Científicos revelan al depredador definitivo (y resulta que tú eres uno de ellos)

Científicos revelan cómo los humanos se han convertido en el depredador definitivo, amenazando a un tercio de las especies de vertebrados en la Tierra, explorando una amplia gama de presas y con diversos propósitos, poniendo en peligro miles de especies y desequilibrando ecosistemas, pero hay esperanza en aprender de nuestro pasado y tomar medidas para minimizar el impacto en las especies y sus hábitats.

Tiburones, leones y osos: son depredadores formidables. Pero todos ellos se enfrentan al depredador definitivo que parece tener en su punto de mira a la friolera de un tercio de todas las especies de vertebrados de la Tierra.

Esta es la conclusión a la que han llegado unos investigadores en la revista Nature Communications. En el artículo de investigación presentan al depredador definitivo: los humanos.

La investigación, una amplia gama de especies

Para su estudio, los investigadores utilizaron un conjunto de datos recopilados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN). Este conjunto de datos contenía información sobre unas 47 000 especies de vertebrados y revelaba, entre otras cosas, su estado de conservación y hasta qué punto estas especies eran utilizadas por los humanos. El análisis de los datos reveló que hasta un tercio de las aproximadamente 47 000 especies (desde mamíferos a peces, pasando por reptiles y anfibios) son explotadas por el hombre.

Con ello, los humanos tienen hasta 300 veces más tipos de presas que depredadores más o menos comparables en las mismas zonas geográficas, escriben los investigadores. Ilustran ese comportamiento despreocupado con algunos ejemplos. Por ejemplo, citan al jaguar, que solo caza nueve especies de presas, mientras que los humanos cazan hasta 2700 especies en la misma zona geográfica. Otro ejemplo: la lechuza común. Esta ave tampoco es necesariamente exigente y caza hasta 462 especies diferentes. Pero eso no es nada comparado con las 11 400 especies de presas diferentes que cazan los humanos en el mismo hábitat que la lechuza común.

Según los investigadores, los humanos no solo cazan muchos más tipos de presas, sino que lo hacen por diversos motivos. Mientras que depredadores tan conocidos como los leones y los tiburones cazan para alimentarse, los humanos utilizan sus presas con fines muy diversos. A veces, la presa acaba en el plato, pero mucho más a menudo la gente caza para capturar un animal y convertirlo en mascota. Para sorpresa de los investigadores, por cada animal que se caza para comérselo, hay dos que se cazan para capturarlos y domesticarlos. Además, la gente también caza a sus presas para convertirlas en prendas de vestir o trofeos de pared.

Impacto, ecosistema

Los investigadores escriben que, cuando examinamos el estado de conservación de los animales que la gente considera sus presas, vemos que nuestro comportamiento tiene un enorme impacto. Porque de las 15 000 especies, digamos, que podemos contar entre nuestras presas, unas 6000 especies están amenazadas de extinción.

“Los humanos se han convertido en el depredador definitivo del mundo”, argumenta el investigador Chris Darimont, afiliado a la Universidad de Victoria (Canadá). “Y hacen cosas que otros depredadores no hacen. Por ejemplo, matan y capturan presas por razones distintas a las de alimentarse. Y ponen en peligro a miles de especies de presas al mismo tiempo”. 

Cabe señalar que no son solo esas especies de presas las que están en peligro. Por ejemplo, los investigadores también señalan que muchas de esas especies presa desempeñan funciones cruciales dentro de su ecosistema. Por tanto, su desaparición también podría tener consecuencias importantes para otras especies dentro de ese ecosistema.

En definitiva, razones suficientes para quedarnos quietos y hacer todo lo posible por minimizar nuestro impacto sobre las especies de nuestras presas y los ecosistemas de los que forman parte. Pero, ¿cómo hacerlo exactamente? Las medidas de protección destinadas a conservar las especies (en peligro de extinción) son un gran paso en la buena dirección. Pero hay más opciones. Por ejemplo, los investigadores señalan que también podríamos fijarnos en cómo hacíamos las cosas en el pasado. Al fin y al cabo, llevamos miles de años cazando algunas especies (actualmente en peligro) sin causar grandes problemas hasta hace poco. Si nos fijamos en cómo lo hacíamos en el pasado, quizá podamos descubrir formas de reducir nuestro impacto sobre esas especies presa (y sus ecosistemas).

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