Un ejercicio breve pero intenso ya reduce el riesgo de cáncer, según una investigación

El ejercicio breve pero intenso en la vida cotidiana reduce hasta en un tercio el riesgo de cáncer, según estudio australiano con 22 000 personas de mediana edad

Hace tiempo que se sabe que el ejercicio reduce el riesgo de todo tipo de cánceres, pero una buena noticia: para ello no hace falta sudar en el gimnasio. Solo 4,5 minutos de ejercicio intenso pueden reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer hasta en un tercio.

Investigadores australianos utilizaron datos de 22 000 personas con una edad media de 62 años que hacían poco o ningún ejercicio. Llevaban un dispositivo de seguimiento de la actividad para medir su ejercicio diario. A continuación, los investigadores dejaron constancia de sus historiales médicos hasta siete años después de la medición para ver cuántas personas desarrollaban cáncer.

La hora del VILPA: 4,5 minutos son suficientes

Los resultados fueron sorprendentes: solo 4 o 5 minutos de ejercicio intenso se relacionaron con un riesgo de cáncer sustancialmente menor, en comparación con quienes no hacían nada de ejercicio. Estamos hablando de una actividad física intensa y de corta duración que se produce normalmente en la vida cotidiana. Piense en correr hacia el autobús, cargar con pesadas bolsas de la compra o jugar al aire libre con los niños. En inglés, se denomina Vigorous Intermittent Lifestyle Physical Activity, abreviado VILPA.

“VILPA es algo así como aplicar los principios del entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) a la vida cotidiana”, explica el investigador principal, el profesor Emmanuel Stamatakis, de la Universidad de Sídney. Según él, las personas que no hacen ejercicio tienen más riesgo de padecer cáncer de mama y de colon, entre otros, pero hasta ahora no estaba claro cuál era el impacto de formas menos estructuradas de actividad física intensa.

“Sabemos que la mayoría de las personas de mediana edad no hacen ejercicio con regularidad, lo que aumenta su riesgo de cáncer, pero ahora hemos podido utilizar rastreadores de actividad para observar el impacto de las breves ráfagas de actividad física como parte de la vida cotidiana”, explica Stamatakis.

“Sorprendentemente, el aumento de la intensidad de las actividades diarias durante solo 4 o 5 minutos al día, realizadas en breves ráfagas de 1 minuto, se ha relacionado con una reducción del riesgo de cáncer de entre el 18 % y el 32 % para los cánceres relacionados con la actividad física”.

Cuanto más ejercicio, mejor: peso saludable

Los que se movían intensamente durante 3,5 minutos al día tenían un 18 % menos de probabilidades de desarrollar cáncer en general. En el caso de los cánceres relacionados con el ejercicio físico, el porcentaje aumentó hasta el 32 % para quienes realizaban 4,5 minutos de ejercicio intenso al día. Los mayores beneficios se obtienen entre la ausencia total de ejercicio y unos pocos minutos diarios, pero los que hacen más ejercicio ven disminuir aún más su riesgo de cáncer.

Por cierto, el estudio solo demuestra que existe una relación; no es necesariamente causal. Pero los investigadores subrayan que se trata de un vínculo muy fuerte, y se remiten a estudios anteriores que demostraron que esta breve actividad intensiva conduce a una rápida mejora de la forma física, lo que constituye una posible explicación biológica de la disminución del riesgo de cáncer. Otras explicaciones son que la actividad física mejora la sensibilidad a la insulina y disminuye los niveles de inflamación crónica.

“Tenemos que investigar más a fondo esta relación con estudios más sólidos, pero parece que el VILPA es una forma prometedora y de bajo coste de reducir el riesgo de cáncer en personas a las que les resulta difícil mantener un ejercicio estructurado”, afirma Stamatakis.

La profesora Karen Canfell, directora del Daffodil Centre, una asociación entre el Cancer Council NSW y la Universidad de Sydney, también afirma que el ejercicio regular es una forma importante de prevenir el cáncer, por sus beneficios fisiológicos directos, pero también indirectamente porque ayuda a mantener un peso saludable.

Trece tipos de cáncer

“Es probable que más de 1800 diagnósticos de cáncer en Australia este año sean consecuencia directa de la falta de actividad física, mientras que muchos más casos están relacionados indirectamente con la falta de ejercicio por su relación con la obesidad, que también es un factor de riesgo de cáncer”, afirma Canfell, que no participó en el estudio. “Este nuevo estudio demuestra que cuanto más ejercicio se realiza a mayor intensidad como parte de la vida cotidiana, menor es el riesgo de cáncer. Esto es especialmente cierto en el caso de las 13 especies asociadas a la inactividad física”, concluye la profesora.

Y, por supuesto, es un pequeño esfuerzo hacer ejercicio intenso durante 4,5 minutos al día. Suena mucho mejor que dar vueltas en el gimnasio durante una hora.

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