Ya estamos viviendo una nueva era geológica, el antropoceno, según investigadores

El ser humano ha cambiado la Tierra para siempre, y por eso los científicos afirman que el “Antropoceno” es un hecho (pero no todos están convencidos)

Porque, ¿existe realmente el Antropoceno, la era que subraya la influencia dominante del ser humano y cuya existencia los investigadores quieren demostrar basándose en un lago de Canadá?

La Tierra ha vivido muchas eras desde su creación. Pensemos en los periodos Triásico, Jurásico y Cretácico, cuando los dinosaurios vagaban por la Tierra. Y los neandertales vivieron durante el Pleistoceno. 

Actualmente, nos encontramos oficialmente en el Holoceno, una era que ha durado unos 11 700 años. Sin embargo, un grupo de geólogos no podría estar más de acuerdo. Porque, según ellos, nos encontramos en el llamado Antropoceno: la era en la que la Tierra ha sido cambiada drásticamente por los humanos desde la década de 1950.

El antropoceno

Los investigadores sostienen que se debería declarar una nueva era geológica, el Antropoceno, debido a los cambios inducidos por el hombre en la atmósfera, la litosfera, la biosfera, la criosfera y los océanos. Según argumentan, estos cambios han ocurrido durante décadas, lo que indica que el Holoceno ha pasado. Desde 2009, un grupo de trabajo ha estado recopilando pruebas que respaldan esta afirmación y que podrían utilizarse para definir el momento en que los seres humanos comenzaron a alterar irreversiblemente la geología de la Tierra. Según la definición, el inicio de una nueva era debe ser visible en las capas de roca en todo el mundo y seguir siendo detectable en el futuro.

Al final, la búsqueda condujo a 12 lugares prometedores que resultaron ser los más adecuados para reforzar el inicio del Antropoceno. Sin embargo, es habitual designar un lugar como sitio de referencia formal. Tras varias rondas de votaciones, los investigadores han decidido. Y el ganador es… Crawford Lake, un lago de Canadá.

Lago Crawford: nueva era geológica

Según el equipo, el lago Crawford demuestra como ningún otro que el Antropoceno ha llegado realmente. Así, este lago demuestra que la humanidad ha cambiado drásticamente y para siempre la Tierra. Piensa en los rastros de contaminación, combustibles fósiles y plutonio (indicativo de las pruebas con armas nucleares a mediados del siglo pasado). “Vemos que el sistema terrestre está cambiando”, afirma Jürgen Renn, director del Instituto Max Planck de Geoantropología. “Y estos cambios no pueden entenderse sin tener en cuenta la intervención humana. Podemos ver realmente que la humanidad ha creado un nuevo globo”.

En resumen, según los investigadores, hay pruebas globales de un cambio masivo desde 1950. Y este punto de inflexión en el sistema terrestre es tan convincente que debería etiquetarse como una nueva era. “Al igual que los depósitos de petróleo y carbón marcaron el periodo Carbonífero hace unos 300 millones de años, la presencia de polímeros plásticos y productos químicos eternos, junto con los radionucleidos artificiales, deja huellas indelebles de la actividad humana en nuestro planeta”, responde el profesor Crispin Halsall, catedrático de química orgánica ambiental de la Universidad de Lancaster

El científico Jan Zalasiewicz, afiliado a la Universidad de Leicester, también coincide. “En la última década, se han reunido muchas pruebas”, afirma. “Y se ha demostrado sin lugar a dudas que el Antropoceno es real. La enorme influencia humana ha sacado a la Tierra de su estado estable del Holoceno y la ha llevado a un estado más caluroso, más contaminado y más degradado biológicamente, que sigue evolucionando con rapidez. Ya se han formado distintas capas terrestres que reflejan estos cambios. Y muchos de estos cambios planetarios son, de hecho, irreversibles”.

No todos están convencidos

Sobre esta base, se propone añadir el Antropoceno a la escala del tiempo geológico. Pero no hay garantías de que esto vaya a llevarse a la práctica. De hecho, no todos los científicos están igualmente convencidos. Antes, los científicos confundían el Antropoceno con la Revolución Industrial. Otros toman como año de partida la erupción del volcán Tambora en 1815 y su desastre climático. Y hay otros por el estilo. “Los humanos influyeron y cambiaron fundamentalmente el sistema terrestre (tierra, océano y atmósfera) mucho antes de la década de 1950”, cree el investigador Alexander Farnsworth, afiliado a la Universidad de Bristol. “Esto ocurrió incluso cuando los entornos naturales tuvieron que dejar paso a la agricultura a gran escala”.

Plutonio: la era humana

Además, Farnsworth se pregunta si el plutonio descubierto se conservará a lo largo de escalas temporales de millones de años. “Se plantea la cuestión de si un geólogo que observe un núcleo sedimentario dentro de diez millones de años verá este ‘pico’ de plutonio”, afirma. “No lo creo. El plutonio no es un elemento estable y tiene una vida media (el tiempo en que el número de núcleos radiactivos se reduce a la mitad) de entre 87 y 24 065 años. En el proceso, el plutonio se convierte en uranio, que a su vez tiene una semivida de entre 24 y 700 millones de años, y finalmente decae en plomo. Actualmente, no se sabe con certeza qué aspecto tiene globalmente una capa terrestre de este tipo en una escala temporal de un millón de años”.

El investigador no solo cuestiona la existencia del Antropoceno, sino que incluso afirma que puede que ni siquiera necesitemos una nueva era que defina la “era humana”. 

“No somos más que una ondulación en el río”, argumenta. “¿Cuál es el propósito de declarar la época del Antropoceno? ¿Definir nuestra existencia o mostrar cómo hemos afectado al sistema natural, o ambas cosas? Si dentro de cien millones de años evolucionara otra civilización avanzada, ¿podrían decir que ese pico se debe a una civilización avanzada anterior o se limitarían a interpretarlo como una interesante variación natural, sin ninguna otra prueba de nuestra existencia?”.

El debate sobre el Antropoceno lleva abierto más de una década. Y probablemente el debate continúe también durante algún tiempo. Refleja, por tanto, la complejidad de definir un nuevo periodo geológico. Sin embargo, no queda mucho tiempo para reflexionar sobre ello. Porque en el Congreso Geológico Internacional de Busan (Corea del Sur), que se celebrará el año que viene, habrá una votación final sobre la cuestión. En cualquier caso, entonces se cortará el nudo.

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