Los ratones viven más con menos oxígeno: ¿solución también para los humanos?

Descubrimiento científico: Los ratones viven hasta un 50 % más con menos oxígeno. ¿Podría la restricción de oxígeno ser una solución para aumentar la longevidad en los seres humanos?

Todos queremos vivir con buena salud el mayor tiempo posible, así que los científicos buscan formas de conseguirlo. La última idea: la restricción de oxígeno. En ratones, al menos, es eficaz.

Investigadores de Harvard expusieron a ratones a un aire que no contenía el 21 % de oxígeno, sino solo un 11 %. Es comparable a la escasez de aire del campamento base del Everest, a 5364 metros de altitud. Los ratones sobrevivieron mucho más tiempo. 

Este efecto se ha visto por primera vez en estos mamíferos. Naturalmente, plantea la cuestión de si la restricción de oxígeno también puede prevenir el envejecimiento en los seres humanos.

Enormemente curioso

Pero antes, Robert Rogers, investigador de Harvard, explica qué motivó el estudio actual. “No teníamos ni idea de antemano de cuál sería el efecto de la restricción de oxígeno en ratones, pero esperábamos demostrar que prolongaría la vida”. No es una idea descabellada: investigaciones anteriores ya habían demostrado que el suministro insuficiente de oxígeno, también conocido como hipoxia, puede hacer que aumente la esperanza de vida de las células. “Esto se ha demostrado en células de levadura y en invertebrados, entre otros. Por eso teníamos una gran curiosidad por ver los resultados de nuestro estudio sobre la hipoxia en vertebrados”, explica el estadounidense.

Vivir a gran altitud: Himalaya

Y los resultados fueron prometedores. Se descubrió que los ratones vivían hasta un 50 % más cuando había un 10 % menos de oxígeno en el aire. Sin embargo, aún está por ver si ocurre lo mismo con los humanos. “Que yo sepa, nunca ha habido pruebas científicas de que las personas que viven a gran altitud, como los habitantes de la ciudad boliviana de La Paz (3650-4150 metros), alcancen una edad máxima más elevada debido a la escasez de aire”, afirma Rogers. “Pero de los estudios epidemiológicos han surgido otras conclusiones interesantes. Por ejemplo, parece firmemente que los niveles más bajos de oxígeno aumentan la edad media de las personas y reducen la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad entre la población”.

El investigador relata un experimento en el Himalaya. “El ejemplo más interesante es un ‘experimento natural’ de los años 60 y 70, en el que soldados del ejército indio fueron destinados durante tres años a altitudes muy elevadas, por encima de los 5000 metros. Posteriormente, se descubrió que las enfermedades relacionadas con la edad, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, eran mucho menos frecuentes en este regimiento que en sus colegas que habían pasado su tiempo de servicio a nivel del mar. También hay indicios de que quienes viven a gran altitud en Bolivia tienen más probabilidades de vivir más allá de los 90 o 100 años”, afirma el investigador, que también se muestra cauto. 

“Por desgracia, es demasiado pronto para especular sobre las implicaciones de los resultados de nuestra investigación para el envejecimiento en humanos. Nos basamos en ratones de laboratorio. Es muy posible que los ratones en libertad ya respondan de forma diferente a la restricción de oxígeno, por no hablar de los humanos. Es un tema fascinante, pero se necesita mucha más investigación”, afirma Rogers.

Una vida más larga y sana

Sin embargo, su estudio ya está arrojando resultados apasionantes. Dividió a los ratones en dos grupos. Una mitad recibió aire normal con un porcentaje de oxígeno del 21 %, mientras que la otra mitad tuvo que conformarse con solo un 11 % de oxígeno a partir de las 4 semanas de vida. Los ratones que recibieron raciones de oxígeno vivieron hasta un 50 % más que el grupo de control, con una media de 23,6 semanas frente a 15,7 semanas. Además, los ratones longevos sufrían mucho menos enfermedades neurológicas propias de la vejez.

Las espectaculares diferencias no pueden explicarse por la dieta de los animales, ya que comían lo mismo y en la misma cantidad. “La hipoxia crónica y continua prolonga la esperanza de vida en un 50 % y retrasa el deterioro neurológico de los ratones”, afirma. “Aunque la restricción calórica es la forma más estudiada y eficaz de aumentar la esperanza de vida, tenemos una primicia: es la primera vez que se demuestra la prolongación de la vida tras la restricción de oxígeno en mamíferos”, se enorgullece el investigador.

Menos oxígeno y menos calorías

Rogers y sus colegas ya están trabajando en ideas para una investigación de seguimiento. “Nos gustaría saber cómo progresa el proceso de envejecimiento cuando se utilizan conjuntamente la restricción de oxígeno y la restricción calórica. ¿Se influyen mutuamente o no? Y si es así, ¿se refuerzan mutuamente o no? Ya se ha investigado bastante sobre los efectos de la restricción calórica en todo tipo de animales. Las investigaciones futuras deberían mostrar el efecto de combinar estos métodos antienvejecimiento”, concluye Rogers.

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