Los rayos son cada vez más frecuentes en los Alpes y es por al cambio climático

Cambio climático en los Alpes: Un estudio revela un preocupante incremento del doble en la frecuencia de tormentas eléctricas y rayos en las últimas décadas, planteando un peligro creciente para las zonas montañosas

De hecho, el número de rayos se ha duplicado en los últimos 40 años, poniendo en riesgo a los habitantes de la región y resaltando la urgencia de abordar el cambio climático.

Sabemos que la crisis climática está provocando fenómenos meteorológicos más extremos, como ha señalado en varias ocasiones el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Pensemos en tormentas violentas u olas de calor prolongadas. 

Pero, ¿cómo afecta el calentamiento global a los fenómenos meteorológicos a pequeña escala y más localizados, como las tormentas eléctricas?

Tormentas eléctricas en los Alpes

Las fuertes tormentas ocurren cada vez más a menudo en los Alpes, según demuestran los investigadores. En un nuevo estudio, estudiaron con qué frecuencia tronó en los Alpes entre 1980 y 2019. Y esto demuestra que los rayos son mucho más comunes en los Alpes hoy que antes. De hecho, el número de relámpagos a gran altitud se ha duplicado en los últimos 40 años.

Esto significa que las cosas han cambiado en las últimas décadas. “La temporada de tormentas eléctricas es mucho más intensa en las zonas de gran altitud de los Alpes orientales y comienza un mes antes”, explica el investigador Thorsten Simon, afiliado a la Universidad de Innsbruck. “Durante el día, el pico es hasta un 50 % más fuerte. Además, hay más rayos por la tarde y por la noche”. Los investigadores observaron condiciones similares (aunque ligeramente más débiles) a lo largo de los bordes sur y norte de los Alpes. “Solo las zonas llanas alrededor de los Alpes no muestran cambios evidentes”, dijo Simon.

Para el estudio, cuyos resultados se publican en la revista Climate Dynamics, los investigadores examinaron varios conjuntos de datos que contenían información sobre la actividad de los rayos en la última década. “Además, también estudiamos análisis de las condiciones atmosféricas horarias de las últimas cuatro décadas”, explica Simon. Utilizando datos meteorológicos y aprendizaje automático, pudieron entonces trazar un mapa de la frecuencia con la que se produjeron rayos entre 2010 y 2019. “Además, empleando este método, también pudimos averiguar con qué frecuencia tronó más atrás en el tiempo, cuando no se tomaron mediciones de rayos”, afirma Simon.

Debido al cambio climático

El clima de montaña puede ser muy traicionero. Debido a la gran altitud, en las zonas montañosas suelen producirse tormentas eléctricas. Pero ahora los hallazgos demuestran de forma concluyente que el número de tormentas eléctricas (y, por tanto, de rayos) también ha aumentado significativamente en las últimas décadas. “El hecho de que esta tendencia sea tan claramente coherente con los cambios globales en el sistema climático nos sorprendió”, señala Simon. El equipo de investigación apunta al cambio climático como culpable. “Nuestros análisis muestran que el aumento de las temperaturas debido al cambio climático está provocando que las tormentas eléctricas y los rayos sean más frecuentes en la actualidad”, concluye Simon.

El peligro de los rayos

Aunque los rayos pueden ser hermosos e impresionantes, también es importante recordar que estos tempestuosos fenómenos meteorológicos suponen un gran peligro e incluso se cobran muchas vidas cada año. En un caso extremo, un solo rayo llegó a matar a 21 personas que se habían acurrucado en una choza en Zimbabue para refugiarse.

En la ciudad egipcia de Derenkah, incluso 469 personas perdieron la vida cuando un rayo cayó sobre una serie de depósitos de petróleo, provocando la inundación de la ciudad por aceite ardiendo. Aunque las probabilidades de ser alcanzado por un rayo son bastante reducidas, no hay que subestimarlas. En Sudáfrica, por ejemplo, los rayos matan a más de 250 personas al año. A escala mundial, los rayos matan a unas 24 000 personas al año.

Con este estudio, los investigadores han hecho una importante contribución a una mejor comprensión de la relación entre el tiempo, el clima y los rayos. Y esto es muy importante, afirma Simon. “Esto nos permite idear mejores medidas preventivas para proteger a los seres humanos y al medio ambiente de los daños que pueden causar los rayos”, concluye.

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