Hallazgo sorprendente: el tiburón peregrino no es de sangre fría

Desafiando la convención: el tiburón peregrino revela un sorprendente secreto de regulación de temperatura que puede reconfigurar la comprensión de la ecología marina y las medidas de conservación.

Aproximadamente el 99,9 % de los peces y tiburones son de sangre fría. Pero ahora los científicos han descubierto que las regiones centrales del cuerpo del tiburón peregrino (notablemente el segundo pez (aún vivo) más grande de la Tierra) son más cálidas que el agua circundante.

Por tanto, contrariamente a lo que la literatura científica lleva años diciendo, el tiburón peregrino no puede considerarse un animal de sangre fría. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores de la revista Endangered Species Research.

El estudio: medición de la temperatura

Los investigadores basan su conclusión en un estudio en dos partes. En primer lugar, estudiaron los restos de tiburones peregrinos que habían aparecido muertos en las costas inglesas e irlandesas. Al hacerlo, descubrieron que existen sorprendentes similitudes entre la anatomía de los tiburones peregrinos y la de las pocas especies de tiburones y peces que no son de sangre fría (como los conocidos tiburones blancos y los atunes). 

Por ejemplo, los investigadores descubrieron que los tiburones peregrinos tienen un corazón fuerte y musculoso que probablemente les permite tener una presión arterial alta y un fuerte flujo sanguíneo. Esto los distingue claramente de la mayoría de las demás especies de peces (de sangre fría) que tienen corazones relativamente más blandos y menos musculosos.

Era un primer indicio de que los tiburones peregrinos tampoco pueden considerarse especies de sangre fría. Pero los investigadores descubrieron una prueba decisiva cuando midieron la temperatura de los tiburones peregrinos que nadaban libremente. Para ello, utilizaron un sensor especialmente desarrollado que medía la temperatura del tejido muscular directamente bajo la piel de los tiburones durante un máximo de 12 horas y luego lo soltaba automáticamente, tras lo cual los investigadores recogían el sensor y analizaban los datos recogidos. Esos datos revelaron que la temperatura de los músculos de los tiburones peregrinos era sistemáticamente superior a la del agua circundante.

Endotermia regional

La diferencia entre la temperatura del agua de mar y la de los músculos era aproximadamente la misma que en el tiburón blanco. Esto demuestra que el tiburón peregrino, al igual que su primo lejano, el tiburón blanco, no es de sangre fría. En su lugar, es “regionalmente endotérmico”, según los investigadores. Esto significa que los tiburones peregrinos pueden regular la temperatura en determinadas partes de su cuerpo.

El hallazgo es una sorpresa

Que el tiburón peregrino sea regionalmente endotérmico es una sorpresa. “Hasta ahora pensábamos que la endotermia regional solo se daba en los depredadores de la parte superior de la cadena alimentaria”, explica el investigador Nicholas Payne. Se suponía que esta “sangre caliente regional” era necesaria para el estilo de vida altamente activo y depredador de estos peces y tiburones. Pero ahora los investigadores encuentran la misma característica en un tiburón peregrino. 

Y aunque también es particularmente impresionante, con sus 9,8 metros de longitud, no es un gran depredador como el tiburón blanco; de hecho, el tiburón peregrino suele ser un inofensivo comedor de plancton. “Ahora que hemos encontrado una especie que se alimenta de plancton de pequeño tamaño y que, además, presenta las inusuales características de un endotermo regional, es posible que tengamos que revisar nuestras suposiciones sobre los beneficios de tales innovaciones fisiológicas”, afirma Payne. “Es un poco como descubrir de repente que las vacas tienen alas”.

“El tiburón peregrino es un brillante ejemplo de lo poco que sabemos sobre las especies de tiburones en general”, añade la investigadora Haley Dolton. “Que aún quede mucho por descubrir sobre el segundo pez más grande del mundo (un organismo tan grande y carismático que la mayoría de la gente lo reconocería) no hace, sino demostrar los retos a los que se enfrentan los científicos cuando intentan reunir toda la información posible sobre una especie para aplicar medidas de conservación eficaces”.

Por desgracia, el tiburón peregrino también necesita desesperadamente esas medidas; en muchas zonas su número ha disminuido en el último siglo y la especie está ahora catalogada como “en peligro de extinción”. Esto hace que el descubrimiento de que el tiburón peregrino no es de sangre fría sea aún más valioso. 

“De hecho, podría ayudarnos a comprender mejor los retos a los que se enfrenta la especie y cómo podemos ayudarle a superarlos”, explica Dolton. “Se supone que los endotermos regionales consumen más energía y también pueden responder al calentamiento de los océanos de forma diferente a otras especies de peces. Así que queda mucho trabajo por hacer para entender cómo afectan estos nuevos conocimientos a nuestras suposiciones sobre su metabolismo y los posibles cambios en su distribución durante esta crisis climática”.

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