana durante un año.

“Las técnicas de yoga se basan en una combinación de cuerpo y mente. Consisten en ejercicios físicos (asana) con técnicas de respiración (pranayama), relajación y meditación. Todo ello puede mejorar el bienestar físico y mental”, afirma el investigador principal, Ajit Singh, de Manipal. “La presión arterial sistólica y la frecuencia cardiaca de nuestros pacientes, que hicieron yoga, mejoraron notablemente, en comparación con los que recibieron solo medicación”.

Los investigadores también analizaron si mejoraba la calidad de vida de los pacientes mediante el cuestionario de calidad de vida de la OMS, que consta de 26 preguntas y destaca cuatro aspectos: salud física, psicológica, social y ambiental. Los participantes rellenaron el cuestionario al inicio del experimento, a las 24 semanas y a las 48 semanas.

Los científicos concluyen que los participantes en el yoga mostraron mejoras en la resistencia, la fuerza, el equilibrio, la calidad de vida y la gravedad de las dolencias. Tanto la salud física como la psicológica mejoraron.

Un corazón más sano gracias al yoga

No hubo grandes diferencias entre los dos grupos de antemano en cuanto a los resultados del ECG, pero después de seis y 12 meses, la función cardiaca sistólica del grupo de yoga era claramente mejor que en el grupo de control. La clasificación de la NYHA también mejoró significativamente en los practicantes de yoga.

“Este estudio demuestra que añadir la terapia del yoga al tratamiento estándar de los pacientes con insuficiencia cardíaca produce una mejora de la función ventricular izquierda y de la calidad de vida”, explica Singh. “Por lo tanto, podemos afirmar con certeza que la terapia de yoga potencia el bienestar tanto físico como mental de las personas que padecen insuficiencia cardíaca”.

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