El ritmo cardíaco influye en nuestras decisiones: Un estudio sorprendente

La conexión entre los latidos del corazón y nuestras decisiones: Cómo la sincronía cardiaca determina si seguimos nuestro propio camino o nos dejamos influir por los demás

A veces, sigues sistemáticamente tu propio camino y otras veces prestas oídos a otra persona. ¿A qué se debe esto? Posiblemente, tu ritmo cardíaco tenga algo que ver.

Investigadores de la Universidad de Londres estudiaron cómo las señales que envía nuestro corazón al cerebro afectan a la medida en que nos atenemos a nuestro propio criterio o decidimos seguir la opinión de los demás. El corazón y el cerebro están en constante comunicación. Y a cada latido, el cerebro recibe información sobre el estado del cuerpo, como el grado de calma o de excitación. Los investigadores utilizaron este hecho para averiguar si importa juzgar una opinión durante un latido o entre latidos: ¿es más probable dudar de la opinión propia y seguir la ajena?

La opinión de los demás

Para ello, idearon dos experimentos. Se mostraron a los participantes imágenes de caras en dos momentos distintos: cuando el corazón se contrae y envía señales al cerebro (la fase sistólica) o entre contracciones (la fase diastólica), cuando el corazón se relaja y envía una información mínima al cerebro. En ambos casos, los sujetos debían evaluar la fiabilidad de las caras.

A continuación, los investigadores analizaron en qué medida los participantes cambiaban de opinión tras la información recibida. En el primer experimento, se informó a los sujetos de lo que muchas otras personas en línea pensaban de esa cara. En el segundo experimento, mantuvieron una discusión con otro participante. Por último, los participantes tenían que indicar de nuevo lo fiable que les parecía una cara.

Y los resultados fueron sorprendentes: en ambos experimentos, era más probable que los participantes cambiaran de opinión si las caras se mostraban durante la contracción del corazón y no entre latidos. En otras palabras, los participantes se veían más influidos por las opiniones de los demás si se les mostraban las caras durante un latido del corazón, cuando el cerebro recibe así información sobre el estado del cuerpo. Y era más probable que se atuvieran a sus propias opiniones cuando veían las imágenes entre latidos.

La primera impresión

“Sabemos que nuestra primera impresión se basa en los primeros cientos de milisegundos en que vemos a alguien”, explica la psicóloga Mariana von Mohr, de la Universidad de Londres. “Nuestros hallazgos demuestran que esta primera impresión está o no influida por las opiniones de otras personas, dependiendo del momento en que veamos por primera vez una cara”. 

Así que supongamos que ves a alguien por primera vez en un latido, serás más susceptible a lo que otra persona piense de esa persona que sí conoces a alguien entre latidos.

Es una diferencia tan insignificante que cuesta imaginar que tenga importancia, y, sin embargo, parece ser así. Este estudio nos ayuda a comprender mejor cómo la influencia de los demás en nuestra toma de decisiones puede depender de las señales que nuestro corazón envía al cerebro. Esto podría tener importantes implicaciones en todo tipo de decisiones de nuestra vida cotidiana, desde qué película queremos ver hasta a quién votaremos en las próximas elecciones.

Amor a primera vista

“Aunque normalmente pensamos en las cosas durante más de un latido, nuestra investigación demuestra que el momento exacto en que pensamos por primera vez en algo puede tener consecuencias de gran alcance sobre la forma en que el cerebro procesa la información”, añade el profesor de psicología Manos Tsakiris. “Estos hallazgos revelan cómo las señales de nuestro cuerpo, en este caso el corazón, dan forma a nuestros sentimientos viscerales e influyen en nuestra toma de decisiones, especialmente en entornos sociales”.

El impacto puede llegar lejos. Piensa en el amor a primera vista: ¿te habrías enamorado de tu pareja si esa primera impresión hubiera tenido lugar exactamente en un latido? ¿O su novio o novia le habría quitado entonces de la cabeza su gran amor?

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